-Erik, apaga esa cosa -Gruño y me envuelvo en la sabana, escondiéndome del sol.
-Ya está -El sonido de la alarma a cesado y le agradezco con la voz ronca, diciéndole que lo quiero.
-Sólo cuando te conviene -No me ve, pero sonrío.
-No te quejes y déjame dormir.
-Ann... -Me quejo por escucharlo más cerca, justo al lado de mí y gruño un qué-. Mm ¿Podrías darme dinero? Necesito pagar para una copias y un proyecto que haremos en clase -su voz se escucha apenada.
Me descubro por completo y me siento en la cama. Le hago un jesto para que se hagache, el condenado cada vez crece más. Abusando de su confusión, lo tomo de cuello y lo tiro a mí cama, besando ruidosamente su mejilla.
-¡Agh, Annette, que asco! -reclama mientras me levanto de encima y salgo de la cama con una sonora carcajada.
-Asco me da que pidas el dinero. Sabes que puedes tomarlo de mí bolso -lo veo rodar los ojos.
-No, sabes que me da pena.
-Pues no debería. Ese dinero es tanto tuyo como mío. Sólo debes avisarme cuánto tomaras. Así de sencillo -Le señalo el bolso y me vuelvo a la parte de la cocina.
《Que rico, gracias. No hay señal de Mamá, ¿fue al trabajo? ¿La beba? - le cuestiono tomando una de las quesadilla hechas él y la llevo a mí boca, mordiendola con gusto.
-De nada, tomaré cien -Ahora yo ruedo los ojos-. Y supongo, se fue antes de las seis -Se encoge de hombros respondiendo a mis preguntas-. Cat está con la vecina.
Erik y mamá no tienen una buena relación. Aunque no evita que él se preocupe por ella, pero trata de no demostrarlo. Decido no cambiar el tema y regresar al principal.
-Toma mil, no creo venir a dormir -me giro hacia el refrigerador. Saco la jarra de jugo de naranja y tomo un vaso. Me sirvo y siento en la mesa a comer. Todo bajo la mirada curiosa de Erik.
-Últimamente eso haces, Ann...
-No me reproches, sólo trabajo, hoy habrá una fiesta y la señora Torres quiere que estemos presente -lo interrumpo.
-Bien -Gruñe y se acerca a darme un beso en la frente-. Llegaré a la hora normal, espero verte antes de que vayas a trabajar -Asiento y vuelvo a morder otra quesadilla.
Toma su mochila y lo veo salir de casa, sólo en ese entonces suelto un suspiro y tomo un sorbo del jugo.
Hacr dos años y seis meses después de la muerte de mí padre, en los que se lleva creyendo que trabajo como sirvienta, asesora, mesera y encargada de fiestas en la mansión de la señora Torres, "una modelo". En verdad trabajo para ella, pero no es de modelo, ni trabajo como sirvienta, sino, es mí proxeneta.
Sí, la que me convenció de vender mí cuerpo y obtener muy buen dinero. Pero a comparación de las otras, yo soy una de las exclusiva; nada de viejos, niños y sadomasoquistas.
Según Torres, ha invertido mucho en mí y no dejaría que su "mercancía" sea dañada.
No le mentía a Erik, hoy habría una fiesta en la mansión de Torres. Irían varios empresarios, entre otros hombres nuevosy como las otras ocasiones, nos teníamos que lucir.
Dejando de lado esas cosas, decido arreglarme para ir a la universidad.
Que por cierto, ya cambié.
Ahora estoy en una de las privadas, estudiando contabilidad.
Una vez lista, con unos jeans entuvados negros y ragados a conjunto de una blusa blanca de tirantes y una chaqueta de cuero negra. Unos tacones con punta de igual color. Maquillaje sencillo y cabello suelto, salgo de casa. No me gusta caminar por el polvo que alza el aire, pero ni modo. No puedo darles una mansión a mí madre y hermano porque, sé que no la aceptarían y no dejarían de hacer preguntas.
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Una vida diferente |Editando|
RastgeleUna vida diferente es un libro que duele, crudo y fuertemente apasionado desde varios puntos de vista. La pasión se absorbe entre la historia de amor de los protagonistas, pero también de algunos momentos en los que la violencia reina. *No pretendo...