querida eleven: perdón por adelantado.will byers.
— te extrañé muchísimo. — mike suspiró, recostándose sobre mi regazo. — todo era mucho más fácil cuando trabajabas en scoops ahoy.— ¿de qué estás hablando?
— de era mil veces mejor. — rodó los ojos. — cuando trabajas ahí, podía verte todos los días.
— todavía puedes.
— sí, ya lo sé. — resopló. — pero es diferente. mierda, todavía no puedo creer que te despidieron por mi culpa. perdón, will.
— nuestra culpa. — corregí, sintiendo mi corazón latir con más fuerza al esforzarme para evitar recordar el momento. — pero está bien. puedo conseguir otro trabajo.
— perdón, will. — tragó saliva, mirando hacia mí. — por todo.
— ya te disculpaste.
— ya sé. — rio. — pero quería repetirlo. sólo para cerciorarme.
— ¿ya pensaste en cómo le vas a explicar esto?
— ¿de qué hablas? — preguntó, confundido. — ¿explicarle a quién?
— a todos, en general. — respondí, rodando los ojos. — pero estoy hablando de eleven, tonto. ¿cómo piensas explicarle todo esto?
— ya sé qué es lo que voy a decirle.
— ¿sí? apuesto a que no tienes ni la más mínima idea de lo que vas a decir.
— ¡c-claro que la tengo! — frunció el ceño. — simplemente voy a decirle que ya no la quiero. es más que suficiente.
— no seas idiota, mike.
— ¿qué? — preguntó, alzando los hombros. — es la verdad, después de todo.
— no puedes decírselo así.
— está bien. — bufó. — ya se me ocurrirá otra cosa. ella no es lo más importante en este momento.
— ¿qué puede ser más importante ahora mismo?
— lo importante — continuó, rodeando mi cintura con ambos brazos. — es que me perdonas. — sonrió. — y que aquí estamos otra vez. los dos.
— jamás dije que te perdonaba.
— admítelo ya, will. — rio, incorporándose sobre el sofá. — estás loco por mí.
— cállate ya. — sonreí, haciendo lo posible para no sonrojarme. — tú estás loco por mí.
— ¿cuándo lo he negado? — preguntó. — es más sencillo de lo que tú crees, will. si no me hubieras perdonado ya, no me estarías besando.
— ¿de qué mier-? — hablé, antes de sentir los labios de mike sobre los míos. — mike, detente ya. jonathan podría llegar en cualquier momento.
— ¿y?
— ¿y? — pregunté, frunciendo el ceño de vuelta. — ¿es en serio?
— ¿qué pasa, will? ¿no me quieres besar? — habló, riendo nuevamente. — ¿o te da miedo?
— vete a la mierda. — sonreí, volviendo a unir sus labios con los míos, sintiendo sus manos enredarse entre mi cabello. podía sentirlo sonreír. podría jurar que estaba sonriendo.
— ¡santa madre! — escuché, separándome de mike sin pensármelo dos veces. — ¡jonathan!
•••
tragué saliva, deseando con todas mis fuerzas que simplemente me lo estuviese imaginando.
pero miré hacia mike y me quedó suficientemente claro que no estaba imaginándome nada.traté de que se me alguna excusa me viniera a la cabeza, pero lo miré otra vez. su cabello revuelto, sus labios rojos.
nada de lo que pudiéramos decir iba a cambiar el hecho de que nancy wheeler estaba de pie frente a nosotros, probablemente deseando que también se lo hubiese imaginado todo.
pero estaba siendo real. los tres lo sabíamos. la idea pasó por mi cabeza una vez, y sentí escalofríos. nancy nos había visto. maldita sea, nancy nos había visto besarnos.
y volví a desear que fuese todo un mal sueño, sólo por casualidad.
pero jonathan entró un par de minutos después, y volví a sentir que mi respiración fallaría. bajé la mirada, y la mantuve abajo, pensando en todas las cosas malas que había hecho en mi vida, y arrepintiéndome de cada una de ellas.
hasta que nancy finalmente se decidió a romper el silencio.
— ¡m-michael wheeler! — levantó la voz, girándose hacia él. — ¡explícame ahora!
— ¿qué quieres que te explique? — preguntó, sintiéndome fulminarlo con la mirada.
— ¡¿es en ser-?!
— me gusta will. — alzó los hombros tranquilamente, sin borrar la sonrisa de su rostro ni un segundo. escuché las palabras, repitiéndose una y otra vez dentro de mi cabeza, y sentí mi corazón dar un vuelco. — eso es todo.
— ¡¿eso es todo, mike?! — nancy exclamó, perdiendo la paciencia. — ¡¿y se te olvidó pensar en la parte en la que tienes novia?!
— entre eleven y yo, ya no hay nada.
— ¿no? ¿entonces ya terminaron?
— n-no exactamente. — respondió. — pero estoy trabajando en eso.
— ¡¿qué mierda, mike?!
— ¡vamos, nance! ¡déjalo ya! — rodó los ojos, mirando en su dirección. — todavía no sé muy bien cómo, — continuó.— pero voy a encargarme de esto. ¿okay?
— ¿will es tu novio? — nancy soltó, haciendo que los escalofríos recorriesen mi espalda.
— no. — carraspeó. — no aún. — respondió nuevamente mike, sonriendo ampliamente. — también estoy trabajando en eso.
estamos número uno en el ranking de #byler, no lo puedo creer :))
muchas gracias por estar ahí, y por todo el apoyo :)💗
nos vemos pronto,
maría
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querida eleven ; byler
أدب الهواةquerida eleven; yo no quería enamorarme de él. pero pasó. | PARTE DOS DISPONIBLE EN MI PERFIL