Frida en Hogwarts: la piedra filósofal [FEH #1]

"Carta"

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Contaban las malas lenguas de la familia López era conocida por ser vulgares, las malas lenguas, aunque en realidad no lo eran, sólo eran felices siendo ellos mismos, Frida era la hija menor, Antonio era el mayor, Ricardo que siempre le decían Richard era el padre, y Guadalupe la madre. Esta no era una familia normal, pues aquí, en su casa, no sólo vivían ellos, Mauro vivía también, padre de Guadalupe, y Josefa madre de Guadalupe también vivía ahí.

Todos pensaban el como toda la familia vivía en aquella casa pequeña, pero no era pequeña aquella casa. Era demasiado grande, los días de festejo llegaban alguno que otro familiar de Guadalupe, mientras Ricardo dejaba ser a su esposa.

Aquella casa aunque pareciera pequeña, era demasiado grande, los abuelos tenían su propia habitación, Frida por fin la tenía, en el ático, Antonio la tenía, y Ricardo con Guadalupe tenían su propia habitación, había una habitación, pero para las visitas. Frida no la quizo porque decía que espíritus había ahí, todos le creían. Aunque no hubiera señales de haberlo.

—¡Hermana! —la voz de Guadalupe se escucho, había llegado Rosita, su hermana mayor—. ¿Cómo estás? Pasa, estás en tu casa.

Las vecinas veían como Guadalupe saludaba a su hermana con un abrazo y beso, y es que, así era la familia López, conocían a alguien, saludaban, o se despedían y siempre era con un abrazo y un beso. Rosita pasó a la casa, Guadalupe saludo a las vecinas chismosas y cerró la puerta.

—¡Hola tía! —saludo Antonio desde la cocina, se encontraba comiendo un pozole.

—Hola, señora —saludo Frida mientras se servía en un plato lo que su hermano se encontraba comiendo.

Frida siempre le decía a su tía Rosita «Señora», pues Rosita se llevaba muy pesado con Frida, y eso le molestaba a la morena de su sobrina, Rosita asintió como saludo, para caminar hacia Josefa y Mauro, quienes les saludo con un beso y abrazo.

—La comida ya está lista, mamá, papá —aviso Guadalupe—. Siéntense a comer, dejen voy por Ricardo. Está afuera dandole de comer a Dante, el perro.

Dicho eso, Guadalupe se fue al jardín trasero, Rosita se sentó después de ayudar a Mauro a sentarse cerca de la mesa, Josefa que usaba lentes le sirvió a su marido, mientras Rosita comenzaba a comer.

—Aquí tienes, viejo —comentó Josefa con una sonrisa, para luego sentarse.

Ricardo y Guadalupe llegaron, se sirvieron y empezaron a comer. Todos hablaban, Rosita le decía a Guadalupe sobre qué el hijo de su hermana Leonor había salido gay, mientras Ricardo hablaba con Mauro sobre arreglar un poco la casa, tiempo después, Josefa se metió a la conversación de sus dos hijas, y Frida junto con Antonio empezaron a discutir sobre quien era el adoptado, al final ganó Frida, con un «por lo menos yo si fue planeada».