XIII

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Eila Solo estaba bien entrenada en ese tipo de lugares. Especialmente, porque sabía qué tipo de gente podría encontrar ahí mismo. Su padre se había encargado personalmente de enseñarle cualquier tipo de personalidad criminal en los pocos años que la niña había acompañado a su padre.

Eso sí, hasta que la Fuerza comenzó a hacer aparición en ella, y su madre había insistido en llevarla, como a su hermano, con su tío Luke.

El problema era que eso había sido haría diez años, y el espíritu criminal de Eila, ahora Eevan, había desaparecido al completo. Quizá sabía poner la cara de mujer enfadada, una que a los contrabandistas solía alejar por patas. Pero en ese momento se sentía bastante observada.

Y no mejoraba la cosa saber que su padre podía estar ahí perfectamente, o que alguien con quien había hecho negocios tenía dos dedos de frente y ataba cabos.

¿Mejor piloto de la Resistencia? ¿Con una chica? La chica sería importante, y alguien ataría cabos, y seguramente muy rápido.

"3PO." Eevan llamó, parando en uno de los bares que había en Kaddak. Estaban en el nivel 45, rodeados de bandas criminales y, posiblemente, de problemas. "Tenemos que salir de este planeta rápido. ¿Tienes pistas?"

Poe se paró a su lado, apoyándose en la barra mientras la consejera apoyaba sus manos en la cintura.

"Necesitamos encontrar al droide, coincido contigo." Poe susurró, mirando el tipo de calaña que había por allí. "Danos lo que sea, podemos incluso separarnos para encontrar al operativo."

"Oh, señor, me temo que ese es mi trabajo." El droide dorado comentó, mirando a los dos altos mandos. Estaban francamente tensos. "Su trabajo es mantenerme a salvo, el mío, me temo, que es el sencillo." C-3PO explicó, mirando a otro lado. "Las interacciones sociales en las bandas criminales son tan complejas, ojalá estuviese aquí mi buen amigo Han Solo-"

El droide pareció cortarse, moviendo un poco la cabeza a un lado, como su hubiese ido a mirar a Eevan, que observaba al robot con las cejas juntas. Por suerte, Poe no veía su cara.

Han Solo. Simplemente la mención de su padre ya la hacía enfadar.

"Él nos ayudaría en esta misión, en este lugar se sentiría como pez en el agua." El droide explicó, tras su pausa. "Pero debido a su distanciamiento con la general Organa, no podrá sernos de ayuda. Aunque según mis operativos ha vuelto a su antigua ocupación, el contrabando." Otra pausa, esta vez, el droide señaló a un grupo de personas vestidas de rojo. "No es asunto mío, pero se ve que le ha pedido una gran suma de dinero a la banda mortal Guadiana para sus operaciones."

Eila suspiró lentamente, su padre acabaría muerto por huir y ser un imbecil de categoría espacial.

"No le importan los riesgos, ¡es Han Solo!" El droide exclamó, quizá un poco demasiado alto. La consejera se giró para mirar a los criminales, estaban mirando al droide. "Nunca le han importado las probabilidades"

"Bueno, a mí sí. Y las probabilidades de salir vivos si nos relacionan con Han Solo serán nulas si sigues hablando." La consejera espetó, haciendo que el droide dorado la mirara fijamente, al igual que el piloto. "C-3PO, encuentra a tu operativo. Ya."

Oddy parecía más nervioso de lo normal, mirando a su alrededor. Quizá solo deberían haber ido Poe y Eevan, pero hubiese sido más sospechoso todavía.

"Quizá deberíamos irnos..."

"Ah, mi operativo." C-3PO pareció activarse cuando el técnico se mostró más nervioso de lo normal, y miró hacia el suelo. Un pequeño droide negro, del tamaño de un ratón, se acercaba a ellos rápidamente. "Aquí viene."

Eevan, en un ademán de ser amistosa con el droide, se agachó y lo tocó levemente. El droide pitó, saludándola cordialmente. No era muy grande, un rectángulo negro de dos niveles, en el cual uno de ellos tenía una especie de cámara negra y brillante, para ver sus alrededores, era, de hecho, como un pequeño tanque con un ojo negro.

"¡Genial! ¿Quién se va a fijar en uno de estos pequeñines?" Poe exclamó, viendo al pequeño droide rectangular se acercó a BB-8 tras la interacción con la consejera.

"Sí, la sencilla apariencia de la serie MSE los convierte en espí- operativos muy útiles." La consejera miró a su droide dorado con una ceja levantada. "Lo he tenido dando vueltas por todas las tabernas de la ciudad, así que si alguien ha mencionado al droide que buscamos, lo habrá oído." C-3PO explicó. "Y ahora, si la consejera y usted se ponen aquí delante para que nadie se fije en los androides, nuestro amigo podrá descargar sus bancos de datos en nuestro otro amiguito."

La consejera se acercó al piloto, que le puso el brazo en el hombro, acercándola a él.

"¿Estás bien?" Poe preguntó, mirando a la consejera, que se giró hacia él. Estaban tan cerca que se ponían oler el uno al otro. Poe olía a sudor, y a la nave en la que habían venido. Eila supuso que también olería igual: nada apetecible.

"Tranquilo." La consejera asintió hacia el técnico de Poe, ambos mirándolo. Estaba mirando sus alrededores con un poco más de ansiedad de la normal. "Estoy sufriendo por él, quizá debimos haber venido solos."

"Estará bien. Oddy es de fiar." La consejera levantó una ceja burlona.

"¿Sabes? Para no fiarte de mí, te has arrimado demasiado." La joven bromeó, con su mueca de broma de siempre, ya que sonreír no le salía muy bien.

"Ya, verás..." Poe miró hacia los droides, ambos estaban conectados con un pequeño puerto proveniente del MSE y C-3PO los miraba intensamente. "No sé qué tienes, que me hace pensar que eres de lo que menos debería estar fiándome en este planeta."

"¿De verdad?" La consejera sonrío, evitando ponerse más nerviosa de lo que ya estaba. Había algo en cómo se sentía que la preocupaba. "¿Y cómo es eso? ¿Qué pasa, te gusto?"

Poe se río ante la cara de la consejera, que se había llevado una mano a la cintura y la otra le tocaba la mano que tenía en el hombro, solamente con el tacto de su chaqueta de cuero ya se había puesto nervioso. Era una mala idea, y algo de lo que no debía fiarse.

BB-8 pitó inmediatamente después de que Eila tocara la mano de Poe, haciendo que los dos se separaran casi saltando del susto. Uno tosiendo para sí mismo, la otra, cruzándose de brazos y mirando al droide redondo.

"¡Oh, vaya! Parece que el androide desaparecido que dispone de información de suma importancia para inutilizar a la Primera Orden... ¡lo tienen los Ranc!" C-3PO exclamó, y los dos altos cargos de la Resistencia se miraron, alarmados.

"Oh, genial." Poe fue el primero en hablar, mientras la consejera se llevaba una mano a la cara. No sabía si era mala suerte, o si era algo poco casual. Pero no le parecía buena idea.

"Pero...¿Quiénes son los Ranc?" Oddy se giró para mirar al piloto y la consejera que se miraban fijamente, ambos preocupados por lo que sería de ellos en ese maravilloso día.

"Verás... ¿sabes el tipo al que han lanzado desde la Astilla?" Oddy asintió, mirando hacia el exterior de la taberna. "Pues si tuviese que tratar con los Ranc, quizá preferiría ver si sobrevivo la caída."

"Oddy, ni caso." La consejera miró a Poe, que estaba francamente serio. Y sí, los Ranc eran peligrosos... muy peligrosos, pero aun así, tenían todavía oportunidades para salir de ahí. "Solamente... Mantengamonos alerta y con la mano en el blaster." Los dos integrantes del escuadrón negro la miraron, escépticos. "Estaremos bien, sí. Seguro."

No estaba muy segura de eso.

REVOLUTIONARY ☍ Poe DameronDonde viven las historias. Descúbrelo ahora