BatLantern: HIMYD

X. La primera cita de más

{Si alguna vez quisieran pedirme ayuda para tener una cita...Chicos, piénsenlo dos veces antes de consultarme. Porque a comparación de su padre, yo soy alguien tan inexperto en esos temas. No sé que es lo que se debe hacer, pero para mi suerte en ese entonces, existía una persona que adoraba el romance.}

— De acuerdo, te ayudaré — Billy lo miró mientras le echaba agua a sus plantas.

— Excelente! Eres el mejor Billy Bat-

— Pero, con una condición — interrumpió, dejando sus plantas y mirar al ojiazul —. Bueno, mejor dicho con un favor.

— ¿Un favor por otro favor?

— Ajá — asintió sonriendo —. Iré con Diana por algunas cosas hoy en la tarde, y Clark trabajará también. Así que mi bebé se quedará solo.

— Y qué tengo que ver aquí yo? — carraspeó Bruce.

— Que tienes que cuidar de Kripto.

— ¿¡Qué!? — se levantó del sofá —. Ese perro me odia!

— No seas tan llorón, Bruce Wayne — bufo el castaño —. Kripto es tan lindo que no mataría ni a una mosca.

El pelinegro se cruzó de brazos:— En serio él me odia.

{Y si, aunque también sé que les sonará raro porque ustedes adoran al perro, Kripto me odiaba.

Desde que Billy lo había traído, era al único que le ladraba estando pequeño. ¡O como aquella vez que orinó mi cama! Ni mencionar cuando comió mi periódico.

— Tt, a otro perro con ese hueso!

— Kripto es lindo, es tan inofensivo — Tim sonrió.

Para ustedes. Para mi, ese perro era del demonio. Y se los probaré después de esto, aunque en cierta parte fue de ayuda.}

— Entonces, es un trato? — el ojiverde lo miró.

Bruce suspiró hondamente:— A qué hora?

— A las seis — sonrió —. Tranquilo, deje algunas hojas donde te indican que hacer por si acaso.

— Kripto tiene un instructivo? ¿Cómo un juguete?

— Con alguien como tú Bruce, debemos estar precavidos.

— Entonces ya me tenías en la mirada, cierto? — carraspeó.

— Ajá, pensaba en Oliver pero a él se le olvida pasearlo y una vez lo caché cuando intento darle algodón de azúcar — rodó los ojos —. Quedó vetado para cuidar de mi Kripto.

— Bien — gruño sentándose en el sofá —. Cuidare al perro.

— Excelente — asintió sentándose alado de Bruce —. Entonces, pensemos en una gran cita!

— ¿Una gran cita? — alzó la ceja extrañado.

— Tienes razón — susurro —. Pensemos para una ultra y mega hermosa cita!