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Año: 2019.

Mes: Marzo. 

Fecha: [No especificado]

Lugar: [No especificado]

Sujeto : 01 y [No especificado]

















La luz matinal entraba por la ventana, cálidos rayos de sol naciente se proyectaban a través del cristal y las delgadas cortinas mientras que suaves tonos rojizos podían observarse teñir los esponjosos jirones de nubes que zurcaban perezosamente el amplio firmamento. 

El país de piel tricolor permanecía recostado boca abajo sobre la cama, su cuerpo desnudo se deleitaba ante la calidez que podía brindarle el sol mañanero. La parte inferior de tu cuerpo se encontraba tapada vagamente por las sábanas, mas su espalda estaba descubierta mientras que sus brazos se encontraban bajo la almohada. Sonrió con satisfacción al sentir el otro lado de la cama con su pie, aún calentito por la presencia de su acompañante que acababa de levantarse. 

Recorrió con sus largos y delgados dedos la costura de la almohada, a su mente acudían imágenes de la noche anterior, fogonazos de recuerdos que le causaban enorme placer y un divino calor en el corazón. Podía sentir las repercusiones en su cuerpo, un hormigueo ligero pero soportable en la pelvis y en cada mordida proporcionada en su fina piel, pero poco le importaban las marcas dejadas tras horas de dulce e impúdico acto que los había dejado exaustos y satisfechos. 

Soltó un largo suspiro contra la mullida almohada, envuelto en el más que agradable silencio y la calidez del sol que entraba por la ventana. Apartó unos mechones de cabello que caían por su rostro, recordándose mentalmente que debía tomar un baño de forma urgente; podía sentir muy ligeramente la capa pegajosa de sudor por todo su cuerpo, junto a una sensación de viscosidad entre sus muslos. 

Abrió ligeramente sus ojos, cegandose momentáneamente por la luz hasta que pudo adaptarse lo suficiente como para hechar una mirada alrededor. 

Su maleta estaba recargada contra la pared, allí donde la había dejado en cuánto llegó a la casa y se la encontró vacía; "Seguramente sigue en el trabajo" pensó en un primer momento, recordando la llamada que había recibido unas cuantas horas antes de la salida de su largo y tedioso vuelo hacia el territorio. Un enorme alivio había inundado su corazón en cuanto, apenas unos veinte minutos después, la puerta se abrió y por fin pudo ver a su amado albiceleste después de dos meses sin haber tenido contacto alguno. 

Su sonrisa se ensanchó al recordar el enorme abrazo que se habían dado, los besos, las caricias… todos hechos con el mayor de los cariños y respeto mutuo, la delicadeza fue quien abundó en cada minuto de cada hora, el día pasó rápido entre extensas charlas, una deliciosa cena casera y un dulce vino, hasta que llegó el momento en que ambos resolvieron subir a la habitación para poder conciliar el sueño juntos -como ya era de costumbre-. Pero parecía que el destino tenía otros planes, unos más deliciosos y exitantes. 

_Apa, ¿Y esa sonrisa?_ dijo una voz ronca por el sueño en un tono divertido y cariñoso, el colchón se hundió ligeramente junto al tricolor que permanecía recostado. 

_Ah, nada~_ murmuro, sin levantar la cabeza de la almohada o para girarse a mirar al contrario. Con un escalofrío, sintió como esas cálidas manos recorrían su espalda, cada marca, cada cicatriz, con extrema dulzura_ Solo pensaba en alguien_

_¿Se puede saber en quién~?_ sintió como ese aliento caliente chocaba contra su espalda antes de ser depositado un beso. 

_Hm~... No_ esos dedos albicelestes le apartaron suavemente unos mechones de la cara antes de tomarlo por la barbilla y hacerlo levantar la mirada con sutileza. 

REC🔴 [C.H. ARGENTINA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora