La noche lo tomo por sorpresa. Hacia tan solo minutos que la auditoria contable había terminado y, gracias al Angel, todo cerraba limpiamente, como lo deseaba. Ese "pequeño problema" de la fuga de capitales no había levantado sospecha alguna.
En ese momento deseaba ir a su hogar, comer una rica cena con su novia y luego tirarse en el sofá a ver una película o solo charlar con ella. Le dolia la espalda, el cuello y la cintura, por estar tanto tiempo sentado.
Cambio de planes.
De camino la casa compraría unas cervezas bien frias y secuestraria a Kaghome para encerrarla en su habitación y hacerle el amor de 200 formas diferentes. Luego la llevaría a la ducha donde la volveria a follar y por ultimo, una vez cansado por completo, dejaría que duerma. Obviamente con él a su lado.
Al llegar a su hogar escucho esa música alegre que a su pequeña tanto le gustaba. Se adentro con el carton de cervezas en la mano y la vio moviendo sus caderas al ritmo de la melodía mientras terminaba de acomodar dos platos con unas enormes hamburguesas y abundantes papas fritas en la mesa ratonera. Esa noche comerían en el suelo, mientras veian una película y se acurrucaban. Como amaba a esa mujer.
-Hola, pequeña – La abrazo por la cintura, mientras besaba su mejilla y dejaba la bebida en la mesa ratonera, al lado de la comida.
- Hola, guapo – Con destreza se giro, colgando sus brazos en el cuello de él. Tomo sus labios con delicadeza, gimiendo de placer.
- Eso huele delicioso.
- Estuve mucho tiempo en la agencia de modelos, asi que pase por comida de vuelta a la casa.
- Me parece el plan perfecto. Yo traje cerveza – Volvio a besarla, mordiendo levemente sus labios, escuchando una risa de su parte – Me ire a cambiar.
- Te espero para elegir una película, cariño – Sin perder tiempo, la azabache se tiro sobre los enormes almohadones que había preparado para estar comodos. Inuyasha la miro y suspiro con una sonrisa. Sus planes habían vuelto a cambiar. No habría sexo desenfrenado esa noche.
Al volver se sento a su lado y comenzaron a comer, mientras veian una comedia que los hacia reir a cada minuto.
Kaghome estaba nerviosa por darle la noticia, pero queria hacerlo una vez que estuvieran comodos y tranquilos ya que, conociéndolo como lo conocía, su novio seguramente se tiraría sobre él para hacerle el amor con pasión. Como a ambos les gustaba.
Una vez terminada la película, la comida y tras haberse tomado tres cervezas cada uno, ambos llevaron los platos para dejarlos en el lava vajillas. Volvieron a sus lugares donde, papeles en mano, la azabache se los ofrecio.
El peliplata la miro con desconcierto, pero abrió el sobre leyendo lo que decía dentro. Su rostro cambio de serio a alegre en tan solo un segundo. Se tiro sobre ella para besarla, mientras la tomaba de sus piernas para sentarla sobre él. Sus manos corrian por su pequeño cuerpo, queriendo comerla entera.
-Te amo, pequeña – Sonrio de lado burlonamente, mientras sus manos quitaban con rapidez la musculosa verde que cubria el cuerpo de ella – Ahora quiero que aclaremos de quien eres.
- Soy mia, pero puedo prestarme un rato – Se burlo, logrando sacar una sonrisa de ese joven que, sin decir nada, ataco sus pezones.
Kaghome gimio, tomando sus largos cabellos entre sus dedos y apretando su cabeza contra sus pechos.
Inuyasha gruño al sentir como su sexo se apretaba contra su pene que ya estaba duro como roca. Esa mujer lo enloquecia y, sin remordimiento alguno, lo guiaba hacia la locura permanente, de donde nunca queria huir.
Esa mujer era todo lo que necesitaba y, por el Angel, que aprovecharía todo lo que ella quisiera darle, el tiempo que ella quisiera darle. Lo traía como un demente, pero no se arrepentia.
Su mente en ese momento recobro la cordura. ¿En que momento le diría que le había comprado una casa, a las afuera de la ciudad, como la de su madre que tanto le había gustado? Bueno. Ya encontraría el momento pero en ese momento en que su miembro se encontraba dentro de ella, no podia pensar con claridad.
FIN.-
ESTÁS LEYENDO
Infieles
RomanceHistoria de una traicion que termino con la vida de 4 personas. Pero, como dicen, siempre hay una luz en la oscuridad. *** Los personajes no me pertenecen. Son de la señora Rumiko Takahashi, yo solo los tomo prestados para crear mis historias las cu...