Capítulo 7

5 1 0
                                    

Kings

Desperté en un cuarto completamente rojo, la luz empezó a entrar despacio por la única ventanilla que se encontraba, no escuchaba otra cosa más que las pulsaciones de mi corazón, trataba de levantarme, pero me era completamente imposible.

Empecé a quejarme de dolor, mis manos estaban apretadas con fuerza en la pared, en verdad trataba de moverme con sumo cuidado buscando liberarme, pero no lograba nada en estos momentos; mi voz fue opacada por el silencio perpetuo del sitio, nos sabía dónde me encontraba...solo sentía la soledad opacarme poco a poco.

-¿Entonces tú eres este nuevo "Ascendido"?-Preguntó una voz en alto masculina.

-No parece para nada un tipo fuerte-Dijo otra voz algo más grave que la anterior.

-Ni siquiera creo que pueda mantenerse en pie por sí solo-Añadió una voz algo baja y chillona.

Trataba de librarme, aquellas ataduras poco visibles eran más fuertes que yo, buscaba con desesperación el origen de aquellas cosas, intentaba dar con alguna sombra, ojos o sonido que me dijera donde se encontraban, pero en este sitio totalmente rojo era imposible encontrar algo sin lastimarse la vista; además que aquellos que hablaban eran totalmente frustrantes y nada satisfactorios que lograran apoyar a mi estrés y enojo de liberarme.

-¡Dejen al chico en paz!-Calló una voz femenina en alto-¿No ven que lo estresan de más?

-Más les vale ser más tranquilos y menos tontos-Sentenció otra voz masculina en un tono sereno.

Suspiré agotado cerrando los ojos creyendo que así podría liberarme de todo esto, creyendo que me escaparía de este sitio, pero al abrirlos solo volví a encontrarme en ese estúpido cuarto rojo iluminado, gruño y de repente caigo de golpe al suelo.

-¡Mierda!-Me quejé tomando mis muñecas y viendo las marcas que se habían formado...Eran totalmente líneas, rectas, sin tanto color.

La habitación se había oscurecido y ahora solo escuchaba un leve goteo, tragué en seco viendo a los lados, trataba de acomodarme en este espacio, pero sentía miradas sobre mí; giré la cabeza buscando algunos ojos, pero negué tratando de calmar mi estrés por estar encerrado aquí.

-¿Nervioso chico?-Preguntó una voz tranquila atrás mío.

Salté del miedo y me giré encontrándome con la nada, la risa no tardó cuando por fin pude ponerme de pie buscando otra vez aquel origen que me alteró.

-Enserio es divertido este niño-Dijo la primera voz que habló.

Ya con los nervios y el enojo hasta el límite tomé coraje y me levanté para darle cara a esas voces, gruñí apretando los puños hasta dar de lleno contra una figura alta y musculosa.

-¿Acaso te crees muy valiente enano?-Preguntó la misma voz ahora enojada-¿Crees haber reunido demasiado valor para enfrentarme?

Tragué en seco y aún sin vista asentí para apretar mejor mis puños buscando el rostro de aquel individuo.

-Me agrada este chico-Añadió este individuo de nuevo soltando una risa-Ya no quiero matarlo

-¡Ya deja al chico!-Gritó la voz femenina en alto.

Tapé mis oídos sintiendo como estos empezaban a lastimarse poco a poco ante cada segundo que pasaba de este grito, tragué despacio mientras me alejaba lo mejor que me permitía mi poca vista, pero sentía que no podía moverme completamente gracias a algo...o alguien.

-Tranquilo-Susurró la voz, entonces un simple chasquido fue posible para iluminar todo el sitio y mostrar las figuras que habían hablado.

Cada una algo alejada de la otra, distinta conforme a su físico y nada amigables a plena vista, a excepción de la señorita que se encontraba frente a mis ojos tomando mi muñeca de manera suave; suspiré algo relajado al saber que no estaba volviéndome loco ya que estas voces eran reales y lo mejor (o por lo menos lo más coherente) eran humanos o eso asemejaban.

La ProclamaciónWhere stories live. Discover now