Call Me Baby

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El ser padre de diez hijos y ser esposo de alguien a quien no ve desde las navidades de hace tres años se está convirtiendo en un verdadero problema para Suho, aparte, los mayores del grupo no ayudaban como esperaba. El pobre estaba pensando seriamente en cancelar la salida y quedarse en casa. Algo que no podía hacer por que ya se lo había prometido a sus hijos.

Para su suerte, ese día Xiumin y Chen se levantaron con ganas de ayudar e hicieron todo lo que su Omma les iba ordenando. Ayudaron a servir el desayuno que Suho había preparado y bajaron a sus hermanos para comer todos juntos.

Suho subió al segundo piso con sus hijos y empezó a bañarlos uno por uno. Al terminar con Sehun, 9 almitas lo esperaban ya cambiadas, con ayuda de Xiumin y Chen, en el sillón viendo un programa de dibujos. Les indica que se queden ahí quietos y sube a alistarse lo más rápido que puede para no dejar mucho tiempo solos a sus bebés.

Cierra su habitación y saca las maletas a la entrada de la casa para acomodarlas en la maletera del auto. Sube uno por uno a sus hijos y les coloca el cinturón de seguridad, cierra la puerta y se coloca en el asiento del conductor para encender el auto y manejar con dirección al centro comercial, pues aún le faltaba hacer algunas compras.

Al llegar se estaciona y baja con sus hijos para avanzar en fila de uno hasta la tienda de conveniencia. Sehun es cargado por Chen y su madre le pide que los espere en la puerta del local, ya que la última vez que ingresaron terminaron rompiendo todo un estante de cerámicas que tuvo que pagar.

El menor obedeció a su madre los primeros cinco minutos. En el sexto, un insistente Baekhyun se esforzaba por captar la atención de Chen, quien conversaba alegremente con Xiumin, y así poder entrar a la tienda de mascotas.

Cuando los pequeños se enteraron que venían al centro comercial, sacaron todos sus ahorros y lo guardaron en sus bolsillos por si veían algo que quisieran comprar pero su Omma se oponía. Después de varios intentos, Baekhyun por fin consiguió uno de sus objetivos.

—¿Qué quieres, Baek? —pregunta Chen agachándose a su altura— ¿Necesitas algo?

—Chen, ¿podemos entrar a la tienda de mascotas? —consulta el pequeño algo nervioso por una posible negativa— Quiero comprar un perro.

—Pero Omma nos pidió que esperemos acá —le recuerda Chen— Si nos vamos no nos va a encontrar y se va a a preocupar mucho.

—Volvemos rápido. Por favor —Chen lo dudó por un instante pero al ver como Xiumin estaba de acuerdo con la idea, terminó accediendo.

—Vamos a ir, pero no se separen —todos asienten, y sujetando la camiseta del de su delante ingresan a la tienda.

Los más pequeños se asombran a cada instante por la cantidad de animales diferentes que veían en un solo lugar. Al llegar a la sección canina, Baek observa uno por uno cada vitrina y termina enamorándose de uno que hacía de todo por conseguir su atención.

—Chen, quiero este—el nombrado mira el animal elegido.

—¿Estás seguro? —el menor asiente — Entonces, ese será.

Todos se dirigen hasta la vendedora y le comunican que quieren comprar un perro, a lo que ella asiente y le indica el precio a pagar, entre todos juntando sus ahorros y dándoselo. Al ver que el monto es exacto, le pide a los niños que esperen ahí y a los pocos minutos regresa con el can que se lo entrega a Chen, quién lo sujeta de una correa.

Suho llevaba diez minutos buscando a sus hijos con un par de bolsas en cada mano. Chen al percatarse de que su Omma ya había salido de la tienda, camina hacia allá y le toca la espalda para que pueda voltear a verlo.

—Mis amores, ¿se puede saber dónde estaban? —pregunta preocupado— Me asusté mucho cuando no los encontré en la entrada.

—Lo sentimos, mami —se disculpa en nombre de todos—. Lo que pasa es que Baek quería un perrito, así que fuimos por uno —le enseña al animal.

—¿Compraron un perro? — a Suho casi le da un infarto al comprobar que si era cierto— Cariño, no creo que sea lo correcto tener uno. No ahora.

—¿Lo tendremos que devolver? —Baekhyun hace un puchero temiendo que su madre diga que sí.

—Se puede quedar si ya le pusieron un nombre —Suho era incapaz de dañar la felicidad de sus hijos.

—De hecho, Sehun ya le puso uno — Todos entrelazan sus manos y caminan hasta su camioneta—. Se llama Vivi.

Suho sonríe, acomoda a sus hijos en el mismo orden en el que vinieron y coloca al perro a su costado. Conecta su celular a uno de sus air pods y escucha algo de música mientras prende el pequeño DVD que trae el vehículo y programa uno de los tantos videos favoritos de sus hijos.

Antes de salir de la ciudad, se estaciona en una gasolinera y le pide al trabajador que llene el tanque del vehículo mientras él entra a la tienda para comprar una bolsa de 2 kilos de comida para perros de la edad de Vivi. Al salir con su adquisición, nuevamente acomoda a sus hijos, a su nuevo perro y se dirigen al Club.

El Club de las Ommas Desesperadas #Wattys2020Where stories live. Discover now