Capítulo 10

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Stroke

Jamás pensé que la alerta fuera a sonar, que estuviéramos en peligro de manera tan repentina.

Pero no fue así.

-¡RÁPIDO TODOS!-Grité saliendo al pasillo principal.

La Torre empezó a temblar, el suelo se sentía pesado, al igual que una enorme carga de energía chocaba con cada uno de los individuos dentro del complejo; quise detenerme a pensar en que sucedía, analizar la situación para saber que tanto podríamos evitar, solo ver si podríamos mejorar esto un poco.

De golpe, otra explosión.

-¡MARIANE!-Llamé a la salvaguarda-Mar...

Una explosión me hizo salir volando de la nada; restos del edificio caían cerca de mi cuerpo, apenas podía sostenerme bien, la cabeza me zumbaba por el rango de salida; el no haber consumido un simple pedazo ferrico o de metal precioso que lograra darme la energía suficiente me estaba empezando a pasar factura; golpeé el suelo, ni siquiera de un pedazo de acero sin tratar podía sacar fuerzas.

Tosí por todo el humo que se colaba, el aire me faltaba...Fue entonces que reaccioné.

Apreté mi anillo y con lo poco que me quedaba lo metí en mi boca y cerré los ojos dejando que mi cuerpo se pusiera bocarriba para luego tragar ese anillo de la nada, concentré la quema de aquel objeto dentro de mi cuerpo hasta el punto en que escuché puro silencio.

Tic

Ante aquel suave sonido fue que todo regresó a la normalidad, mi cuerpo recuperó las energías necesarias, sentía la suave brisa antinatural del sistema en que me encontraba; golpeé el suelo para alzarme en seco, girando la cabeza para así ubicar mi territorio fue que encontré una forma extraña entre el polvo y escombro.

Pensé que era Mariane, su figura y sus poderes en un punto lograrían distorsionarse por la energía que llegaba a emanar y recibir, como tal, un Salvaguarda podría cambiar su forma a su disposición como lo es al momento de crear clones de ellos mismos, pero aquella presión energética era distante, muy diferente a la de un espíritu puro; de golpe aquella figura dejo de ser solo una, sino ahora eran dos, no, tres, no, iban aumentando, cada vez más en número.

-Mierda...-Susurré notando la enorme presión de energía que me tragaba.

Me levanté sosteniéndome de la pared.

Escuché los pasos prominentes y monótonos de aquellas figuras, no pude hacer más que activar el anillo que había consumido; la quema potente y rápida de este dentro mío podría costarme mucho, no era lo suficiente para mantener mano a mano una pelea y mucho menos contra ese número de contrincantes, tragué en seco, apreté mis puños, con la poca fortuna que llevaba el metal dentro de mi cuerpo y los restos de metales y condensantes en mi sangre fue que desaparecí de aquel sitio.

Una pequeña presión en mi estómago me hizo retorcer.

Vomité el líquido dorado, negué, no volvería a hacer eso, era horrible.

-Vaya, sigues con vida

Aquella voz...

Mis entrañas volvieron a retorcerse, esta vez vomité con fuerza, vomité más allá del metal dentro de mi cuerpo, sino más bien sangre y bilis, bajo aquella presión de energía sentí el gran calor emanar.

Directo hacia mi cuerpo, como cuchillas filosas atravesando la carne, el corte más profundo y poco estilizado que podría existir, así fue la sensación pura al margen de hacerme dudar de si en verdad estaba siendo herido o si solo era una mera ilusión; apenas pude mantenerme de pie cuando esa voz llegó hacia mis oídos,

La ProclamaciónWhere stories live. Discover now