PERFECT KILLER [MNPEAP]

Capítulo 4: La obsesión de Ancil, en la cabeza del perro psicópata

Ancil

Ancil, ese es mi nombre. Y lo único destacable de mi persona es que estoy dañado. Completamente dañado, hasta el punto en el que la sangre en mis manos se sienten agradables y, el cadáver a mis pies se convierte en algo que debo limpiar antes de que ese desagradable olor de la sangre penetre en mi ropa.

—Esto es un fastidio... *tsk* —Dije levantando del suelo trozos del senador Bailey.

Las personas a mis ojos se reducen a simples bolsas de carne que debo eliminar si me lo ordenan.

¿Pero pueden culparme? El mundo está muy jodido. Ahora, si pienso en porque acabo de asesinar a los rivales políticos del señor Vincent Shiloh. Diría que simplemente acabo de hacer el trabajo sucio de un gran hombre. Al menos un gran hombre ante los ojos de mi novia, Meizin.

Y eso estaba bien. Ella no tiene por qué enterarse de asuntos desagradables. Es mucho mejor para ella que la tenga en casa, a salvo de toda la mierda del mundo. De los peligros que hay en cada rincón oscuro del jodido mundo.

Si lograra hacerlo seguro algún día, quizá la nombre la próxima primera dama o... una reina.

Pero no siempre estuve tan loco. En mi infancia... mmm, el problema radicaba en las personas que me rodeaban. En todas, en los hombres avaros, en las mujeres avaras, en los niños avaros.

*Sonido de motosierra* *Salpicadura*

— ¡Joder!

En medio de mis pensamientos, una pierna sale disparada de la bañera. Le senador y familia no son trabajo fácil...

[...]

Después de un largo baño y de usar perfumes que Meizin suele escoger para mí. Me dirijo a la importante reunión de los futuros herederos a los puestos más importantes en el gobierno. Los Soldick como criminales del mundo oscuro, jama san pertenecido e ese mundo de luz, por ello. Tessa tomaría un lugar en este mundo... Pero solo si yo sigo con estos trabajos para apoyar esa causa. Lo cual estoy dispuesto a hacer, solo por ella...

[...]

Desde que tengo memoria, siempre fui el segundo...

En la familia Soldick el único que era valorado, reconocido, apremiado era Tessa, mi hermano mayor.

Ser igual de fuerte que mi hermano mayor, era lo que debía de hacer. Llegar a igualar su sadismo y maldad.

Él, quien nació con el talento innato para asesinar. Él, quien es el hijo perfecto y amado por todos.

En comparación a él yo... yo no era como mi hermano. Yo era débil y cobarde. Cuando asesine por primera vez titubee, sentí miedo, remordimientos.

Pero aun así seguí haciéndolo. Porque se supone que soy un Soldick, un asesino o mejor dicho un arma.

A lo largo de mis quince años, asesine a muchas personas. Ni siquiera recuerdo sus rostros. Y no me interesa recordarlos. Me convencía a mí mismo de hacerlo, porque sabía que si me rebelaba, nada bueno me pasaría.