PARTE I: El Escuadrón Negro

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I

No había nada que pudiese asustar a Poe Dameron. Ni siquiera reuniones sorpresa con la general Organa podían moverle un pelo de su sitio, de hecho, su caminar denotaba seguridad, aunque estuviera en el ojo del huracán de la batalla.

Firme, rápido, confiado y con la cabeza bien alta.

Espero que no esté el droide con la general, ya sabéis. Había bromeado con sus compañeros justo antes de salir casi corriendo hacia el despacho privado de la veterana general. Poe sabía que era el mejor, ni siquiera lo tenía tan metido en la cabeza, los hechos eran los hechos: podía pilotar cualquier cosa y salir caminando tan tranquilo, enfrentándose a la muerte era como más vivo se sentía.

No sabía que en el transcurso de un año tanto su vida como la guerra iban a cambiar radicalmente.

Poe saludó con la cabeza a los guardas personales de la general Organa, vestidos con uniformes marrones y armados con blasters de color negro; el símbolo naranja de la resistencia en la solapa derecha de sus camisas era lo que primero se veía.

El piloto paró delante de ellos mientras reflexionaba unos segundos sobre su vida. Hacía dos años que había llegado a la base, recogido por la mismísima general Organa, una mujer que había luchado contra el mal desde que este apareció con la forma del Imperio, y que no había dudado en atacar de nuevo a la oscuridad bajo el manto de general, recopilando información y esperanza allá donde fuese.

Sinceramente, había crecido escuchando leyendas de esa mujer y de sus padres, ambos héroes de la rebelión contra el Imperio. Y al igual que sus padres habían cogido el cargo, cuando la general Organa lo había necesitado, él también había cogido el testigo de lo que está bien. De lo que debe hacer.

La puerta se abrió delante de los guardas, automáticamente, y Poe miró dentro del despacho. Delante de la mesa, apoyada, estaba la general Organa, tan digna como siempre, vestida con un chaleco azul con su símbolo naranja, y un uniforme marrón. Pese a estar vestida de manera tan casual, Poe pudo notar la dignidad y el poderío de la mujer, que le hizo una señal con la mano.

"Comandante Dameron, pase." Poe dio unos pasos antes de plantarse delante de la general Organa, cruzada de brazos. La luz de las pantallas en la pared, que la rodeaban, hacía que la habitación tuviese un halo color verde que imitaba los tonos del agua más azul de la galaxia. Poe jamás lo había visto, pero lo asumió así. "Tengo... una misión para ti. Sé que no necesitas muchos detalles sobre ella, pero sí tengo claro que es algo en lo que no puedes fallar."

Estas palabras ya encendieron un fuego dentro de él que no podría ser apagado, necesitaba contentar a la general Organa. Más que respirar.

"Sé lo que nos jugamos en esta lucha, no fallaré. Dígame qué necesita que haga, general Organa" Sonó tan convencido, que Poe casi se sorprende a sí mismo bajando el tono de la frase. Por suerte, la general no pareció notarlo, o al menos, no le importó.

"La Resistencia, desde que existe, o bueno, desde que la cree en las sombras, ha sido el símbolo de la esperanza de tu generación. Al igual que la rebelión lo fue para la mía." La general se puso los brazos hacia atrás mientras caminaba hacia la parte de atrás del escritorio, activando un holograma con simplemente pasar por delante. Una imagen de Luke Skywalker, con unos cuarenta años, apareció delante de él, mirándolo fijamente.

Luke Skywalker, el Maestro Jedi que había logrado acabar con la Estrella de la Muerte, el general de la rebelión. El piloto más conocido de la Alianza.

"Creciste en una galaxia libre de mal. Gracias a este hombre y a los sacrificios que tomó junto a la Rebelión. Su nombre es un susurro de esperanza para todos los que están empezando a sufrir el daño de la Primera Orden." La general pausó. "Y de los Caballeros de Ren."

REVOLUTIONARY ☍ Poe DameronDonde viven las historias. Descúbrelo ahora