XII

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"¡Nunca serás tan poderosa como yo!" Eila se apartó un paso mientras el sable de color azul golpeaba contra el suyo, soltando chispas. El bosque estaba iluminado completamente por el color rojo del fuego y los dos colores de los sables. "¡Patética! ¡Estúpida! ¡Inútil!"

"¡Basta!" Había gritado, patéticamente, mientras movía su sable rápidamente para volverse a defender de los golpes de Ben.

Ben. Sus ojos enloquecidos la miraban de una manera que jamás había visto. Sí, había notado la oscuridad en él, pero... Nunca había pensado que sus peores pesadillas se cumplieran.

El hermano mayor paró mientras cogía aire, la chica estaba cansadísima, tenía sangre en la cara, dolor en todo su cuerpo... Y aun así, tenía que seguir viva. Tenía que pensar, y rápido.

"Ben..." Eila comenzó, mirando al chico y apagando su sable láser amarillo. No quería hacerle daño, algo estaba mal. Quizá si le hablaba e intentaba convencerlo de que no la matara... "Ben, ¿por qué?"

El hermano paró de respirar, o al menos, ella no lo escuchaba. Solo vio cómo la miraba con ojos oscuros y volvía a levantar su sable láser azul, bajándolo rápidamente y-

"¿Eevan?" Sus ojos se abrieron en ese mismo segundo. Soltando el aire que había estado aguantando posiblemente en su sueño.

Su recuerdo. Su cicatriz.

Poe Dameron la estaba mirando desde arriba, con una mano en su hombro y ojos despreocupados. Al parecer, no había estado chillando ni con un ataque de ansiedad, cosa que se agradecía, ya que hubiese sido más complicado de lo normal explicarlo.

"Has dormido todo el viaje." El comandante explicó, y la consejera miró a su alrededor. Estaban aparcados en el puerto espacial de Kaddak. Genial.

"¿Las diez horas?" La chica preguntó, una ceja levantada. "Hace años que no duermo más de tres horas seguidas."

"Me lo he imaginado." Poe le sonrío. Una sonrisa cómoda, de las de verdad, y la consejera intentó hacer lo mismo, rascándose un ojo. "Me pasa lo mismo, normalmente, cuando he visto que no te despertabas, Oddy y yo hemos coincidido en dejarte dormir."

"Un detalle." Eevan se levantó de la silla de pasajero y se estiró, levantando los brazos y bostezando. Nunca se había sentido descansada, pese al dolor de espalda por la mala postura. "Me sorprende que no estemos muertos todavía, así que... ¿Bien por nosotros?"

"No puedo creerlo." Poe sonrío para sí mismo, caminando a la salida de la cabina de mandos. "¿Tú? ¿Haciendo bromas? ¿En el planeta más peligroso en el que hemos estado?"

Eevan se quedó callada, la sonrisa que tenía en la cara cayó y se llevó una mano a la boca. Había sonreído. Poe se la quedó mirando unos segundos, una de sus cejas subiendo mientras veía el extraño comportamiento de la joven consejera.

"Vámonos." La chica comentó, radicalmente, mientras comenzaba a caminar hacia la salida. "Hay que completar la misión."

Poe no rechistó, solamente siguió a la consejera mientras negaba para él mismo. Era extraña, pero extraordinaria.

"¿Tenemos idea de dónde empezar a buscar?" Poe preguntó, caminando hacia la salida de la nave que los había llevado, donde los dos droides y Oddy esperaban para salir.

"Oh, señor, este lugar tiene oídos en las paredes." C-3PO comentó, levantando levemente sus manos.

"Por los espías, ¿verdad?" Eevan se cruzó de brazos, todavía estaba cansada y dolorida en la espalda, pero se mantendría bien.

Luego ya le daría vueltas al sueño que había tenido. Por ahora, su primera prioridad era sobrevivir.

"Operativos, consejera Chitra." El droide protocolario comentó, mirando a la consejera. "No sé dónde empezar a buscar, aunque por suerte para nosotros, estoy en contacto con un operativo que nos puede dar alguna pista."

"Está bien, pero vayamos con calma." Poe se acercó a la salida de la nave, abriendo uno de los controles, el que seguramente abriría la puerta para que saliesen.

"Oh, por eso no se preocupe, señor." C-3PO se movió hacia la salida, mirando al piloto. "Soy la viva imagen del sigilo."

Poe miró a Eevan, que hacía una mueca mientras miraba al droide. No estaba muy seguro de si el plan saldría bien. Pero sinceramente, ¿qué plan le había salido bien en su vida?

El piloto apretó un botón y la puerta de la nave se abrió, bajando lentamente para formar una pequeña plataforma de bajada, la cual fue ocupada en pocos segundos por los cinco integrantes del grupo.

Poe bajó primero con C-3PO, seguido de cerca por Oddy. Luego, Eevan y BB-8 bajaron lentamente la rampa, mirando los alrededores.

El puerto de Kaddak parecía de lo más normal. El lugar consistía de una enorme aguja de un cristal rojo brillante rodeado de casas flotantes, construidas alrededor de la enorme formación rocosa, que proporcionaba apoyo y una luz bastante tenue y extraña. Su gente, de lo más variopinta, no tenía... una especial buena pinta.

"No sé qué te preocupa tanto, Poe." El técnico comentó, siguiendo a Poe de cerca. "A mi me parece un puerto espacial de lo más normal."

La frase hubiese acabado bien, de no haber sido porque en ese momento, desde la parte alta de la formación rocosa, una persona cayó mientras gritaba, desesperado.

El técnico, obviamente, saltó casi un metro del susto, mientras Poe y Eevan se miraban. La joven se había llevado una mano al bláster alertada, hasta que se dio cuenta, a los pocos segundos, que aquello no iba con ellos.

"Bueno, Oddy, así es la manera en la que resuelven los problemas. Te suben a la aguja y te tiran." Poe explicó, mirando a su técnico de forma sombría. La consejera soltó su blaster, aguantado en su cinturón negro. "Y cuando el problema llega al suelo, pues está resuelto."

"¡Nadie se ha inmutado!" El técnico exclamó, y era cierto, ninguno de los visitantes del puerto espacial se había girado siquiera a mirar al hombre que caía al suelo.

"Ya, y por eso tenemos que encontrar al droide y salir de aquí." Poe continuó caminando, como si nada, la consejera yendo tras él rápidamente. "Kaddak no es un lugar donde me quiera quedar muchas horas, es un mal sitio."

REVOLUTIONARY ☍ Poe DameronDonde viven las historias. Descúbrelo ahora