Capítulo 17

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Dedicado a Nany, la chica de la cueva , porque eres mi inspiración para seguir con esto.

Yeger

No ubiqué el momento en que alguien me tomó, ya todo era mera oscuridad para mí.

¡APÚRENSE!

Sentía el silencio invadir mi mente, la oscuridad ubicarse de poco en poco entre mi ser, mi persona.

Está perdiendo demasiada sangre

Imágenes, tormentas de imágenes sin fin alguno, miles de recuerdos, sonrisas, risas, miradas compartidas, llantos callados, lamentos apagados.

Detengan la hemorragia

Soledad, un mar de soledad que inundaba mi ser; ya no sentía aquella paz que alguna vez pude pedir o desear; veía miles de imágenes arremolinarse, formando sombras, voces, de todo.

CUIDADO

Todo se tornó como un mar carmesí bajo mi cabeza , no pude mantener la fuerza que antes había recuperado...Era imposible, sufría dentro de algún limbo, atrapada en este sin fin caer, reviviendo miles de recuerdos infortunios.

¡Debemos salir!

Otra voz, más voces, miles de ellas, riéndose, gritando, aclamando por mi presencia; solo me negué ante los lamentos que cada vez más me sonsacaban a caer en sus brazos.

¿Se lo llevaron?

Una figura, una presencia; su voz se hizo eco entre todas las demás.

Pude haber peleado por él.

Sentí mi cuerpo caer rendido ante el dolor, no pude averiguar que más sentía; apenas y pude saber si seguía viva o si mi corazón había empezado a bajar sus latidos por segundo.

-Por favor...Vive

Aquella voz.

Su voz, me hizo regresar a la isla, a las afueras de la cueva donde nos habíamos visto, él con aquella pequeña vela que apenas se veía brillar, el tulipán vivo con sus colores tan vivaces y sombríos; su mirada perdida pero hilarante de vida, aquellas manos temblorosas y su rostro sombrío bajo la capucha; solo pude recordar aquellos rasgos tan poco familiares, tan definidos para un rostro masculino.

Regresó mi mente a aquellos momentos fugaces cuando pasaba una felicidad nueva a su lado, en silencio o en trazos indefinidos, con pequeñas sonrisas o suaves lágrimas rondando por nuestras mejillas; quise haberme podido recuperar del dolor de la pérdida de antes, de haber pasado por un engaño y olvido inadecuado.

-¿Crees que podamos ir algún día al mundo humano?

Su pregunta me hizo alzar la mirada de la libreta que le había quitado, su cabello caía por sobre sus ojos, no sabía si observaba al cielo o el bosque tan vivo que parecía residir una nueva ciudad en sus adentros; traté de ver sus ojos, pero parecían más perdidos bajo el cabello castaño que le caía en la cara.

-¿Quieres que nos vean como fenómenos?

Fue esa mi respuesta luego de retirar su cabello del rostro para notar como estos observaba sus manos con cierta nostalgia; desde hace no mucho conocía a este chico, al principio solo lo ubicaba por el tulipán o la vela, pero ahora eran más cosas, le conocía por sus dibujos, sus miradas perdidas que me dedicaba, las pequeñas flores que a veces dejaba caer en mi cabello o las hojas con las que decoraba la vela en algunos tiempos.

Muchas veces quería creer en sus ideales, en sus frases o poemas que soltaba al aire cuando encontraba belleza en la naturaleza o en las devastaciones, pero necesitaba igual creer en lo que pensaba; quise pensar en todos los pros y contras, pero me aterraba; demasiado.

La ProclamaciónWhere stories live. Discover now