LA CONFESIÓN DE LENA.

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Kara le abrió la puerta a Lena para que ingresara al coche y se sentó en el asiento del conductor. Había estado callada. Y ahora miraba fijamente hacia delante. La rubia volvió la vista a ella buscando su mirada pero no lo consiguió. No podía dejar de pensar en lo que habían vivido la noche anterior. "quizás si Lex no hubiese interrumpido nuestro sueño, nuestro amanecer hubiese sido distinto" .

- ¿No arrancarás el coche?

Preguntó de repente con su delicado y peculiar tono de voz, ella asintió en silencio y puso en marcha el vehículo, Esbozo una sonrisa y pensó mientras la veía de soslayo buscando algo en su bolso "Es increíble que sea tan hermosa".

- Que bueno que Lex se creyó tu historia.

Comentó sonriendo mientras salía de su sueño. Lena le devolvió la sonrisa y volvió a fijar la vista en el bolso.

– Me salvaste yo no sabía que decirle, no sé mentir. (La azabache sacó un pequeño papel, volvió a verla y rio suavemente).

"¿Qué le sucede?" pensó desanimada. Lena estaba más distante, o al menos eso le parecía a la rubia. Si no sentía deseos de sostener una conversación, no la forzaría. Recorrieron varias calles en silencio. Kara debatía consigo misma sobre cuál sería la razón del comportamiento de su acompañante, hasta que se atrevió a hablar nuevamente.

- Lena... - empezó a decir – te suce...

- Supongo que ya estamos cerca, creo que ésta es la calle... (la interrumpió) si ¡allí es! (dijo señalando el edificio 777) déjame aquí no te preocupes.

Kara aparcó el coche. Lena se quitó el cinturón de seguridad y la miró con una sonrisa.

– Hasta después (la vio a los ojos, le sonrió y se despidió con un beso en la mejilla).

- ¿Quieres que pase por ti luego?

- No, no te preocupes, ¡nos vemos en la tarde! (dijo y se alejó).

Kara la observó anunciarse en el portero eléctrico e ingresar al edificio. No sabía por qué pero se sentía extraña una mezcla de tristeza y molestia que hacía que su corazón latiera con fuerza. Pero quería estar con ella, luego de lo que había vivido a su lado quería tenerla todo el día entre sus brazos. No era correcto. Pero para ella ya no tenía la menor importancia. Lena había hecho que perdiera por completo la razón. "¿Qué se supone que tengo que hacer si no me dice nada? ¿Buscarla?" pensaba sin dejar de ver la puerta por donde había ingresado. "no, si ella no me busca yo no lo haré. Tal vez, si no la busco más, aquí termine todo y volvería a mi triste y aburrida vida de siempre" sacudió la cabeza y volvió a poner el coche en marcha para dirigirse al taller; dejaría los asuntos amorosos para después.

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Horas más tarde Lena ingresaba al edificio donde vivía con su hermano.

Subió al ascensor, suspiró y se apoyó en una de las paredes. Cuando llegó al piso 6, las puertas volvieron a abrirse. Tomó la llave del departamento y salió del elevador sin levantar la vista. Estaba por abrir la puerta cuando oyó la voz de Kara que la llamó por su nombre. Miró a los lados pero no la encontró.

- aquí estoy (Lena miró a su izquierda y vio a Kara sentada en el piso descansando contra la pared en la esquina del pasillo, sonrió divertida y se acercó a ella).

- ¿Qué haces allí?

- Estaba esperándote (respondió cabizbaja).

- ¿Aquí? (Preguntó confundida) ¿te sucede algo Kara? ¿Quieres que vayamos a otro sitio y platiquemos? (La rubia sacudió la cabeza) vamos (insistió sentándose a su lado) ¿qué tienes? ¿Mi hermano te hizo algo? ¿Sabe que estas aquí? (Kara volvió su vista a ella y la observó fijamente a los ojos).

La adorable pecadoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora