Capítulo 18

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-Te has salvado de las faltas, pero no de mí -Connor me mira severo-. ¿Por qué no viniste? -

Hago una mueca.

-Te dije que tenía cosas que hacer -asiente.

-Vale -se lleva ma pajilla de su jugo a la boca-. Josué me invitó a salir -jadeo.

-¿En serio? ¿Cómo? -le doy una mordida a mi sándwich, esperando por su respuesta. Su rostro se torna rojo.

-Estaba en el baño, pensé que estaba solo y empecé a cantar -me rio un momento y me detengo al ver su mirada-. Me sorprendió cuando me dijo que cantaba muy bien. Yo no sabía que responder, no podía verlo porque yo estaba en un cubículo y el afuera... no quería salir -se ríe.

-Sigue -di otra mordida a mi sándwich,  el cual estaba delicioso.

-Terminé saliendo y él me sonrío, no lo podía creer, quedé mudo y tonto... no buscaba que hacer, hasta que volvió a repetir el alago y le agradecí -volvió a quedar rojo-. Logré mantener un conversación de cualquier cosa, hasta que ne dijo que le parecía adorable y me preguntó si quería salir con él a la feria -grité y sonreí emocionada.

-Eso es fantástico, Connor. Eres el crush de tu crush -me reí.

-Eso parece -se mordió el labio.

-¿y qué, aceptaste la cita? -asintió sonrojado.

-Le di mi número y hemos hablado -sonrío-, y quedado para el sábado.

-Me alegro por ti, amigo -le tomé una papa frita que tenía en su plato, a un lado de su hamburguesa. Se quejó, pero seguía sonriendo.

-Gracias, Anne -me encogí de hombros.

Nos quedamos un rato callados, hasta que rompí el silencio.

-Me gustan dos hombres -fruncí el ceño, mirando una gota resbalarse por el cantorno del envase de mi refresco Spritte.

-Que pillina, Anne -me reí al recibir el empuje de su hombro junto al mío-. Debe haber uno que te guste más -asentí y lo miré.

-Héctor me trae loca -mordí mi labio y suelto un sollozo.

-Anne -Connor me abrazó- ¿Por qué lloras? -ambos reímos y sus azules me miran con ternura.

-Porque tengo miedo de enamorarme -me quejo.

-¿No queréis hacerlo? -encojo los hombros.

-Ya no sé lo que quiero -soy sincera.

Tomo una servilleta y me limpio la nariz, suspiro y dejo de llorar.

No sé que me pasa, últimamente he estado muy sensible. Creo que la regla me bajará... me apresuro a tomar mi móvil, evadiendo la voz de Connor quien me llama, entro a mis notas y miro que hoy debe bajarme. Suspiro.

-Necesito una toalla, urgentemente -sus ojos parecen querer salirse de su rostro.

-Vamos con la trabajadora social -se recompuso y tomó mi mano para levantarme y alejarnos de la cafetería.

Cuando llegamos a la oficina, estaba cerrada. Connor se puso histérico y empezó a decir que pronto empezaría a desangrar. Sólo pude reír.

-¿Cómo puedes reírte cuando puede que en unos minutos... se te baje? -dejé de reír, al igual que mí sonrisa.

-Vamos a la dirección, puede que la secretaria tenga -y así fue, ella me proporcionó la toalla femenina. El chico preocupado me acompañó al baño, esperando afuera.

Es raro entrar a un lugar al que tienes acceso a cualquier hora, sin embargo, no lo haces por repelús a saber que no sólo han sido utilizados para hacer necesidad íntima.

Una vida diferente |Editando|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora