-Señores, lamento la interrupción, pero Andrew -la mensión del nombre, me hizo apartar la mirada de aquel atractivo hombre. Giré la mirada hacia el hombre solitario. Me sonrío-, te presento a Annette, será tú compañera por el resto de la tarde y la noche-. Torres me puso adelante de ella, quedando frente aquel hombre de ojos cafés oscuros.
Se puso de pie, rebasando mi altura.
-Será un placer tenerte a mi lado -tomó mi mano derecha y besó el dorso. No aguanté mi sonrisa.
-Será un placer acompañarlo- mordí el labio inferior, me miraba intenso.
-Vamos por un trago -cambió de lugar su mano, la colocó a mi espalda y me instó a avanzar.
-Nunca te había visto por aquí, no pareces ser como ellas -me tendió el vaso con whisky.
Le agradecí la bebida y miré a las otras chicas. Estaba más decente que ella.
-La única diferencia sólo sería el vestuario y no frecuento mucho el Club, Torres me tiene en otras cosas- me encogí de hombros y bebí.
-Las fiestas en su mansión -asentí-. Prefiero el ambiente más tranquilo- sonreí.
Dejé el vaso sobre la barra y me acerqué hasta tocar su pecho, rozarlo y subir hasta su cuello. Lo inclino un poco y enredo mis dedos en su cabello negro.
-Podemos ir a un lugar, mucho más tranquilo, si te apetece -susurro sobre sus labios, mirando sus ojos.
-Podríamos, sí. Pero déjame hacer unas apuestas antes -solté un gruñido y él una risita.
Iba a separarme, me lo impidió al tomarme de la cintura, pegarme a su cuerpo y besar mis labios.
Con gusto le respondí.
Acariciaba mi lengua, dando paso a gemidos. Mordió mi labio inferior antes de alejarse. Ambos teníamos la respiración irregular.
-Vamos a la mesa -.
Tomó mi mano y caminamos de regreso.
-Pensamos que dejarías la apuesta- comentó uno de le mesa. Andrew rió.
-No, ella me dará suerte -ahora yo reí.
Me miró con el ceño fruncido.-Soy pésima dando suerte, podría hacer que perdiese- él negó con la cabeza.
-Bueno, mejor así, quédate y haznos ganar a nosotros- otro habló.
-Ganaré y tendrás tú recompensa -me miró con picardía
-Ganarás- aseguro.
Tomo asiento en su lugar y el arrastra otra silla para él.
A comparación de él, los otros tienen a sus acompañantes en sus regasos.
Se me hace imposible mirar al hombre que sólo con su mirada me hizo jadear.
Estaba frente a mí, con una chica en piernas y sólo ropa interior. Ambos veían sus cartas y la chica le rosaba el cuello con los dedos.
Su barba de tres días, lo hacía lucir más maduro y sexi.
Entre Héctor, Andrew y él, él es más guapo. ¿Por qué los comparo? Porque no puedo evitarlo. Llaman mucho mí atención.
-Subo a treinta mil libras -habló Andrew.
-¿Qué? Yo me retiro- dijeron otros.
-Cincuenta -el hombre frente a mi.
Me miró, levanté una ceja ante su mirada lasiva y arrogante.
Miré una seña de media sonrisa en sus labios y un guiño.
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Una vida diferente |Editando|
RandomUna vida diferente es un libro que duele, crudo y fuertemente apasionado desde varios puntos de vista. La pasión se absorbe entre la historia de amor de los protagonistas, pero también de algunos momentos en los que la violencia reina. *No pretendo...