"Mesa"

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Frida no estaba tan contenta, aunque le gustó saber que su sala común estaba demasiado cerca a la cocina, donde varios elfos domésticos hacían de comer para todos los estudiantes y profesores de Hogwarts. Blaise y Theodore cuando acabó la cena, se habían acercado a ella para decirle que no tenía nada de malo, Frida les reclamaba diciendo que no era justo, mientras un Antonio muy enojado se les acercaba diciendo que no molestaran a su hermana.

Blaise y Theodore conocieron al hermano mayor de su mejor amiga, se sorprendieron ver que el hermano de Frida tenía el cabello rubio cenizo mientras el de su amiga castaño, y se sorprendieron más al escuchar las palabras que Frida le dedico a su hermano.

—¿Donde se hacen los cambios? —preguntó la menor, su hermano le vio confundido—. No quiero estar en la casa de Hufflepuff, ¿dónde se hacen el cambio de casa? Quiero ir en Slytherin como mis amigos...

—Frida, no se pueden hacer cambios, y aunque se pudieran, no podrías entrar a la casa de las serpientes —soltó enojado Antonio al escuchar a su propia hermana rechazar a su nueva familia.

—¿Por qué? —preguntó Frida molesta. Los dos niños y el adolescente pudieron darse cuenta que Frida iba a empezar hacer un berrinche por no entrar a la casa de las serpientes.

—Salazar Slytherin hizo esa casa solo para los hijos de padres magos, para los "sangre pura" aunque tienen la sangre más podrida que nadie —comentó Antonio, ganándose miradas molestas por los dos Slytherin's presentes.

Entonces, Frida se enojo. No con su hermano, ni con sus amigos, sino con Salazar Slytherin, por ser tan tacaño.

Al día siguiente, se alegro ver a Blaise y Theodore esperándola en uno de los pasillos cerca de su sala común, para irse juntos al gran comedor. En Hogwarts había 142 escaleras, algunas amplias y despejadas, otras estrechas y destartaladas. Algunas llevaban a un lugar diferente los viernes.

Otras tenían un escalón que desaparecía a mitad de camino y había que recordarlo para saltar. Después, había puertas que no se abrían, a menos que uno lo pidiera con amabilidad o les hiciera cosquillas en el lugar exacto, y puertas que, en realidad, no eran sino sólidas paredes que fingían ser puertas.

También era muy difícil recordar dónde estaba todo, ya que parecía que las cosas cambiaban de lugar continuamente. Las personas de los retratos seguían visitándose unos a otros, y Frida estaba seguro de que las armaduras podían andar.

—¿Por qué todos hablan de Harry Potter? —preguntó aquel día Frida, al ver muchos estudiantes hablar de él.

Theodore se encargo en explicarle la historia de Harry Potter y de quien no debe ser nombrado, Frida le llamó «la ex», porque al hablar de los ex era cavar tu tumba, aunque no fue el único nombre que le puso, también puso el nombre de «Hitler», Blaise no entendió el porqué, pero Theodore si, y fue quien le explicó a Blaise.

Frida en Hogwarts: la piedra filósofal [FEH #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora