XXI

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Eila apartó una planta de su cara mientras sudaba la gota gorda, la jungla estaba siendo un medio un poco complicado para ella. Y sobre todo, porque tenía que llevar a Muse encima, debido al camino lleno de raíces que estaban pasando. Por suerte no era Poe, que tenía que llevar encima a BB-8, usando varias cuerdas rodeando al droide a modo de mochila.

El mapa los había llevado a Devaron, un planeta inhabitado cubierto de junglas y templos abandonados. De hecho, se dirigían a uno, seguramente, pues Muse les estaba indicando el camino tras dejar las dos naves en el primer claro que habían visto cerca de las coordenadas.

Quien les iba a decir que entre el calor que hacía, la humedad, y el complicado camino en la jungla, los dos estaban cansadísimos.

La consejera se había quitado la chaqueta de cuero y la llevaba atada a la cintura, la camiseta blanca de media manga que llevaba estaba chorreando de sudor igual que su pelo, recogido en un moño encima de su cabeza.

Poe, tras ella, se había quitado la mitad del traje de vuelo, dejando caer la parte de arriba desde su cintura. Al igual que la consejera, la camiseta blanca de tirantes que llevaba estaba húmeda por su sudor, y bastante manchada de aceite de su Ala-X.

Muse pitó delante, informándolos que se estaban acercando al destino; ambos gruñeron, aliviados porque la tortura iba a pasar pronto.

"Esta es la peor excursión de la Galaxia." Poe intentó bromear, detrás de la consejera, que solamente bufó, apartando otra planta de su cara, viendo que, a pocos metros, se abría una nueva explanada rodeada de árboles; tanto, que ni siquiera se veía el cielo de no ser por unas motas doradas del sol.

"No haber venido." Eila caminó rápidamente los pocos metros que quedaban y Poe negó con la cabeza, apretando un poco el paso para llegar a la misma vez que la consejera al prado oculto.

La joven se llevó las manos a la cadera mientras observaba el lugar. Con razón no lo habían visto, estaba lleno de árboles, tan tapado, que Eila supuso que ahí se escondía algo bastante peligroso, o bastante interesante. De hecho, llevaba notando el tirón de la Fuerza desde que había llegado al planeta, desesperada por saber qué la estaría llamando.

Pero sabía que lo que la estaba llamando era lo que se escondía al final del prado: un templo.

El templo era, francamente, enorme. De hecho, los árboles que lo rodeaban eran casi el doble de altos que la campana que formaba el atrio, justo como la que había conocido aquellos años atrás, aun así, la campana era impresionante.

La entrada estaba abierta, dos puertas enormes de piedra estaban echadas a los lados, y Eila casi podía notar la Fuerza que desprendía ese lugar como si fuese un olor.

BB-8 pitó a las espaldas de Poe, y el piloto miró atrás, dándose cuenta que su amigo ya podía rodar libremente por ese lugar, no parecía que hubiesen más problemas de movilidad para el pequeño droide redondo.

El joven piloto se quitó una de las cuerdas, agachándose para quitarse el resto y liberar a su amigo, sin una palabra.

La verdad, habían compartido pocas palabras en ese viaje.

"¿Es esto lo que buscamos?" La consejera le preguntó al droide que llevaba en brazos, y este pitó, afirmándolo. "Vale." Y con eso, la joven dejó al droide en el suelo, que se movió rápidamente hacia adelante.

"¿Deberíamos entrar?" Poe se acercó a Eila, y BB-8 se unió al otro droide, rodando hacia adelante.

"Creo que sí." La consejera lo miró y él asintió, caminando hacia adelante, seguido por la joven.

REVOLUTIONARY ☍ Poe DameronDonde viven las historias. Descúbrelo ahora