El agente del FBI Christopher Evans se somete a una misión para acabar con su peor enemigo, Sebastian Stan, un criminal, sin alma y corazón.
La misión es vital para acabar con el asesino de su hijo...
Todo se complica cuando la arriesgada misión se...
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Sebastian se encontraba en algún lugar del inmenso recinto, mientras en su mano sostenía lo que parecía ser un cronómetro que forma parte de una bomba química y biológica, en su otra mano un cigarro a medio terminar se encontraba encendido.
Activó el cronómetro que dejaba ver que estallaría en unos días, en lo quele concernía él estaría muy lejos de ahí y contemplaría su gran hazaña, junto a su hermano mientras se drogaba o se tiraba a una zorra.
Se levantó y escondió el panel de la bomba dentro de un pequeño lugar, se dio la vuelta y miró su atuendo, el disfraz de cura no le quedaba tan mal pensó él.
En el lugar principal del recinto se encontraba un coro de mujeres y hombres que cantaban alabanzas él se acercó y contempló a las mujeres que le parecían atractivas.
Empezó a bailar con el coro y una joven dejó de cantar para ver al "cura" que bailaba.
Stan notó la mirada de la rubia bonita y se acercó por detrás, sorprendiéndola.
—Ummm por qué has dejado de cantar, con tu voz haces que estos idiotas parezcan genios—alabó a la rubia que le sonrió.
Se acercó más hacia ella por atrás y colocó las manos en sus delgados hombros hasta que las deslizó hacia su trasero y los apretó entre sus manos.
Él empezó a cantar en su ido, se posicionó atrás de ella donde cantaba, hasta que le dió un mordisco a su lóbulo y ella tembló ante la acción del hombre.
Ella le dedicó una sonrisa traviesa.
Stan tenía tiempo para un polvo antes de ver a su hermano, la rubia le susurró algo en el oído de Sebastian y él le guiñó un ojo.
Él prefería a las castañas como él, pero no iba desperdiciar la oportunidad de corromper la inocencia de aquella joven, aunque la chica no parecía tener nada de inocente, de cualquier modo a él no le incomodaba tener que disfrutar un buen polvo con la corista de la iglesia, en un lugar tan prohibido lo hacia querer tomarla ahí mismo.
Si tenía tiempo, entonces ante la mirada atónita de los demás en el coro se dispuso a guiar a la rubia de bonitas facciones a algún lugar dentro del recinto, se podían escuchar los gritos de placer de la rubia que era empotrada contra la pared por un castaño, encantada del sexo que le ofrecía este, mientras que el hombre disfrutaba de saciar su necesidad en ella, siendo brusco en algún momento, pero es que le encantaba ejercer control en las personas.
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El agente Evans llegó inmediatamente a la base desde el primer día y se puso a trabajar con el equipo para capturar lo más pronto posible a Sebastian y su hermano.
—¿Dónde están?—preguntó mirando la pantalla en busca de ambos sujetos.
—No lo sabemos, la Interpol cree que está aquí...
Evans bufó.
—Eso no nos sirve de nada, confiaría en un soplón por diez dólares.—dijo enojado.—Debemos buscar y tener respuestas ya...
Su compañero Williams lo miró.
—Chris creo que podríamos descansar un momento.—mencionó su compañero.
La búsqueda no estaba siendo efectiva nadie se había marchado de ahí desde hace dos días, todos estaban cansado incluso Evans pero, encontrar a Stan era la prioridad más importante, no había vuelto a casa desde hace dos días por estar metido en la investigación.
—Nadie va a descansar hasta que encontremos a Sebastian Stan, Williams—dijo subiendo el tono de voz.
Todos sus compañeros comprendían que Evans era el que más quería encontrar a Stan, pero estaban cansados y no había pistas que los condujera algún lugar.
Chris gruñó y se metió a su oficina dejando de ver su enojo al azotar la puerta con fuerza.
Su jefe el señor Philips sólo intervenía cuando era necesario y no se había presentado durante los días que habían estado buscando a los hermanos Stan.
El tiempo pasaba demasiado lento para Evans que se la pasó todo el rato al teléfono tratando de conseguir algún dato que lo ayudara a encontrar a Stan.
—No me importa lo que tengas que hacer Víctor...
Gruñó enojado y colgó, enseguida tocaron a su puerta este contestó adelante, su secretaria asomó la cabeza.
—Señor, su esposa lo llama en la línea uno.—informó la rubia.
Chris iba a contestar hasta que por la puerta entró Williams apurado.
—Chris encontramos algo, adivina quién alquiló un jet en Campos Anderson y pagó en efectivo.—dijo Williams de repente.
Chris frunció el ceño.
—Alexander Stan.—dijo levantándose de su asiento.—Sube a un agente a ese jet.
Ordenó con voz profunda.
—¿Cómo sabes que Sebastian estará ahí?—cuestionó su compañero.
Chris giró en su dirección y me dedicó una mirada de hielo.
—Porque Alexander nunca viaja sin su hermano mayor.—contestó el rubio.—Necesito que llamen a un equipo de SWAT hay que ir de inmediato.
Y salió de la oficina para preparar la movilización de agentes.
«La emoción de capturar a Sebastian y su hermano le corría por todo el cuerpo, estaba listo para acabar con él.»
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¿Qué creen que pase? ¿Se van a dar en su madre?
Holaaaa, cómo están, perdón por la demora tengo clases virtuales estando en cuarentena y aún así los profes se están fletando dejando mucha tarea. En fin espero que estén muy bien, cuídense mucho.
¿Cómo les va ustedes en esta cuarentena?
Recuerden no hacer compras de pánico y quedarse en sus hogares :c es lo que podemos hacer , aportar nuestro granito de arena de esa manera.
