La perfecta sincronía del Poder

5

Pov Narrador

Terminaron de cenar y ambos decidieron caminar por las calles de konoha, estaban llenas de gente, todos jugaban y reían; al final la paz se sentía ni siquiera se notaba que hubieran pasado por una 4ta guerra ninja.

—¿Hinata?—

—¿Ha?— cuestionó ella al salir de sus pensamientos, pues miraba el cielo obscuro y como estaba vestido de estrellas recordando su estancia en la luna, y como es que el cielo era tan hermoso, y horrible a la vez.

—¿En qué piensas?—

—solo, miraba las estrellas...es un lugar tan misterioso y profundo, hermoso y horrible a la vez— dijo ella suspirando

—ni que lo digas, y sobre todo lo es cuando la persona que quieres está secuestrada, y no puede hacer nada—

—¿Que?— preguntó Hinata pues las palabras "y no puede hacer nada" pues esas palabras taladraron su cabeza.

—¿Tienes idea de lo mal que me sentí solo de pensar que no estarías conmigo? Es decir, si te lastiman o algo, antes creía que eras muy fuerte... pero— Naruto hablaba para si mismo entristecido— .... Me di cuenta que no lo eres y que aún me necesitas y eso es bueno— decía más alegre.

Hinata bajo la mirada al piso ocultandose bajo su flequillo, ¿El también creía que era débil? ¿Y todo lo que ella se esforzó para estar a su lado? ¿Dónde estaba todo aquello por lo que trabajo? Acaso ya de nada servía todo lo que intento, Hinata no pudo soportarlo. Ese día por la mañana se desgasto entrenando, le dijeron inútil muchas personas que realmente no le importaban, porque era cierto, solo le importaba Naruto...pero...ahora él también la consideraba débil; podía aguantar mucho pero no que quien ella amaba la menospreciará por lo que sin pensarlo salió corriendo.

Naruto se quedó pasmado tras ver la acción y actitud de Hinata ¿Había dicho o hecho algo malo? Le tomo algo de tiempo salir de su transe, por lo que salió corriendo tras ella.

Fue testigo de cómo ella daba un paso incorrecto en un agujero y literalmente se rompía el tobillo, ¡Crack! Ese sonido inconfundible alertó a Naruto provocando que corriera con ella, antes de que cayera por completo al suelo.

—Naruto-kun...— fue lo que dijo ella antes de desvanecerse pues el dolor era tan intenso que no lo resistiría por si solo.

—estaras bien— le afirmo Naruto cargándola hasta su casa.

Naruto tenía inconsciente a Hinata en sus brazos, y pensaba "vez no eres tan fuerte aún me necesitas, y estaré para protegerte" se decía Naruto mentalmente al llegar a la residencia Hyuga. Hanabi recibió a Naruto que llevaba a su hermana en brazos preocupada pregunto:

—¿Que le ocurrió a Hinata nee-sama?—

—tropezo y se partió el tobillo— decía Naruto, caminando a la habitación de Hinata con Hanabi tas de él.

—¡Ho Dios mío! ¡Gracias por traerla!— Hanabi se llevó las manos a la boca al ver el pie inflamado y de distintos colores de Hinata.

—no hay problema...yo..yo podría ayudarte a cuidarla— se ofreció Naruto, y se sonrojo un poco

Hanabi miró con picardía al ninja y le dijo — tranquilo, Hinata nee-sama estará bien, ahora le aplicaré una pomada especial y vendaré su pie, mañana pediremos que la vea un ninja médico...no te preocupes, será mejor que te vayas ya es tarde—

—si tienes razón...vendré a verla mañana— decía Naruto apenado.

Y dicho, y hecho, al irse Naruto Hanabi le dio un masaje a su hermana en el pie con una pomada especial del clan Hyuga, lo vendo y la dejo descansar así como unos analgésicos en la mesita de noche junto a una jarra de agua que tenían una nota.

"Nee-sama, no te olvides de tomar los analgésicos, es para que ya no te duela"

Por lo que tras terminar su trabajo Hanabi se fue a su habitación pues era un poco tarde.

En el apartamento de Sasuke, el Uchiha terminaba de vestirse estaba por ser de madrugada lo que significaba que tenía que marcharse, se sentía culpable por qué al marcharse destruiría el corazón de la pobre pelirrosa, pero ella ya sabía que debía irse así que no tenía motivos para retenerlo; pensaba en una muy pequeña y remota posibilidad, y le asustaba, el sabía perfectamente que no quería tener hijos, le asustaba solo de llegar a pensar en ser o llegar a ser como su padre, Fugaku Uchiha, que siempre prefirió a su hermano Itachi y que no importaba lo que él hiciera no era nada al lado de Itachi.

Estaba ya vestido y listo para salir por lo que se acercó al oído de su compañera quien dormía felizmente, y le susurro "esto es un error, gracias" le dio un pequeño beso en la mejilla y salió por la ventana brincando de techo en techo se fijo rumbo a las puertas de konoha.

Estaba por pasar cerca de los complejos Hyuga y pudo distinguir una silueta en uno de los techos, una silueta femenina, se detuvo una vez reconoció el chackra de esa persona que lloraba mientras se aplicaba un jutsu médico a si misma.

—Hinata....— fue entonces que la chica dejo de prestar atención a lo que hacía, y miró al hombre y dueño de esa imponente voz.

—hmp?— cuestionó ella.

—cuida del dobe, y si puedes has que deje de hacer idioteces— soltó de forma fría y directa, ni siquiera le dio tiempo a la chica de reaccionar pues el ya se marchaba no cabía duda que era un excelente ninja.

—sasuke-san...—menciono ella sorprendida de que él le hubiera hablado, puesto que nunca habían hablado.

Hinata regreso a su labor de sanar su tobillo con el jutsu palma mística que durante la 4ta guerra aprendió, se sentía mal de que incluso Naruto la considerara débil, si lo que ella quería era estar a su lado, poder protegerlo ¿Y como lo haría si era más débil? ¡Exacto! No había posibilidad, y todos se lo recalcaban una y otra y otra vez.

Ni siquiera pudo fijarse donde caminaba, por lo que su pie termino así, ¿Enserio tan inútil era? Ni siquiera con el Byakugan pudo notar ese agujero en el suelo, ¡Que ironía! ¡Derrotada por el simple piso! Pensaba con sarcasmo, quería llorar, enserio necesitaba a alguien que le dijera que todo estaba bien y que no tenía por qué preocuparse pero ya no tenía a nadie así, ya no; miraba al cielo mientras pensaba "quiero ser lo suficientemente fuerte para proteger lo que amo, no quiero perder; y quiero dejar de ser una carga" apretaba sus puños con fuerza, ya que la impotencia la recorría, ojalá la luna cumpliera deseos porque así despertaría y mañana todo sería como lo deseo.