Cuando estaban terminando de empacar, escucharon la puerta de entrada abriéndose. Solo había una persona que tenia la llave. Kouga.
-¡Kaghome! – Se escucho el grito furioso del peli negro - ¡Kaghome!
- Vamos muñeca – Tomo su mano, y sintió el leve temblor que recorrio su cuerpo – No temas. Yo estoy aquí contigo – Beso su frente y la abrazo con suavidad.
- Yo... No quiero que haga ninguna locura – Le susurro con temor.
- ¡Kaghome! ¡Se que estas aquí! – Volvio a gritar mas furioso debido a la nula respuesta de su ex esposa.
- No hara nada, pequeña – La tomo de los hombros, haciendo que lo mirase y le sonrio – Y si lo intenta, lo calmare.
- Le dire de lo nuestro – Le dijo muy decidida.
- ¡Kaghome no hagas que vaya a buscarte! – Amenazo, alertando al peli plata.
- ¿Estas segura?
- Si tu quieres, si – Le susurro, ahora un poco mas intranquila debido a la reacción del oji dorado.
- Claro que quiero – La abrazo contra su cuerpo y le sonrio sensual – No quiero que nadie se acerque a mi muñeca – Beso sus labios y volvió a tomar su mano – Vamos. Eres fuerte.
- ¡¿Dónde demonios estas?! – Escucharon los pasos comenzando a subir las escaleras y la azabache miro hacia la puerta.
- Vamos, Inu – Apreto su mano, tomando coraje, y caminaron hacia la sala, encontrándose con ese peli negro en medio de las escaleras.
- ¿Qué hace él aquí? – Siseo entre dientes, aun mas furioso, como si fuera posible.
- Inuyasha vive aquí. Ya lo sabes – Ignorandolo, paso por su lado, llegando a la sala. En ese momento Kouga noto algo muy importante, ese maldito infeliz tomaba la mano de Kaghome.
- ¿Por qué la tomas de la mano? – Bajo con rapidez, para colocarse al lado de la pareja – Sueltala – Le gruño, pero el peli plata permaneció callado. Kaghome temia que pudiera cometer una locura, asi que no seria él quien comience con una pelea.
- Estoy saliendo con Inuyasha ahora. Es mi novio – Confirmo las sospechas de Kouga, haciendo que este quedara en shock. ¿Acaso había escuchado bien? No. No podía ser.
- Tu... No... No puede ser verdad. Tienes que estar bromeando – Su azulina mirada cobro un tinte de odio, y su rostro se puso rojo de la ira - ¡Tiene que ser una jodida broma!
- Deja de gritar. Y no, no es ninguna broma. Inuyasha y yo somos pareja.
- ¡Eres una maldita puta! ¡No alcanzo a salir de tu cama que metes a otro! – Le rugio furioso. Inuyasha, ante ese insulto, dio un paso para enfrentarlo, para la mano de la azabache se lo impidió.
- Soy una mujer libre, Kouga. Te recuerdo que el que me engaño, con mi mejor amiga, eres tu – La voz fría con la que Kaghome hablaba, sorprendia tanto a Inuyasha como a Kouga, nunca la había escuchado con ese tono. Era siempre tan alegre y risueña, que dudaban que pudiera ser cruel.
- Pero no comencé a salir con ella – Siseo, algo acorralado.
- Claro que no, porque tenias una esposa que calentaba tu cama. Lo que tu hiciste es imperdonable, no me vengas a dar lecciones sobre ética – Escupio con maldad – Yo termine mi relación contigo antes de comenzaron una nueva con Inuyasha. No le veo el problema.
- Eres... ¡Eres una ramera! ¡Una... - Y su insulto se vio interrumpido por el golpe que Inuyasha le propicio en la boca.
- No te atrevas a seguir insultándola, maldito infeliz. Tu la engañaste con la que se hacia llamar mi esposa. Tu la abandonaste. Tu le fallaste a su amor. No tienes ningún derecho de llamarla "Ramera" – Le gruño, mientras lo prendia del cuello de su camisa, para luego empujarlo contra el suelo. El peli negro lo miro con odio, pero luego comenzó a reir como demente.
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Infieles
RomanceHistoria de una traicion que termino con la vida de 4 personas. Pero, como dicen, siempre hay una luz en la oscuridad. *** Los personajes no me pertenecen. Son de la señora Rumiko Takahashi, yo solo los tomo prestados para crear mis historias las cu...