Capítulo 16

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Hace media hora que estoy despierta, debido a un sueño en el que aparecía con Danilo, en ésta misma casa, en el invernadero con una beba en brazos. Bufo, sintiendo un escalofrío recorrerme en la espina dorsal y los bellos de mi piel ponerse de punta.

Escucho dos golpes en la puerta y por instinto, me hago la dormida.

Estoy de espaldas a la puerta, lo que me impide ver quién es la persona que entra. Puedo escuchar los delicados pasos. No es hasta que se acerca a mi, que puedo reconocer su perfume y saber que es él.

Su respiración cae directo en mi rostro, debió inclinarse sobre mí. Cuando siento sus dedos en mi mejilla, me sobresalto al sentir una leve corriente acelerando mi corazón. Abro de golpe los ojos.

Él está de pie frente a mí, mirándome con confusión.

-Buenos días, Annette -parace reaccionar-. Te traje una muda de ropa, arreglate y baja a desayunar -sin esperar respuesta de mi parte, aunque no tenía intención hacerlo, salió de mi vista y de la habitación.

Suspiro y me estiro por toda la cama. Me siento erguida y abro la bolsa de papel: un vestido con tirantes, suelto en color lila.

-Hermoso... -sonrío probándolo sobre mi cuerpo. Reviso otra vez la bolsa, encontrando ropa interior y un cepillo para cabello.

Me adentro al baño y tomo una ducha, después me visto y cepillo los dientes al igual que el cabello.

Tomo mí móvil, mis llaves, y salgo de la habitación para ir a la de Danilo, en busca de mis tacones blancos, los cuales se encuentran a un lado de la puerta. Me calzo los pies y bajo a la primera planta.

Mis pasos hacen eco al chocar con el suelo, lo que alerta a las dos personas que se encuentran en la mesa.

Luz es la única en sonreírme y en mirarme sólo a los ojos.

-Buenos días -saludo al estar frente a la mesa.

-Buenos días, mi niña. Siéntate, que se enfría -dudo pero accedo al mirar a Danilo, quien ahora me veía normal y ya no como si quisiera romper el vestido y tomarme sobre la mesa.

Los minutos del desayuno pasan en silencio y yo no hago más que mirar mi platillo y desgustarlo completo.

Levanto el rostro para tomar un sorbo de agua, topando con la mirada de Danilo puesta en mí. Dejo la copa sobre la mesa y me limpio los labios. Él entre abre los suyos, quizá iba a hablar, pero mi móvil sonando rompió el pequeño momento.

Susurro una disculpa y me levanto. Contesto.

-Anne... -el suspiro de alivo que Lu soltó, me conmovió- ¿Dónde andas, hija? Estuve preocupada toda la noche -

Cierro los ojos, discipando el llanto.
Era muy creíble que fuese Erik quien contestara, siendo él quien apreció como llamada entrante, y sé que sigue molesto.

-Estoy en casa de una amiga... ya voy para allá. ¿Cómo están? -mí corazón late insistente por saber.

-Están bien, me he encargado de ellos. Erik está muy callado y la beba sigue igual de inquieta -sollozo.

-Gracias..

-No llores y no tienes que agradecer. Los quiero mucho y haría cualquier cosa para que estuvieran bien. Verás que todo se arreglará. Su amor es más fuerte que cualquier enojo, sólo deja que se calme -asiento, pero luego susurro un débil: está bien.

Hablamos unos cinco minutos más y cuelgo. Tomo aire y parpadeo varias veces para apaciguar el llanto y regreso al comedor.
Luz ya está recogiendo la mesa.

Una vida diferente |Editando|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora