Number Five

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Dos largos días han pasado y la princesa Evie sigue haciendo "irregularidades" desde la aparición del raro espécimen Mal. Ambas están sentadas en una banca apartadas de la gran multitud mientras la ojiverde intenta desesperadamente arrebatarle su pollo frito a Evie.

—No te lo daré, tú ya te comiste el tuyo.

Sin embargo ahí está Mal, con su persistencia intacta casi lanzándose sobre Evie.

La peliazul corre los ojos y cede ofreciéndole a la pelimorada su pollo frito aún teniendo hambre, en cierto punto sabe que es lo mejor que puede hacer por Mal, alguien que ha vivido técnicamente toda su vida en un bosque.

La ojiverde comienza a comer descontroladamente, los ojos marrones la observan y una sonrisa se dibuja en los labios de Evie. Deteniendo sus grandes mordidas y aún masticando ella observa a la joven princesa, sus fanales verdes cual fúlgidas estrellas miran a aquellos tentadores e interesantes orbes marrones, los cuales parecen brillar con la imagen de Mal en sus pupilas.

Un breve silencio y Mal ofrece el pollo de vuelta a Evie, acto que toma por sorpresa a la joven de cabellos azules.

—Eres muy amable... —Un ligero sonrojo invade sus mejillas—. Gracias.

Unos segundos bastan y la peliazul come con delicadeza el pollo mientras Mal la observa, de más queda decir que los modales de la princesa dejan a la ojiverde algo confundida.

—Odio que no entiendas lo que te digo... —murmura Evie después de tragar un pedazo de pollo— Me he pasado dos días intentando que aprendas y nada.

Mal ladea la cabeza y observa a la chica a su lado con curiosidad, cuánto daría Evie por que Mal le hablara y cuánto daría Mal por ser capaz de comprenderla.

El viento mueve lentamente las hojas en un vaivén. De lejos se observa la figura de un rubio acercándose hacia ambas chicas mientras porta una enorme sonrisa en sus labios.

—Buenos días princesa Evie —saluda Arthur haciendo una reverencia—. ¿Se encuentra todo bien?

—Buenos días Arthur —responde ella levantándose y tomando la tela de su vestido mientras se inclina para saludar—. Todo se encuentra en orden. ¿Qué hace usted por aquí? ¿Se le ofrece algo?

El rubio sonríe, es extraño ver a alguien con tanta educación como él aun viviendo en un castillo.

—Vengo por órdenes de la Reina Grimhilde.

—¿Qué desea mi madre? Espero que no sea de molestia llevar sus recados de un lado a otro.

Evie es lo más educada posible con él, sabe que según cuentan, el rubio fue un rey antes de que el dragón negro atacara.

—No es molestia —responde y se le escapa una sonrisa—, es mi deber, y me hace feliz cumplirlo.

—En ese caso está bien. —Ella sonríe observándolo.

—Su majestad anunció hoy por la mañana un baile real en el castillo; estarán invitados todos los miembros reales y el consejo de magos escolta de su alteza. También asistirán algunos nobles a la celebración. Se realizará mañana por la noche.

—¿A qué se debe la celebración?

—El regreso de la "Reina de Hielo" —responde, sus ojos azules observan a Mal por un segundo—. ¿Ella es la chica que se rumorea que rescataron en el bosque?

—Sí. —Se limita a decir y dirige sus orbes marrones a Mal quien está fijamente concentrada en la multitud de personas.

—Debe ser extraño lidiar con alguien que no fue criado en Auradon.

The Dragon in Her || MevieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora