Las 72hs que debía estar internada camila pasaron rápido, ya se había acostumbrado pasar tiempo en hospitales, y eso no le molestaba.
Le gustaba conversar con las enfermeras o los médicos. Aquel lugar no lo atormentaba sino todo lo contrario, no tenía recuerdos de su vida anterior ahí, o a los menos no recuerdos siendo feliz.
Tanto jazmin como angel la visitaron los tres días de su internación. Carlos estaba ocupado con exámenes, además de su nuevo y primer trabajo por eso solo se comunicaba con ella telefónicamente.
Tomas, eso era todo un caso aparte. La visito solo un día, no es porque no se preocupara por ella, sino por que sentía que sobraba sabiendo que estaba angel.
Camila No quería irse, no sabiendo que afuera le esperaba nuevamente una vida sin sentido, nuevamente los comentarios de sus compañeros de escuela, nuevamente enfrentarse a ver a diana con aquellos ojos que la hacían sentir peor de lo que ya se sentía, enfrentarse con las no palabras de su padre, además de su posible internamiento en un psiquiátrico.
Respiro hondo, miro por última vez la habitación del hospital y a paso lento salió.
Afuera la esperaba Ricardo, con una sonrisa, que no era igual que la de tiempo atrás donde la vida solía serle más fácil.
Donde no podía pasar mucho tiempo con su familia por culpa de su trabajo, pero cuando estaban juntos disfrutaban cada momento al máximo.
Lentamente se fue cercando a su padre.
- Como te sentís hijita?
- Bien, ¿vamos?
- Si, vamos a casa.
Esas últimas palabras aliviaron a camila. Temía por la decisión de su padre.
En silencio ambos se subieron al auto. Camila apoyo su cabeza contra la ventanilla, mirando las calles de la ciudad.
Ya faltaba poco para llegar a su casa, solo unas cuadras.
No pudo reprimir una leve sonrisa de nostalgia al ver el cuartel de bomberos, donde seguramente estaría su bombero, su héroe, su angel.
Al llegar se recostó en su cama, hasta quedarse profundamente dormida.
Unas voces la despertaron, con sumo cuidado fue bajando escalón por escalón hasta terminar de bajar la escalera.
Nuevamente escucho aquellas voces que venían desde la cocina. Mientras bostezaba se fue acercando, y ya antes de entrar reconoció la voz. Una voz que le encantaba escuchar. Acelero el paso para chocar su cuerpo contra otro, deslizo sus brazos atrás del cuello de la otra persona mientras depositaba un dulce beso en la mejilla.
- Te extrañe mauri.
- Yo mas mi bella princesa.
Sin duda era un chico guapo de pelo despeinado, alto y morocho, de cuerpo atlético, su forma de vestir daba a entender que era un chico que solía meterse en problemas, y los nudillos de su mano eran la prueba de las peleas vividas.
- Camila soltadlo a Mauricio. Lo vas ahorcar.
- Ricardo déjala, la extrañe mucho.
Aquel joven deposito sus brazos en la cintura de camila, mientras la miraba a los ojos y sonriéndole con aquella sonrisa que tanto le encantaba a ella.
- Parece que aquí sobro.- dijo Ricardo antes de retirarse de la cocina, subiendo hacia su habitación.
Solos en su mundo no despegaron sus miradas, el uno al otro se conocían cada detalle del rostro, no había nada que ya no hallan mirado y experimentado juntos.
Lentamente Mauricio fue acortando la poca distancia que había, dándole un dulce beso en los labios el cual camila correspondió igual que otras tantas veces.
Nuevamente como en cada uno de sus encuentros se dejaban llevar por lo que sentían, o tal vez por algo que ya se había convertido en una bella costumbre que ningún de los dos querían cortar.
Solamente amigos, eso contestaba ambos cuando alguien preguntaban que eran. Pero sus miradas de complicidad delataban aquellas tardes donde solían expresar mucho mas que un cariño de amigos.
……………..
Era la primera vez que sentía ese dolor en el pecho, un dolor que hiciera no poder dejar de llorar. Estaba sentada en el cordón de la puerta mientras veía como aquel joven estaba decidido a irse, subido en su moto con una mochila sobre la espalda. Mauricio dio una última mirada hacia atrás, suspiro y cerró los ojos al ver a camila bañada en lagrimas por su partida. Nuevamente suspiro antes de abrir los ojos, tomo una decisión que tal vez luego se arrepentiría, pero necesitaba hacerlo. Con movimientos rápidos bajo de la moto acercándose a camila, se sentó a su lado y con delicadeza agarro su rostro para que lo mirara a los ojos.
- Toda mi vida voy a estar a tu lado, sos mucho más que una amiga. Siempre serás mi bella princesa pase lo que pase.
Y esa frase de compromiso no solo a ella si no también al mismo fue sellada con un tímido beso.
Para camila su primer beso a los 14 años. Y para Mauricio uno de los tantos que ya había tenido en su vida, pero este era único, especial e irrepetible, sintiendo cosas nuevas que a sus 20 años aun no había sentido. Y el nunca se arrepintió lo que hizo aquella tarde de diciembre antes de emprender su viaje lleno de aventuras.
……………………..
Cuando se quedaron sin aire se separaron solo unos centímetros para poder tomar aire y seguir con otro beso.
Por un momento parecía que todo era como siempre, que aun estaba su madre y su hermana, que nada había cambiado.
Lentamente se fueron separando ambos con una sonrisa.
Que abruptamente se le borro a camila.
- Que pasa princesa?
- Cuando te vas a volver a ir?
- me quedare mas tiempo que las otras veces.
- Prométemelo
- Te lo prometo princesita.
Y nuevamente ahí estaba camila dejándose encantar por la sonrisa y promesas de Mauricio, un amigo que aunque lo negaran su relación era más allá de una amistad.
El no la iba retar por las cosas que hacía, sino solo a acompañarla en las decisiones que tomara, y eso era lo que mas le gustaba al estar a su lado. Nunca seria juzgada por él.
Nuevamente los besos llegaron acompañados de los tantos te quiero que ambos podían pronunciar

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Mi Angel.
Teen FictionCamila después de haber perdido a personas importantes en su vida no quiere seguir viviendo, cuando intenta sacarse la vida un bombero llamado Ángel aparece, salvándola de su intento de suicidio y dándole un poco de paz en su tormentosa vida. Camila...