El futuro no está escrito [Juliantina]

Capítulo 9

Una vez más Rachel le agradecía a Helena por haber cuidado a Juliana, Kara seguía molesta con ella y Valentina se sentía sumamente ansiosa al sentir las miradas de Kara y las miradas de Juliana.
Es claro que la morena nunca había tratado de disimular su interés hacia Valentina, y eso hacía enfurecer a la castaña, aún no dejando en claro las verdaderas razones de su comportamiento.

Al paso de unos minutos las tres mujeres salían por la puerta principal de la residencia Carvajal, si bien no era una mansión, si era una casa amplia con todas las comodidades y un bonito jardín. A decir verdad, era una de las casas más bonitas de la zona, Helena Carvajal tenía un excelente gusto y una pasión hacia la decoración de interiores.

De camino a casa de la Fam. Danvers, Kara iba hasta adelante, no quería estar cerca de Juliana porque sabía que no se controlaría y pelearía, pero tenía la promesa que había hecho a su mamá, y eso la detenía de darle un buen escarmiento a la morena.

-Juliana cariño, ahora que llegamos te prepararé algo rico de comer y después me gustaría que habláramos. -dijo Rachel tomándole la mano cariñosamente a Juliana para atraer su atención.

Juliana ya llevaba un tiempo pérdida en sus pensamientos, su mañana no había sido mala del todo, quitando la parte de la resaca tan fuerte que le había pegado, había estado parte de la mañana con Valentina, la había visto en esa pijama de conejitos, que en otra persona se hubiera visto ridículo pero no en esa rubia, esa condena rubia podría usar una bolsa de basura y aún así seguiría siendo la mujer más hermosa del lugar.

Juliana sacudía su cabeza, que clase de pensamientos tan raros había tenido últimamente con Valentina, ella no solía tenerlos con nadie. Ya era de conocimiento público la cantidad de mujeres que habían pasado por la vida y la cama de Juliana Valdés, empezando por modelos y terminando por alguna que otra personalidad de la aristocracia Europea.

-¿Juliana has escuchado algo de lo que te he dicho? - Preguntó la pelinegra parada enfrente de ella, con los brazos en la cintura.

-Perdón Rachel, cuando lleguemos podremos hablar de lo que gustes. Si te pongo atención, solo que me duele un poco la cabeza y necesito descansar. Aunque el sofá de la Sra. Helena es cómodo, mi espalda está matándome. - Y era verdad, la resaca aún hacía uso de presencia en el cuerpo de Juliana.

Una vez llegando a su casa, Kara sin decir palabra alguna se dirigió a su habitación, ignoró a su madre y sobretodo a Juliana y de un portazo cerró la puerta.

-Creo que Kara esta molesta conmigo, ¿no hay manera que comparta la habitación contigo? - Le preguntó a Rachel que se dirigía a la cocina por un vaso de agua.

-No lo creo cariño, tienes que dormir con ella. Esta molesta porque cree que le traerás problemas en su amistad con Valentina, pero ya se le pasara.

-Es un poco bipolar ¿no crees? - Dijo Juliana con una sonrisa de lado.

-Es de temperamento fuerte al igual que tu, pero creo que tu lo has controlado demasiado bien. Aún recuerdo como te ponías cuando eras una niña y no te hacían de desayunar lo que tu querías. -Recordó con una sonrisa quien fuera su niñera.

-La verdad es que si, algunas cosas me molestan mucho pero intento no explotar como solía hacerlo, y eso me llena de orgullo porque si fue bastante difícil de controlar.

-Me da gusto saber que en eso si mejoraste July, pero como te dije hace rato, tenemos que hablar de cosas importantes y entre más rápido lo hagamos será mucho mejor. - Dijo seriamente Rachel sentándose en una de las sillas del pequeño comedor.

Juliana sabía que aunque Rachel no la había regañado en casa de la Familia Carvajal, aun tendría que darle algunas explicaciones. A fin de cuentas, ella era la responsable de todo lo que le pudiera pasar. Juliana nunca había tenido que rendirle cuentas a nadie, sus padres solo se limitaban a regañarla, pero con el tiempo los regaños le resultaban indiferentes.