We Belong Together

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Jiyong está pasando por la peor etapa de su vida, sólo que todavía no lo sabe. Una en la cual nunca pensó estar, ya que siempre pensó que sus acciones eran las correctas. Esta mañana confirmó que no fue así en su totalidad y ahora se arrepiente de ello.

Seunghyun cómo resultado de un mal cálculo y una mala inversión, perdió la empresa que construyó a base de prestamos bancarios, aquellos que aún faltan pagar, y se vio en la obligación de hipotecar su vivienda para salvar lo poco que tiene.

Con la finalidad de olvidarse de todo por un momento, ingresa a un bar y pide una botella de whisky para llevar. Maneja unos kilómetros, se estaciona cerca de su casa, y sirve un poco del contenido en un vaso de plástico para ingerirlo segundos después.

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El reloj marca las doce y un preocupado Jiyong camina de un lado a otro preguntándose donde estará su novio, esperando a que regrese. Sin soportarlo más, sale de su hogar y empieza a buscarlo por los alrededores. De lejos distingue la cabellera rosa de Seunghyun y corre hasta el auto.

—Cariño —levanta el rostro del mayor—. Hyunie, despierta. Por favor, te necesito conmigo, no hagas esto —observa como su novio lentamente abre los ojos.

—Jiyong, ¿eres tú? —pregunta esforzándose para estar bien— Yo, yo de verdad lo siento tanto.

—Amor, ¿de qué hablas? —le da un beso en la frente para tranquilizarlo al notar lo nervioso que se halla.

—Lo perdí. Por mi culpa lo perdimos todo. Sinceramente, no sé que voy a hacer. Perdóname —junta las manos en un gesto suplicante.

—Hyunie, el día en el que nos volvimos a encontrar te dije que estaríamos juntos pase lo que pase. Solo quiero que me aclares la situación —recuerda Jiyong.

—La semana pasada corrí el riesgo de invertir en algo que vi beneficioso para nuestra familia pero terminó siendo una trampa, una a la que le di todo el dinero de la compañía —cuenta entre lágrimas—. A día de hoy la empresa ya no me pertenece y la casa está hipotecada.

—¿Y lloras por eso? —dice Jiyong con ironía— Seunghyun, ¿te pasó algo?. No, verdad. Entonces no hay de que quejarse. Verás cómo en menos de un mes salimos adelante otra vez.

—Eres el mejor novio del munfo. ¿Lo sabías? — Jiyong niega a modo de juego y recibe un beso con sabor a alcohol de parte del mayor.

—Dame las llaves. Te llevaré a casa —Seunghyun hace lo que le indican.

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Un somnoliento Jiyong se levanta de la cama y enciende su celular para pedir delivery. Al percatarse de que no tiene saldo en la tarjeta se ve obligado a bajar a la cocina y hacer algo de lo que no tiene la más mínima idea.

Al tratarse de un panorama nuevo para él, opta por hacer lo más práctico. En la mesa coloca cinco vasos y vierte jugo en su interior. Prepara para él y su novio café instantáneo en dos tazas. Deja el pan de molde al lado de la mermelada y llama a sus hijos para bajar a desayunar.

—Buenos días, Omma —los tres saludan al mismo tiempo —¿Ya pediste la comida? —consulta Daesung.

—No lo creo. ¿Tú hiciste todo esto? —pregunta Taeyang con un toque de diversión.

—A decir verdad, ya vino preparado —aclara Seungri.

—Oye, no le quites el crédito. Se esforzó mucho —comenta Seunghyun quien es el último en sentarse.

—Mientras no se haya roto una uña en el proceso, todo bien —dice Seungri.

—Para tú información, mi manicure sigue intacta —le enseña sus dedos.

—Dejen de pelear. Es la primera vez que desayunamos juntos —menciona Taeyang.

—Ahora que me doy cuenta, ustedes ocultan algo —señala Daesung a su padre—. Tú siempre estás fuera a estas horas y tú preferirías usar esmoquin con zapatillas a que cocinar. — se dirige a su Omma.

—Yo tengo que hablarles de algo —Jiyong toma un poco de jugo—. Su padre y yo hicimos una mala inversión y ahora estamos en bancarrota —Seunghyun sin saber que decir solo mira al piso.

—No pasa nada —sonríe Taeyang—. Gracias a todo esto estamos en familia.

—Es cierto —afirma Daesung mordiendo una manzana—. Sólo debemos de hallar la forma de salir adelante.

—Tenemos a los mejores hijos —dice Jiyong— Los amo.

— Nosotros igual. — pronuncia Seungri — Tengo una idea. Y viendo la situación es lo único que podemos realizar por ahora.

—¿En qué consiste? —pregunta Seunghyun intrigado.

—Bueno Omma, es hora de que G Dragon regrese y retomes tu carrera de modelaje por todo lo alto —comenta Seungri.

—Apoyo la idea —interviene Taeyang—. Aparte recuerda que tienes una agencia a tu cargo.

—Lo haré sólo porque necesito volver a vivir de pedidos a domicilio y restaurantes lujosos —recalca sarcástico Jiyong.

Terminan de comer y lo tres hermanos suben a la camioneta para ir al colegio, esta vez siendo acompañados por Seunghyun. Jiyong sube a su habitación con un envase de helado, se sienta en la cama y abre su laptop para hablar con algunos contactos.

En su página de Instagram publica las fotos de Sowon y la promociona cómo: "Nuestra linda ángel, Sowonie". Programa un recordatorio para las dos de la tarde, escribe en su agenda los contratos conseguidos hasta la actualidad y crea las historias.

Introduce la cuchara en el pote y disfruta del sabor del helado. A su costado divisa el control remoto y enciende el televisor para ver algún dorama aleatorio.

El Club de las Ommas Desesperadas #Wattys2020Where stories live. Discover now