Capitulo 33

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Narradora

El cielo era oscuro, con nubes de un color brillante y a la vez opaco, había un leve olor a chamuscado en el aire, el cual era pesado, en este mismo, un rebosante espesor de pequeño sereno que entraba por tu nariz enfriándola hacia de aquella una temerosa noche.

Las constantes y rápidas pisadas de un lobo que corría dentro del bosque mientras iba dejando un pequeño rastro de sangre que escurría de su pata trasera izquierda, había caído en una trampa para oso que había sido colocada por algún cazador, gracias al cielo la herida no era profunda, una rama gruesa había de aminorar aquel catastrófico impacto. 《¡Mierda!》penso aquel lobo cuando escucho el aullido de lobos a la distancia, lo había encontrado, era obvio, parecía no haber escapatoria de allí, pues estaba tan mal herido y cansado, que el simple hecho de respirar le producía dolor y aumentaba su fatiga, 《Mami, se me congelarán los pulmones.... 》penso, recordando aquella vez en la cual caminaba de la mano con su madre, habían quedado atrapados en una tormenta de nieve hace ya varios años --Al menos algunos 18 años-- cuando aun vivía con su madre 《Rex... eso es imposible...》se hecho a reír la omega, 《Si fuese así, tenderías nieve en tus pulmones...》 《¡¿Nieve?! 》Exclamo muy preocupado y puso una pequeña carita de perrito asustado 《Eso no pasara jamás, por que mamá siempre estará para protegerte, de todo...》

--Mami, creo que esta vez mis pulmones si se están llenando de nieve--Dijo el alfa tirado aun en el suelo, agonizando con la poca energía que le quedaba a su cuerpo--Dijiste que siempre estarías allí...

--¡Aquí! ¡Lo encontré! --Loa gritos de los alfas acercándose a Rex eran aterradores, al menos ante los temerosos oídos de

Las pisadas se intensificaban, ahora eran acompañadas de gruñidos y ladridos de los lobos al igual que agitadas respiraciones de aquellos que habían recorrido varios kilómetros para atraparlo.

--Diosa luna... Ayúdame --Dijo en un pequeño susurro lastimero mientras sus dientes titiritaban con rapidez... Tirado a mitad de bosque, agonizando, sobre un marcado manto de maleza del bosque se encontraba aquel lobo café de ojos azules al borde del llanto sintiendo el sereno de la noche caer sobre su grueso pelaje mirándolo y haciendo que este se le pegara al cuerpo de manera incomoda, mientras las hormigas rojas trepaban sobre su cuerpo con tal rapidez que debido a l fatiga y la perdida de sangre se le hacia difícil verlas caminar sobre el.

Frente a el se posaron seis lobos grises que gruñían al unisono en posición de ataque, como si esperaran el momento adecuando para atacar con tan ferocidad que incluso la piedra en la cual termino recargado fuese a romperse por el impacto de aquel ataque

《Creo que este si es el fin》penso y sus esperanzas por sobrevivir dejaron de existir, pensó en lucas, no había nada mas especial que aquel omega de cuerpo delgado, aquella barba que el se dejaba para dejarse ver mas varonil al igual que su hermano, los ojos de su hermoso y majestuoso lobo, atrapados entre una mezcla eterna de color café y amarillo rosando la perfección, la sonrisa del omega por las mañanas de frio violento de aquella pequeña "Manada" en la zona roja, donde el viento durante la noche y la mañana era capas de formar pequeño copos de nieve y escarcha de seis picos, formando millones y millones de combinaciones diferentes, para después en la tarde cuando el sol salia en lo alto del cielo y cubría como con un manto aquellas casas de campaña, comenzar a derretirse humedeciendo el suelo

--Te extraño tanto, mi pequeño lucas... --Susurro mientras sentía los ojos casi cerrarse del cansancio y una lastimera lágrima caía de aquello azules y penetrantes ojos...

Y justo cuando sintió que todo estaba por acabar, un impulso de energía lo dejo de lleno, como si una presencia sagrada hubiese cubierto su cuerpo, y mientras el sereno aun caía con tal lentitud como para permitirle ver las diminutas gotas de agua que por dentro de seguro ardían a temperaturas inimaginables, tomo aire, y muchísimo valor como para ponerse en posición de ataque, sacudiendo el agua que escurría por su pelaje, lanzando en todas las direcciones a aquellas hormigas que pinchaban su piel sin descaro buscando comida siendo guiadas a el por el infinito olor a sangre.

--¿Te resistes? ¿Eh?, ¡Bien! --Gruño un lobo y se lanzo a Rex para comenzar a pelear, luego, uno a uno, los lobos fueron lanzándose contra Rex intentado derrotarlo, puesto que el alfa aun peleaba, se abalanzaba contra los arboles golpeando los lobos sobre el contra los rasposos y lastimosos arboles del bosque

De pronto, detrás de el aparecieron lobos gigantes que rápidamente superaron en numero a los atacantes de Rex, quienes, al ver a los lobos que se aproximaban apenas y tuvieron tiempo de reaccionar, pues sus gruesos pelajes lobunos fueron penetrados por los colmillos afilados y sedientos de sangre.

Una mordida y dos apretones firmes en la yugular y la garganta tronandola, fueron suficientes para dejarlos tirados desbordando sangre a borbotones sobre el pasto verdoso de aquella zona.

--Ah... --Los incesantes jadeos de Rex resonaban sin parar, el aire frio tornaba aquel aliento cálido en una pequeña cortina de humo blancuzco que se disipaba en el aire casi al instante, pensó en muchas cosas, mientras poco a poco perdía la cordura sintiendo sus ojos volcarse hacia atrás, y luego regresar hacia adelante como si estuviera intentando con todas sus fuerzas volver a reaccionar --No puedo morir ahora... --Murmuro --Tengo que volver por Lucas... y mi Bebe --Gimió, el dolor de las mordidas que aquellos lobos le habían provocado escurrían de sangre y lo hacían sentir débil.

Escucho a alguien hablarle, una silueta humana se poso frente a el, la luz de la luna a la espalda de aquella persona le hacia casi imposible saber quien era, simplemente se dejo llevar por aquella oscura y espesa inconsciencia... Tal sutil, que lo absorbía con tanto fulgor, como si un manto frio y turbio lo absorbiese y calmase alejando todo tortuoso pensamiento de su mente.

Al final, simplemente escucho un "Descansa" a lo lejos, como si una corriente de agua se lo llevase al fondo del mar y aquella persona le hablase desde fuera del agua, intentando llamarlo mientras poco a poco perdía la cordura.

Bien ya que subiré este cap, aprovecho para decirles que subí otra historia llamada "El pequeño Del Alfa" Se que tal vez crean que es descarado subir otra historia cuando ni siquiera he terminado de escribir las otras, pero quiero que sepan que esta historia es la historia de la pareja secundaria de el libro de gritos desesperados pues como era la historia con la que menos había trabajado creí que era la primera que deberá acabar y después seguiría con esta y la de esclavos sexuales de nuestros hermanos al mismos tiempo, ruego pascuencia pues estuve inactiva casi un año y es dificil acoplarme de nuevo

(Con esta tendre actualizaciones diarias hasta el capitulo 10)


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