Capítulo 4

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Ya habían pasado unas horas desde que Alexander Valdés había salido por esa puerta y Juliana aún seguía en el sofá sentada con las manos en su cara. Todo lo que le estaba pasando era como estar en una pesadilla, de un día para otro su vida dio un giro de 360 grados y su nueva realidad le estaba afectando demasiado.
Por una parte, se sentía aliviada porque estaba con su nana favorita, la que siempre quiso y a la única que le lloró cuando decidió irse. Pero por otro lado, estaba del otro lado del mundo, lejos de su vida, sin comodidades e incomunicada del mundo.

-¿En que tanto piensas July?- su nana se acercaba con una rebana de pastel y una taza de café humeante. -Se que todo este cambio es muy fuerte para ti, y tardarás un poco en acostumbrarte pero estoy segura que después de un tiempo te gustará estar aquí.

Y Rachel tenía toda la razón, Juliana amaría cada momento de su estancia en Springfield, lo haría tanto que la idea de ser desheredada ya no le parecía tan mala idea.

-Eso espero Nanny, bueno perdón, creo que ahora debería de llamarte Rachel. -Expresó con una tímida sonrisa ya que habían pasado muchos años desde que vio por última vez a su nana y no sabía cómo dirigirse a ella - No quiero que pienses que me molesta estar aquí contigo, en realidad, amo estar contigo otra vez, pero la manera en que pasaron las cosas me tienen sumamente abrumada.

-Tu puedes llamarme como quieras, solo quiero que te sientas cómoda aquí por el tiempo en que te quedes con nosotros - Le acercó la rebana de pastel que había dejado en la mesita de café y le acarició su mejilla cariñosamente - Te hice tu pastel favorito, come y cuando termines te ayudaré a desempacar tus cosas.

Juliana devoró ese delicioso pastel de frutos rojos y miles de recuerdos de su niñez se le vinieron a la mente, haciendo en ella un nudo en la garganta y unas ganas de llorar la golpearon fuertemente.

-¿Tú hija en donde está? En todo este tiempo no la he visto por aquí - Preguntó la morena dejando el plato y la taza en el fregadero. - ¿No crees que le moleste que esté aquí? Por lo que recuerdo yo no le caía muy bien porque decía que le robaba a su mamá - Expresó con una sonrisa divertida recordando todas las peleas que tuvo con la hija de su nana.

-Está trabajando, llegará dentro de un rato y te la presentaré. Ha cambiado mucho y estoy segura que se llevarán bien, mi hija tendrá un carácter fuerte pero tiene un corazón enorme - Le dijo la pelinegra de ojos verdes, mientras le señalaba a Juliana que la acompañará a la recámara que sería suya por los próximos meses. - Espero que no te moleste compartir cama con mi hija, pero como verás la casa es pequeña y no tenemos más habitaciones disponibles.

Sin duda alguna esta sería una aventura para Juliana, aprendería a ver la vida de diferente manera y se daría cuenta que no todo se basa en hoteles cinco estrellas, fiestas exclusivas o fines de semana en islas privadas.

-Si, definitivamente tu hija me matará. Le avisas a mi familia de mi muerte por favor - dijo con una risa que dejaba ver su dentadura perfecta.

-No solo le avisaré a tu familia, si no también a todas tus novias que estarán muy tristes por tu partida, en internet se te relaciona con muchas modelos y actrices- dijo divertida Rachel mientras abría la maleta de su morena preferida.

-Corrección por favor, son solo amigas porque la palabra novia no figura dentro la vida de Juliana Valdés - dijo riendo porque sabía que no existía mujer que tuviera el honor de portar tal título.

....

-Que cansado estuvo el día de hoy, solo quiero llegar a mi cama y dormir diez horas seguidas -dijo Kara mientras levantaba las sillas de la cafetería. -Val acompáñame a casa, vi en la mañana que mi mamá haría ese pastel que tanto te gusta, aunque no sé porque razón lo haría, siempre lo hace en ocasiones especiales y hoy no es cumpleaños de nadie importante- dijo pensativamente mientras trataba de buscar alguna razón lógica para el comportamiento de su madre.

El futuro no está escrito [Juliantina]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora