La verdad es que le había costado mucho dormirse. En su cama lloro abrazada a su almohada y, a pesar de tener muchas ganas de llamar a Inuyasha para que la acompañase hasta que se durmiera, lo soporto sola. No era justo para él tener que soportar todas sus miserias.
Y menos aun sabiendo que, aunque él decía que no le importaba demasiado la traición de Kikyo, aun asi había sido su esposa y lo había engañado.
Cuando amanecio, una dulce voz despertó a la pequeña, que primero creyo que era un sueño, pero al sentir como la acariciaban con delicadeza, logro entender que no lo era. Al abrir los ojos se encontró con el rostro sonriente de ese peli plata que había estado rondando en sus pensamientos toda la noche, aun después de dormida.
-Inu... Yasha – Le susurro aun adormilada y algo sorprendida al verlo en su habitación. Por Kami. Debia de tener un aspecto horrible luego de llorar por horas.
- Despierta pequeña dormilona – Se sento al borde de su cama, y allí noto la bandeja que tenia en sus manos – Te traje algo de comer antes de irme a trabajar.
- ¿El desayuno? – Pregunto aun mas sorprendida, mientras se incorporaba en su lecho.
- Asi es. Anoche te dormiste sin cenar, asi que quería asegurarme que comieras algo antes del almuerzo. Luego puedes seguir durmiendo si lo deseas – Dejo la bandeja, con ese desayuno que olia muy delicioso, en su mesa de noche y se giro para verla mejor.
- Gracias, Inuyasha. Eres muy dulce – Le contesto con una sonrisa, haciendo que él se sonrojara levemente.
- ¿Cómo te encuentras hoy? – Acaricio su cabello y se concentro en sus ojos que estaban hinchados, seguro por el llanto. Un sentimiento de ira invadio el pecho del oji dorado. Esos malditos...
- Mejor – Le mintió sonriendo – Y muy hambrienta – Ese comentario hizo reir a Inuyasha, y ella siguió con su risa.
- Mucho mejor entonces – La miro fijamente otra vez, sonrojándose al ver esa hermosa sonrisa plasmada en su rostro. Era la primera vez que una mujer lo ponía asi. Corrio su rostro para que no viera su sonrojo e intento calmar a su corazón que creía se le iba a salir del pecho – Yo... Tengo que irme a trabajar, muñeca – La volvió a mirar, ya mas tranquilo – Ya tienes mi numero de teléfono, asi que cualquier cosa que necesites, me llamas, ¿Si?
- Claro, Inu. Muchas gracias – El peli plata tomo su mano, se la acerco a su boca, bajo la atenta mirada de la azabache, y beso su muñeca mientras sonreía, haciendo que ella se sonrojara furtivamente.
- Adios, muñeca – Salio de la habitación y se dirigio al trabajo, con un solo pensamiento en su cabeza: Se había enamorado de esa hermosa sonrisa que Kaghome le regalaba. Y tal vez, solo tal vez, de ella también.
Por su lado, Kaghome se volvió a recostar en la cama, aun con su pulso acelerado por lo que acababa de ocurrir. Acababa de sufrir la traición mas grande de su vida, ¿Cómo era posible que Inuyasha la pusiera asi de nerviosa con tal solo un beso?
Admitia que Kouga también tenia esos pequeños detalles con ella, pero nunca algo tan... ¿Intimo? No. Claro que sus detalles eran asi de intimos también. Entonces, ¿Qué hacia que los besos de Inuyasha fueran tan especiales? ¿Acaso era los nervios por el poco tiempo que se conocían? ¿O por qué, muy internamente, siempre estuvo interesada en ese hombre?
No. No podía ser eso. Era el esposo de su mejor amiga. No podía estar interesada en él. ¿O si?
Era verdad que cuando lo vio en la boda se le seco la boca y todo a su alrededor desaparecio, mas aun cuando lo descubria mirándola sin descaro alguno. Y, como si fuera poco, no corria su mirada avergonzado, al contrario, se la mantenía hasta que era ella, por los nervios y la falta de oxigeno, la que tenia que dejar de mirarlo.
![](https://img.wattpad.com/cover/211503697-288-k999408.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Infieles
RomanceHistoria de una traicion que termino con la vida de 4 personas. Pero, como dicen, siempre hay una luz en la oscuridad. *** Los personajes no me pertenecen. Son de la señora Rumiko Takahashi, yo solo los tomo prestados para crear mis historias las cu...