𝓘𝓷𝓯𝓲𝓮𝓵𝓮𝓼 9

1.8K 91 10
                                    

-¿Kaghome? – Llamo el peli negro, logrando que Sango e Inuyasha también pusieran su atención en ella. ¿Habia dicho algo malo?

- ¿Qué sucede? – La peli negra si acerco mas a ella, apoyando su mano en su regazo.

- Yo... Yo... - Y una lagrimas comenzaron a salir por sus ojos. Casi parecía una niña pequeña, a la cual habia regañado.

- Inuyasha – Llamo su amiga en busca de ayuda.

- Tranquila, pequeña – Se acerco a ella, acariciando sus brazos – Todo estará bien, ¿Si? – La azabache lo miro fijamente y asintió con su cabeza, intentando dejar de llorar.

- ¿Qué sucede? – Volvio a preguntar la peli negra, sin dejar de mirar a su amigo.

- Kikyo era la mejor amiga de ella – Le dijo, mirándola con algo de pena. Sango jadeo por la sorpresa, y también llevo sus manos a su boca. Esa pobre muchacha habia sufrido mucho.

- Yo... No lo sabia.

- Por eso se emociono cuando dijiste que era tu amiga.

- Ho cariño – Abrazo a la azabache contra su pecho, sintiendo como otra lagrimas comenzaban a salir – Desde ahora seremos mejores amigas. Confia en mi – Kaghome la miro fijamente, y sonrio con alegría, aunque solo pudo asentir con su cabeza, ya que su garganta estaba trabada por un nudo.

- No sabia nada, Inuyasha – Hablo Miroku, luego de presenciar toda esa escena – Siempre pensé que Kikyo era pariente lejana de Kouga. Nunca pensé que era la mejor amiga de Kaghome.

- Yo tampoco te conte nunca. No quería que nadie mas lo supiera, por ella – Miro a Kaghome, que ya no lloraba, pero seguía abrazada a Sango – Se que además de ser doloroso, es muy vergonzoso.

- Disculpenme – Susurro la azabache, una vez que se separo de Sango.

- No tienes porque disculparte, Kaghome. Pasaste una mala experiencia - La peli negra apretó sus manos y le sonrio – Ya no llores, ¿Si? – Limpio sus mejillas de las lagrimas de dolor – Ahora ve a cambiarte, ponte muy bella y salgamos a divertirnos, ¿No, Miroku?

- Claro, morena. Iremos a nuestro hogar a cambiarnos y volvemos.

- Seguro – Aseguro el peli plata, luego de prenderse de la cintura de su novia – Los esperamos.

Una vez solos, Kaghome se abrazo fuertemente al pecho de Inuyasha, volviendo a llorar. El peli plata sentía una opresión en su pecho. Se sentía impotente al ver sufrir a su muñeca y no poder hacer nada para evitarlo. No le molestaba que lo hayan engañado a él pero, ¿Por qué a Kaghome? Ella era sumamente bondadosa, no se lo merecia en absoluto.

-¿De verdad podremos ser amigas? – Susurro contra su pecho, acongojada por esas palabras que tanto le dolían.

- Claro que pueden, princesa – Beso su cabeza, como si con eso pudiera borrar su dolor – La conozco desde hace años, y es muy fiel como amiga. No te fallara.

- No quiero que me vuelva a suceder lo mismo – Le confeso, mirándolo directo a sus ojos dorados, con su vista lagrimosa. Imagen que partio el alma del peli plata.

- Nunca volveras a pasar por lo mismo. Sango es incapaz de hacer algo asi, bella, y yo mucho menos. Te amo. Te amo demasiado como para solo pensar en engañarte – La abrazo nuevamente contra su cuerpo – Creeme, por favor – Le rogo en su oído, en un susurro desesperado.

- Te creo, Inu – Lo miro nuevamente a los ojos, sonriéndole – Yo también te amo, mucho mas de lo que puedo expresar.

- Vayamos a vestirnos, princesa – Beso se frente, deteniéndose un momento para aspirar su delicioso aroma – Salgamos a divertirnos.

InfielesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora