Un joven calvo y penetrante aunque cansados ojos marrones acababa de llegar a su departamento luego de un pesado día en la universidad Lex. Ayudante de cátedra en la facultad de medicina y estudiante del 5º año, era muy popular entre sus compañeros, especialmente las féminas que no dejaban de admirarlo tanto por su intelecto como su indiscutible atractivo físico. Fatigado se dejó caer en el sofá del living y encendió la TV para distraerse.
- ya llegaste! – dijo la rubia que vivía con el hacía poco más de 3 años – te ves fatal, ¿Cómo te ha ido el día de hoy? -
- Kara! – dijo el dándose media vuelta para saludarla con un ademán de la mano – gracias por el cumplido, pero mejor ni hablar del tema.
- Yo no sé cómo haces para aguantar todo el día a esos viejos amargados tanto tiempo – suspiró y se acercó para sentarse a su lado, él pasó un brazo alrededor de su cuello para abrazarla mientras se acomodaba a su lado apoyándose en él y quedaron en silencio, solo se oía el murmullo de la TV. Al ver que su amiga no quería entablar conversación decidió hacerlo el.
- Y tu como has estado? – Preguntó el preocupado, ella se encogió de hombros y no contestó - Ha pasado mucho tiempo, puede ser que todos los días te sientas mal por eso? Deberías salir, conocer gente nueva, divertirte.
- No quiero divertirme, no puedo, por más que quiera no puedo – contestó suavemente con la voz llena de melancolía
- Pero Kara, han pasado 4 años desde que se fue, jamás volvió a llamarte, sinceramente no creo que lo haga, date una oportunidad para ser feliz con alguien más.
- sabes muy bien que no puedo hacer eso Lex, cuando se fue se llevó todo de mí. He intentado recuperarme pero no puedo, el único momento en que pienso en otra cosa es cuando estoy conduciendo un coche a toda velocidad pero cuando vuelvo a mi vida, o a la universidad aparecen tantos recuerdos, tantas sensaciones que me hacen perder las ganas de seguir adelante es como si todo el tiempo viviera por inercia. El único sitio en que me siento segura y protegida es en este departamento. – Él sonrió y la acaricio para reconfortarla.
- Sabes que me encanta vivir contigo, eres la persona en quien más confío y siempre estaré cuando me necesites – dijo para besarle cariñosamente a cabeza -
- Lo sé, te lo agradezco – dijo ella apegándose más a el -
- Cambiando de tema, en una semana egresa mi hermanita – comentó con notable alegría en la voz -
- ¿Ya? ¡Vaya que el tiempo pasa! Debe sentirse muy feliz de ser libre nuevamente -
- Ella es libre – dijo el un poco molesto -
- Jaja! – se bufó la rubia – Le dices libertad a vivir encerrada en un colegio? Pobrecita ¿Cuántas veces ha salido en estos 5 años?
- 3 veces – contestó el apenado por la respuesta -
- Pobrecita, con tantas cosas que hay en el mundo para descubrir, disfrutar y experimentar y tú la tienes encerrada!
- Ya sabes que por esa razón quise que ingresara a ese sitio, cuando íbamos al mismo colegio ya todos estaban enloquecidos por ella y eso que apenas tenía 13 añitos! Era solo una niñita y la veían con esas miradas lujuriosas todos los chicos de la escuela, siempre debía estar a su lado porque no faltaba la oportunidad de que alguno se le acercara compañerito de ella o de cursos superiores – el pelinegro hablaba con notable furia
- Si es parecida a ti comprendo perfectamente que todos la persiguieran – comentó la rubia – Eres malvado Lex! La cambiaste de colegio para que no saliera con ningún chico? -
- Por supuesto que sí! Es una niña! Nadie puede tocarla a menos que lo apruebe, cuando estaba preparándome para ingresar a la universidad, sabía que se quedaría sola en ese colegio lleno de muchachos con las hormonas alborotadas y ella es tan dulce e inocente que más de uno querría aprovecharse de ella, Si la dejaba allí sabía que estaría intranquilo las 24 horas del día por eso decidí enviarla al mejor colegio para señoritas de todo el país donde nada, ni nadie podría dañarla -
- No crees que la sobreproteges demasiado? – preguntó Kara arqueando una ceja. El la miró con rudeza y contestó:
- Por supuesto que no, cuando mis padres murieron juré que la protegería y que no dejaría que nada le faltase. Ingresar a ese colegio es lo mejor que podría haber hecho -
- Pero la has alejado de ti – replicó Kara -
- Lo sé, me costó mucho, pero fue lo mejor para ella, además no le ha ido para nada mal donde está -
- Por lo que me has contado no y... ¿Cuándo podré conocerla? Desde que vine a vivir aquí solo he visto una foto suya – dijo señalando el retrato en la pared donde estaban Lex, sus padres y el con su hermanita en los brazos - Y aun usaba pañales. Imagino que luego ha de haber crecido ¿porque no tienes fotografías actuales? – preguntó intrigada, nunca se había fijado en ese detalle.
- Es que... - empezó a contestar dubitativo – Cuando recién me mude aquí, tenía el departamento lleno de fotos nuestras y de mis padres, pero mis amigos de aquel entonces siempre me hacían comentarios con respecto a ella y es algo que no puedo soportar -
- Pobrecita de verdad, pobre niña, mira que tener un hermano tan posesivo como tú, eres demasiado celoso! Y según tú, ¿Quién sería ideal para la princesa Luthor?
- La verdad creo que nadie, es que ella es idéntica a mi madre y creo que nadie, jamás estaría a su altura, se acerca tanto a la perfección que no parece real -
-¿No crees que estas exagerando? – Lo interrumpió la rubia – Nadie es perfecto – Lex la miró pensativo
- Lo sé – le sonrió – Pero créeme que ella se acerca mucho – Cuando la conozcas me darás la razón – Ella se apartó sorprendida
- ¿Cuándo la conozca? ¿Va a venir? – Lex sonrió y asintió con la cabeza -
- Ha decidido que estudiará en el conservatorio, así que vendrá a vivir con nosotros – Kara abrió la boca sorprendida – bueno, mejor – contestó - Al menos tendré alguien que me haga compañía cuando te encierras en el cuarto con Ever – bromeó. Lex se ruborizo ante el comentario de su amiga pero lo disimuló para luego continuar
- Espero no te moleste, se me ocurrió que durmiera en tu cuarto, después de todo tienes una cama de más y no sería correcto que durmiera en la habitación con un hombre más allá de que yo sea su hermano, veo que lo mejor es que comparta el cuarto contigo, ella no tiene muchos amigos y sé que nadie mejor que tú la ayudará y la hará sentir cómoda.
- Sabes que puedes contar conmigo para lo que desees, más aun si se trata de alguien importante para ti -
- Lo sé, por eso eres mi mejor amiga – dijo sonriéndole.
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La adorable pecadora
Short StoryKara vive una vida tranquila desde hace 4 años después de que tuvo algunos problemas en su vida y por ello se muda al departamento de su mejor amigo, hasta que la dulce hermanita de el llega a vivir con ellos y esto hace que su vida se ponga de cabe...