*35*Wayo

366 29 13
                                    

Hoy hace tres semanas que no sé nada de Ming.
Se fue corriendo hacia la casa de sus padres y desde ahí , la nada misma.
Lo llamé, mensaje, chateé, sin suerte. Hasta en el teléfono de la casa no hay respuesta.

Estoy muy preocupado, por él y por lo que pudo haber sucedido en su familia. También por la facultad.

Lo extraño demasiado. Desde que nos conocimos fuimos inseparables.

Tengo muchas ganas de llorar , y a veces me duele el pecho. Pero, lo estoy soportando bastante.

Me he reunido con Phana varias veces. Después que las cosas se aclararon entre nosotros, se ha convertido en un gran amigo. Almuerza conmigo, y me consuela bastante .

Hoy llueve.
Me levanto y preparo para irme a estudiar, casi mecánicamente.

El aroma de la tierra mojada me llena la nariz, haciéndome estornudar.

En clases, anoto lo que dicen, pero no asimilo nada. Estoy hecho un tonto, un zombi.
En el almuerzo casi, no como. Los dolores de estómago me atormentan otra vez. Me alimentó para poder tomar la medicina y, duele un poco menos.

Llego al cuarto, peor de lo que me fui. Me doy una ducha rápida y me acuesto.

Llueve torrencialmente. La cortina de la ventana, se mueve sin cesar.

Ahora es cuando más lo extraño. Qué esté sentado junto a mí, en cualquier lugar, sin hacer nada. Sus manos , largas y delgadas. Sus abrazos. Como me conforta.
Me cosquillean los labios esperando sus besos.

-¡Aish!- golpeó la cama frustrado, y hago un berrinche de nené de dos años.- ¡¿ Cuándo vas a volver?! ¿ Cuándo?

Me duermo abrazando la almohada.

Miró el reloj. 4:00 am.
Alguien golpea la puerta insistentemente.
Me levanto como puedo, casi arrastrándome. La abro y ...
Ming está ahí. Hecho un pollito mojado. Empapado, gotas continuas cayendo de su pelo y ropa.
Estoy en shock.

- ¿ Puedo dormir aquí? Estoy muy cansado- pregunta.

Sin pensarlo dos veces, me refugio en sus húmedos pero cálido brazos. Siendo retribuido fuertemente cuando me envuelven.
Mis lágrimas, contenidas por tanto tiempo, caen fundiéndose con su cuerpo.

Angustiado y feliz, me desahogó sobre él.




En el Silencio De Nuestra AmistadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora