11.

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querida eleven: yo no quise quitártelo.
lo juro. pero si jamás me perdonas,
está bien. no te culpo.
yo tampoco me perdonaría.


will byers.
— ¿puedes dejar de sonreír ya? — fruncí el ceño, girándome hacia mike cuando nancy y jonathan finalmente habían dejado la habitación después de una eternidad. — te ves como un idiota.

— ¿cómo voy a dejar de sonreír, will?

— ¿de qué demonios estás hablando ahora? — alcé la voz. — tu hermana y mi hermano acaban de vernos besándonos. — tragué saliva. — ¿no te das cuenta de lo que eso significa? a la mierda todo. — resoplé, frotando mi rostro con ambas manos. — maldita sea. ¿cómo pude ser tan idiota?

— relájate, will.

— ¡¿relájate?! ¡cállate ya, mike! — exclamé, mirando la sonrisa que se mantenía permanentemente en su rostro. — ¡¿que no te importa nada?! ¡¿cómo es que estás tan tranquilo?!

— ¿cómo no voy a estarlo? — preguntó, riendo. — nancy ya lo sabe. jonathan ya lo sabe. acabamos de ahorrarnos dos largas explicaciones en tan sólo un par de minutos.

— deja de decir idioteces, mike.

— ¿idioteces? — frunció el ceño de vuelta, mirándome con confusión. — se darían cuenta tarde o temprano. tratar de negarlo sí sería una idiotez.

rodé los ojos, suspirando pesadamente.

— ¿porqué todo lo que dices siempre tiene que ser tan estúpido?

— ¡no es estúpido! — levantó la voz, girándose hacia mí para besar mi mejilla. — me haces muy feliz, will. ¿porqué debería esconderlo?


•••


— ¡vamos, will! — entrecerré los ojos, sintiendo las manos de mike tomando mis hombros con más fuerza y el viento revolviéndome el cabello. — ¿no puedes pedalear más rápido? ¡vamos a tardar una eternidad en llegar!

— ¿puedes callarte ya? — respondí, sonriendo al sentir el manubrio de la bici roja bajo mis manos. — aún no quiero arruinar la bicicleta nueva. — solté un suspiro. — ni siquiera sé cómo voy a explicarles a todos cómo es que la tengo.

— sencillo. puedes decirles que la bicicleta te la regaló tu nov-

— ¡finalmente llegaron! — interrumpió dustin, cruzando la calle de imprevisto y haciéndome frenar de repente. — mierda. esa sí es una linda bici, will.

— ¿sabes qué es más lindo? — habló mike, bajándose de la parte trasera de la bicicleta y dirigiéndose hacia él. — la persona que se la di- ¡maldita sea, will! — soltó, quejándose al recibir un golpe de mi parte.


•••


— ya pasaron tres días. no he tenido ni siquiera una respuesta de suzie. — dustin bajó la mirada, y sentí un escalofrío recorrer mi espalda cuando me senté frente a él sobre el césped. — ya estoy empezando a pensar que ambos estamos perdiendo el tiempo.

— no te des por vencido todavía. — mike respondió, sentándose a mi izquierda y rozando su mano con la mía. — cuando menos te lo esperas, pasa.

— vaya, mike wheeler. te ves realmente enamorado.— lucas rio. — ¿regresaste con eleven de nuevo?

— eh... no. no regresé con eleven. — frunció el ceño una vez más. — y no creo que vaya a regresar jamás.

— ¿qué? ¿estás consciente de lo que estás diciendo?

— seamos sinceros, lucas. — habló. — nuestra relación era una mierda.

— ¡v-vamos, mike! no puedes terminar con eleven. — lucas insistió, tragando saliva. — ¡llevaban tanto tiempo juntos! ¡no pueden dejar que se eche todo a perder!

— maldición, lucas. ya está. se terminó. — mike alzó la voz, perdiendo la paciencia. si ponía la atención suficiente, podía escuchar el sonido de su respiración al agitarse. — ¿podemos hablar de otra cosa?

— está bien, está bien. — lucas respondió, soltando un suspiro. — no voy a volver a mencionarlo.

— ¡sí! ¡cambiemos de tema! — dustin sonrió. — hablemos de la bicicleta de will.

— ¿de la bici roja? — hablé, soltando un bostezo. — es tarde, ¿qué tanto quieres saber?

— ¿qué pasa? — mike preguntó, acercándose aún más hacia mí para pasar una de sus manos entre mi cabello. — ¿estás cansado?

— ¿qué hay con ustedes dos últimamente? — lucas entrecerró los ojos, mirando confundido en nuestra dirección. — estás tan cerca de will que hasta podrías besarlo.

— sí. — dustin repitió, soltando una carcajada. — ¿porqué no lo besas ya?

— ¿quieres que lo bese? — mike rio de vuelta.

— d-dustin, no digas eso. — lucas se levantó, sobresaltado. pero el brillo en los ojos de mike no parecía querer desaparecer en ningún momento. tragué saliva, sintiendo el nudo bajando por mi garganta y deseando con todas mis fuerzas que simplemente no lo hiciera. — m-mike, es sólo una broma.

la voz de lucas resonó nuevamente en mis oídos, pero mike parecía no estar escuchando absolutamente nada, porque unió sus labios con los míos sin pensárselo dos veces.

fue un beso corto. a penas un par de segundos, pero aún así la idea tardó en entrar a mi cabeza. mike me había besado frente a dustin. frente a lucas.

— mierda. — dustin sonrió, negando con la cabeza. — nos deben tantas explicaciones.
           
maldije el día en el que había nacido.
          
           
          
          
            
          
        
            
          
            
            
             
             
             
perdón por dos cosas: por tardar mil años en actualizar, pero ya regresé a clases y no voy a poder actualizar tan seguido como quería, pero les prometo seguir constante y actualizar mínimo de una a tres veces por semana :/

el capítulo estuvo dlv, malísimo, pero se vienen cosas mejores, se los juro jajs :(

muchas gracias por todas las lecturas, los votos, y los comentarios, porque leo cada uno de ellos y me hacen muy feliz
pero aún más gracias por haberle dado la oportunidad a esta historia porque gracias a cada una de ustedes ya estamos aquí💗

los quiero,
maría
         
       
        
        
           
        
      
      

            
          
         
         
         
          

querida eleven ; bylerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora