El sonido del elevador se escuchaba al llegar al último piso del edificio, una hermosa morena de ojos verdes salía de él derrochando sensualidad ante cada paso que daba, todo aquel que estaba a su al rededor volteaba a verla, había que admitirlo, esa chica era realmente hermosa y con una sensualidad inigualable.
Se acercó a la secretaria que estaba en el escritorio muy concentrada en la computadora, y con tono autoritario se dirigió a ella.
-Podrías por favor avisarle que estoy aquí, necesito hablar con el.
-Lo siento señorita, me ha pedido que nadie lo moleste y no puede atenderla en este momento. -dijo una muy apenada señora de aproximadamente 40 años.
-Soy su hija, tiene que atenderme aunque no quiera. - Sin repetirlo dos veces, se acercó a la puerta y la abrió escandalosamente.
-Margaret, ya te había dicho que no quería ser interrumpido. -dijo el hombre casi gritando, pero sin despegar la vista del computador.
-Ya se que nunca tienes tiempo para tu hija, pero entre más rápido me atiendas, más rápido me iré de aquí. - dijo la chica mirando fijamente a su padre.
El hombre al escuchar la voz de su hija levantó la vista, si bien no tenían la mejor relación, sabía que su chica no se iría de ahí hasta ser atendida y además, había heredado el carácter alocado de su madre y no quería escándalos.
-Discúlpeme Sr. Park, pero se metió antes de que yo pudiera evitarlo.- Una mirada de miedo se veía reflejado en los ojos de la secretaria.
-No te preocupes, ya está adentro y retírate para que pueda hablar con ella. -dijo tajantemente el señor.
-¿Que necesitas Penélope? ¿Más dinero? Porque esa es la única razón por la que me visitan tu madre y tú.
-No, no necesito dinero. Necesito que me ayudes en algo. -dijo la chica sentándose enfrente del escritorio de su padre.
-¿Que hiciste ahora? Contigo siempre son problemas.
La chica giró los ojos ante lo que escuchó, se acomodó en el asiento y cruzó sus piernas y sus brazos.
-No es nada de eso, quiero me ayudes a localizar a mi novia. No sé nada de ella y su familia no quiere decirme en donde está.- Su padre se levantó furioso de su silla, y caminó hacia la puerta.
-Estoy demasiado ocupado como para que vengas a molestarme con esas tonterías, deja de hacerme perder el tiempo y sal de mi oficina. - Le señaló la puerta para que saliera.
-No es una tontería, ella es importante y necesito saber en donde está. Por primera vez, se un padre de verdad y ayúdame con esto. -dijo parándose enfrente de el.
-Puedes tener a cualquiera, olvídate de esa chica y busca a alguien más con quien divertirte. -El Sr. Park tenía poca paciencia, y su hija sabía cómo volverlo loco.
-Ella no es cualquier chica, es Juliana Valdés y es mía. - Inmediatamente el Sr. Park levantó su mirada y un brillo nació en sus ojos.
-¿Valdés? ¿Sales con la hija de Alexander y Hailee Valdés?- La chica asintió ante las preguntas de su padre. - Bueno pudiste haber empezado por ahí, esa chica es un excelente prospecto para ti. -Más que interesarse por los sentimientos de su hija, no pudo evitar pensar en lo conveniente que sería para sus negocios emparentar con esa familia tan poderosa.
-Ahora que veo que tengo tu interés, ¿Si puedes ayudarme a localizarla?
-Cuenta con ello, usaré toda mis influencias para localizar a esa chica. Pero solo te pido una cosa, ni se te ocurra dejarla ir Penélope. Ella es perfecta para ti. -dijo sonriendo descaradamente.
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El futuro no está escrito [Juliantina]
Fiksi Penggemar¿Creen posible que el amor pueda cambiar a las personas? Juliana parecía no creerlo. Hija única de un magnate hotelero y uno de los hombres mas ricos del mundo, atormentada por un futuro del que no le dejan elegir nada, se adentra en el mundo de la...