Capítulo 49

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—Te amo y haré lo necesario para tenerte junto a mí.
Había declarado TaeHyung antes de que los dos chicos comenzarán a vestirse. Esa había sido su despedida, aún si el rubio se negaba a aceptarlo.


JungKook se marchó de la habitación del prefecto antes que él, sin añadir nada más. Cada cual tenía sus propias ideas y el Maestro no pensaba compartir las suyas con él. No en esa ocasión.


Y además tenía que hablar con JiMin. No sabía si su hermano estaría en las condiciones idóneas para acompañarle en tan arriesgada aventura. No sabía si podía seguir contando con su Segundo, su mano derecha, su hombre de confianza.


Pero algo que si sabía muy bien era lo que tenía que hacer.


El plan.
Su plan.
Y, por supuesto, la falla de este.


Kim TaeHyung.


Porque todo habría salido tal y cómo él lo había planeado aquel lluvioso y gris día de no ser por el prefecto.


¿Qué parte de mantenerse al margen y no intervenir no le había quedado claro? Pero Kim se le había metido hasta por lo ojos, obligándole a amarle. Y cuando se amaba...


Pero JungKook era consciente que ya no podía echarse para atrás.


En el pasado había sido egoísta, había engañado, traicionado y usado a todo aquel que se le pusiera por delante. Siendo JiMin la única excepción.


JiMin.
El pequeño por el que daría la vida sin pensarlo. El pequeño por el cual valía cualquier sacrificio. El pequeño al cual le dejaría el camino libre y despejado para que viviera.


Pero ahora...
JungKook apuró el paso, abandonando el estrecho pasillo. El temido territorio de la prefectura de la Academia Dissander. Y era inevitable no recordar fugazmente todas las veces que estuvo ahí, cuando no sabía quién era. Cuando no podía recordar a TaeHyung.


Pero ya era tarde. El plan debía seguirse hasta el final.
Su plan.


Moriría a manos de JaeBum y sería JiMin quién liquidaría al licántropo. Sería el menor de los Jeon quién daría el golpe final a la Bestia. Jiminue sería el héroe del Gremio, el Maestro que todos necesitaban.


Y él...
Y recordó sus pensamientos de antaño. Porque morir de esa forma le daría además la Gloria Eterna. Sería un mártir, un héroe. Se hablaría de él durante años. Su nombre pasaría a la posteridad...
Sería casi una leyenda.


Pero ya no quería eso.


Porque él... quería vivir.
Quería una existencia tranquila y sencilla al lado de TaeHyung, quería ver amaneceres, atardeceres y anocheceres con el joven de cabello dorado. Quería tomar su mano y saber que todo estaría bien. Quería sonreír cada día sabiendo que él era el motivo. Quería besarlo cada día. Quería envejecer junto a él. Quería amarlo hasta su último aliento. Sólo que eso no sucedería.


Y JungKook lo sabía.


Él se convertiría en una leyenda entre Cazadores, un punto de inspiración para los momentos de crisis. Y TaeHyung llevaría a la Academia Dissander a una Era de Luz, tal y cómo Jiminie lo haría con el Gremio. Kim seguiría adelante con su vida. Y tendría que envejecer con alguien más.


JungKook asintió para si mismo. Eso era lo único que debía pasar.


Cruzó el vestíbulo, semi destruido y con polvo por todas partes cuando se encontró con NamJoon en las escaleras. Su amigo utilizaba aún vendajes y cojeaba un poco, pero se veía mejor de salud. Y pese a ello Kook notó la diferencia al momento.

Academia Dissander - TaeKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora