Capítulo 23

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-Querida, que gusto me da hablar contigo. ¿Cómo has estado? -Se escuchó decir a través del telefono.

-Penélope Park, cuánto tiempo sin saber de ti, amiga. ¿Qué puedo hacer por ti?- Preguntó la otra chica que estaba en la línea.

-¿Recuerdas la vez que te salvé del castigo en el internado?- La chica si que no olvidaba favores sin cobrar.

-Claro, y desde ese momento estoy en deuda contigo. ¿Qué pasa? -A Penélope se le dibujó una sonrisa en el rostro al escuchar eso.

-Necesito tu ayuda en Nueva York, y tiene que salir exactamente como digo. ¿Crees poder hacerlo?

-Esto me huele a maldad, así que cuenta conmigo. ¿A quién quieres destruir? -Preguntó la amiga de Penélope.

-Nada de eso, esto es lo que tienes que hacer... -La otra chica sonrió al escuchar el plan de Penélope, ambas eran maldad pura.

-Cuenta con ello, será divertido. Me pasas los detalles en cuánto los tengas. -Dijo la joven chica en tono divertido.

-Estamos en contacto, querida amiga. Cuento con tu ayuda, te mando los detalles por mensaje. - Sin decir más, la ojiverde terminó la llamada. Estaba por subir a su jet con rumbo a US, y tenía que tener todo perfectamente planeado.

....

-Amor, creo que no es necesario que usemos el autobús para llegar a NYC. Además, vamos solo unos días y has empacado para todo un mes. -Dijo Juliana viendo la cantidad de maletas que había preparado su novia para el viaje.

-Son pocas, en realidad. Siempre hay que estar preparadas para cualquier cosa que se presente. Si no quieres que vayamos en autobús, ¿Qué propones?

-Tu madre me había autorizado usar su auto para ir, yo ya lo tenía todo planeado pero tú me vuelves loca, y me quieres cambiar los planes. - La morena se rascaba la cabeza, su chica era un poco indecisa y eso le volaba la cabeza.

Valentina al escuchar eso, sonrió solo como ella sabía hacerlo. Si, era una persona indecisa pero lo que Juliana no sabía es que la rubia quería que todo el viaje fuera perfecto, eso la emocionaba mucho y sin poder evitarlo ponía de nervios a Juliana.

-Está bien, amor. Si quieres que nos vayamos en el auto, no me opondré. Solo que tú manejas, los viajes en carretera me estresan. -Contestó la rubia dejándole un suave beso en los labios a su novia.

-Eso también lo tenía planeado, tú puedes ocuparte de la playlist. Es solo un viaje de tres horas, no será muy largo.

-Lo sé, y es mejor que vayamos subiendo las cosas al auto. Muero de ganas de llegar a Nueva York. -La rubia daba pequeños saltitos de la emoción, aunque Nueva York estaba cerca de Springfield, jamás había ido y el viaje la emocionaba demasiado.

-Ya voy, pero antes de que nos vayamos quiero que me prometas algo. -Juliana le extendió la mano para que Valentina se acercara a ella.

Valentina rodeó sus brazos en el cuello de su chica, y la miró con esos hermosos ojos azules que tanto volvían loca a la morena. -Dime, ¿Qué quieres que te prometa? -Preguntó con una pequeña sonrisa en su rostro.

-Prométeme que en este viaje solo existiremos nosotras dos, y pase lo que pase siempre confiarás en mi. ¿Me lo prometes? -Le preguntó tímidamente, Juliana sabía que las cosas podían terminar mal, y jamás se perdonaría que Valentina saliera lastimada en este viaje.

El futuro no está escrito [Juliantina]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora