La Fiesta

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Kara bajó del coche y le abrió la puerta a Lena extendiéndole la mano para ayudarla a bajar

- Pero que galante – dijo ella coqueta, tomó a Kara del brazo y juntos avanzaron por la vereda hasta llegar a la casa donde se notaba había fiesta, los jóvenes estaban repartidos en grupos por todo el patio delantero, no podían disimular y volteaban la cabeza para ver a la hermosa pareja que acababa de llegar, ella era perfecta, elegante fina y de una belleza envidiable, su acompañante alta, esbelta con una mirada penetrante de rasgos delicados y aire distante. Hacían una pareja preciosa. La puerta de la casa estaba abierta así que pasaron directamente, Lena observaba todo con atención, era la primera vez que veía tanto desorden en un solo lugar. Botellas y vasos regados por todos lados, chicos y chicas besándose y acariciándose hasta en los sitios más inhóspitos de la casa. Kara observaba aburrida y con un tanto de desprecio, el comportamiento de los jóvenes podía ser tan extraño. No recordaba haberse comportado así a los 18, supuso sería porque en aquella época ella tenía novio. Y pasaban mucho tiempo juntos, solos salían y se divertían, pero no de esa manera. Un jovencito se les acercó sacándola de sus recuerdos.

- Me alegra que vinieras linda – dijo el muchacho saludando a Lena – Es un honor tener una belleza como tú en mi casa – vio a Kara que lo veía molesta – Me alegra que hayas traído a tu novia contigo, imagino que debe cuidarte mucho – Lena sonrió y miró a Kara.

- No es mi novia - dijo Lena sonriéndole de costado – Aun no -

- Bueno, es una excelente noticia, supongo no te molestará que la invite a tomar algo – dijo el joven tomando a Lena de la mano. – Kara abrió la boca, iba a negarse pero se detuvo, debía dejarla divertirse, de lejos la podía cuidar o ¿no?, movió la cabeza en forma negativa y dejó que el muchacho llevara a Lena para presentársela a su grupo de amigos. Apenas la vio alejarse sintió que había cometido un grave error, no la descuidaría ni un momento. Buscó un espacio en la pared para apoyarse ya que las sillas, escalera, mesas y piso estaban ocupadas "quien me manda a consentir a esta niña" dijo cruzándose de brazos sin dejar de observarla.

Lena sonreía, había en un principio 5 jóvenes a su alrededor, con la misma amabilidad respondía a los saludos de cada uno de ellos, minutos después ya no eran 5 sino 11 los que observaban a Lena y su vestido. "babosos" pensó Kara. ¿Qué podía hacer ella?, solo era su amiga, la había acompañado para que conociera un poco de la vida, y bien, allí estaba rodeada de muchachos que se peleaban por invitarle un trago. Lena volteó buscándola con la mirada y al verla apoyada en un rincón le guiño un ojo sonriendo y se dio vuelta. "que linda es" pensó "con razón están todos tan embobados, en su vida han visto un ángel como ella" sin darse cuenta una sonrisa se había dibujado en sus labios.

- Parece que a tu novia le gustan mucho las fiestas – dijo la voz de una chica que se había parado frente a ella – Que haces aquí tan solita? Si te aburres podemos buscar como des aburrirnos – sonrió insinuantemente

- Simplemente siento que esta etapa ya la pase, prefiero quedarme aquí antes que hacer cosas sin sentido – contestó secamente -

- Y dime lindura, ¿Cuántos años tienes? Y cómo te llamas? – dijo rodeando el cuello de Kara con un brazo mientras en el otro sostenía un vaso con alguna bebida -

- Kara, tengo 23 y ¿tu? – contestó con su coquetería innata -

- Diana tengo 20 – sonrió ella -

- Que bonito nombre, acorde con su poseedora – la chica se sonrió

- Gracias, que descuidada es tu novia, si fueras mía no te dejaría sola ni un segundo -

La adorable pecadoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora