BOYFRIEND ✧ HERMIONE GRANGER

vii. los sentimientos cambian

Charlus, Asher, David Lupin y Effy Bones bajaron del tren y comenzaron a buscar a sus padres. No había muchas personas, la mayoría eran niños de primer, segundo y tercer año.
Solamente encontraron al matrimonio Lupin. April apenas los vio les dio un fuerte abrazo a cada uno. Remus hizo lo mismo, pero a diferencia de su esposa no les quitó el aire, y les ofreció una tableta de chocolate. Ninguno lo rechazó a pesar de que ya habían comido dulces en el tren. La verdad era que los Potter eran tan adictos al chocolate como lo eran los Lupin.

—¿Dónde está mamá?—preguntó Asher  mientras salían de la estación.

Esperaba que no hubiera tenido ningún inconveniente en el trabajo. No tenía idea que hacía su mamá, dado que ella no podía decir nada por ser un inefable,  pero estaba al tanto de que a veces ocurrirán determinadas situaciones que hacían que tardará en volver a casa.

—Está en casa con tu padre. Estaba ocupada discutiendo con él sobre como deberían decorar el arbol—respondió Remus con una pequeña sonrisa.

A ninguno de los hermanos Potter le sorprendió  ya que sus padres solían tener ese tipo se peleas tontas como ¿son mejores los gatos o los perros? ¿varitas de regaliz o ranas de chocolate? y la favorita de todos ¿Qué película ver en los días libres de su progenitora? Le daba gracia verlos discutir por cosas tan insignificantes.

—Apuesto que ganó papá—dijo Asher.

Y no se equivocó, quince minutos después todos se encontraban en la mansión MacFusty, delante suyo estaba el gran árbol decorado con un par de esferas rojas y doradas, en vez de el habitual plateado, todavía no habían terminado de armarlo pero su padre se veía orgulloso. Edward Potter ganaba la mayoría de las peleas usando la frase "Estuve doce años en Azkaban" y eso bastaba para que su madre aceptará ver una pésima película muggle. Ella trataba de cumplirle sus gustos después de todo se lo merecía por haber estado encarcelado injustamente por más de diez años.

—Los estábamos esperando para terminarlo—dijo Edward con una sonrisa.

Effy no perdió el tiempo y se acercó hasta las cajas en donde se encontraban los adornos.
Asher sentía que ya era demasiado mayor como para seguir decorando el árbol de Navidad, el año anterior su abuelo lo había hecho con un hechizo, pero al ver la emocionado que estaba su padre no pudo decirle que no. Sabía que a él le dolía no haber estado presente durante su crecimiento. Charlus y David tampoco se pudieron negar. Los tres comenzaron a pelearse por ver quién sería que pondría las guirnaldas, el trabajo más fácil, los bastones y las esferas.

—¿Están discutiendo por ello en vez de pelearse por la estrella?—dijo el señor Potter mirando divertido la escena.

—Ridículos—dijo Effy rodando los ojos.

—No pierdan el tiempo discutiendo—intervino la señora Potter saliendo de la cocina junto Sirius y una bandeja con galletas,  le dio un manotazo a Black por intentar tomar una—. Quien pondrá la estrella será Sirius porque él es una estrella—sonrió.