They Never Know

238 17 0
                                    


Mientras dos de sus diez bebes disfrutan de un viaje por las calles italianas, un indeciso Suho camina de un lado a otro, viendo a Lay en el sofá comiendo el interior de una bolsa de frituras, con sus hijos aún durmiendo en su habitación.

Puede que Heechul tal vez sea muy inmaduro para algunas cosas, pero cuando se trata de su familia (formando Suho parte de ella), él es capaz de todo por protegerla. Es debido a ello el dilema que tiene ahora.

Por un lado quiere cumplir el sueño de la familia feliz, pero por otro sabe que no será posible y mucho menos real. Él daría lo que fuera con tal de repetir lo vivido aquella noche en ese Penthouse, por más de que sea un deseo egoísta.

-Cariño, tranquilízate -Lay se pone de pie y detiene el caminar de Suho abrazándolo por la espalda, acariciando su hombro derecho-, él no puede decir nada, eso solo lastimaría a los niños y es obvio que es lo último que haría -es callado por un beso, uno lleno de duda y mucha preocupación.

Lay desde que llegó se la pasó insistiendo en despertar a los niños y decirles la verdad. Suho desde ese instante hasta ahora no entendía el porqué no lo hizo si es algo que añora desde hace tiempo. Con cuidado decide llevar a Sehun al cuarto para que duerma y se queda en la sala con la intención de volver a vivir lo de esa vez.

De forma lenta se va acercando a Lay para comenzar besándole el cuello y subir a la boca. Después de analizar el asunto a profundidad, se dio cuenta de lo que necesita para ser feliz. En su siguiente movimiento, le quita la camiseta y besa cada pedazo de piel, teniendo como objetivo demostrarle a Lay que todos estos años se perdió de algo que le pertenecía desde un inicio.

∆∆∆∆∆∆∆∆

-Eso estuvo perfecto -dice Lay colocándose su pantalón-. ¿Desde cuando te volviste un experto en esto?

-Tú tampoco estuviste mal, al contrario -halaga Suho reproduciendo una canción de su celular-. Me gustas mucho -confiesa con timidez.

-Entonces no lo extendamos más y digámosle la verdad a nuestros hijos -Suho se detiene delante suyo-. Prometo que seremos la familia que siempre quisiste.

-No lo negaré, muero por eso -suspira algo agotado por la situación-, pero, aunque me duela decirlo, ya es tarde. Ya no es posible -sus ojos se tornan rojos producto del llanto que le produce aquellas palabras.

-Son sólo once años, no es tanto. Yo te quiero -el corazón de Suho se estremece por la última frase.

-Lo mejor es que cortemos aquí y ahora, antes de que se levanten los demás y quieran saber el porqué de la escena -su llanto se incrementa más a cada segundo-. Por favor, no me lo hagas más difícil. Vete de una vez, quiero estar solo.

-No insistiré en algo que está claro que no tiene caso. Si es lo que tanto anhelas, adiós. Borra mi número, elimíname de tus redes, así perderemos contacto y será como si nunca nos hubiésemos conocido -Lay sale sujetando la maleta que trajo consigo, cerrando la puerta tras de sí.

El llanto de Suho es tan intenso y desgarrador que duele. Él está seguro de que sus acciones son las correctas así como lo está del tiempo que le tomará recuperarse de lo acontecido. Luego de cuatro horas desahogándose viendo un par de películas en Netflix, abrazando una almohada, y comiendo mucho helado, camina hacia el baño y se lava la cara para alistar a sus bebés.

∆∆∆∆∆∆∆∆

Suho recorrió por una hora las calles de Seúl, tratando de olvidar lo ocurrido en la mañana, cosa que no sucede, estacionándose a los pocos minutos en el aeropuerto y pidiéndole a Chen que cuide a sus hermanos mientras él iba por el resto. El pelinegro retira su móvil del bolsillo para llamar a Jiyong y saber donde están, media hora más tarde encontrándolos en el sitio mencionado.

-Hola, mis príncipes. Los extrañé demasiado -Suho abraza fuerte a sus hijos reprimiendo las ganas de llorar, algo de lo que Heechul se percata.

-Mami, nosotros también -Kai sujeta de la mano a Kyungsoo-. ¿Donde está el señor del vídeo? ¿Podemos conocerlo? -consulta Kai inocentemente.

-Niños, vengan conmigo, iremos a ver a sus hermanos -Heechul coge de la mano a Kai y Kyungsoo, avanzando a la entrada, dejando a Suho con las Ommas.

Los presentes forman un pequeño círculo y Suho se para al frente, mirando a cada uno y concentrando su dolor en los puños.

-Heechul nos contó lo de la llegada de Lay -comenta Leeteuk poniéndolo al tanto de la situación- ¿Está todo bien?

-Yo, yo lo hice -admite recibiendo una mirada confundida de sus amigos, rompiendo a llorar sin importarle que esté en público.

-Cariño, que pasó -Jiyong lo abraza para darle ánimos-. Sea lo que sea, te queremos.

-Oficialmente mi relación con Lay terminó -lo dice tan rápido que a algunos les costó captarlo -Ya no nos veremos de nuevo, esto se acabó.

-A eso se deben tus ojeras -habla Jeonghan acercándose por detrás para acariciar su cabello-. Pensé que sólo fue una mala noche.

-¿Te gustaría una reunión para conversar del tema? -pregunta Jisung antes de hacer una y que su amigo no esté cómodo con la idea.

-No sabes cuanto la necesito -contesta Suho con la voz rota-. Tengo tantas cosas que contarles.

-No se diga más -dice Soobin dando el tema por concluido-. Hoy a las 8 en el edificio de reuniones.

-Gracias -Jin limpia la cara de Suho con un tissue, lo maquilla para desaparecer los rastros de llanto y que después sus niños no pregunten la razón de su demacrado rostro-. Lo siento pero me tengo que ir, los veo más tarde.

Suho se despide, saliendo del área para manejar su auto hasta el Malecón y que sus hijos puedan almuercen. Al retornar a casa se comunica con Sowon para que cuide a sus hijos. La niñera llega a la media hora e ingresa con un sobre en sus manos mientras que Suho guarda un montón de cosas en una pequeña maleta.

Antes de retirarse recibe el sobre que traía Sowon, al parecer, lo que se supone que acabó aún tenía un último problema por resolver, pero de eso ya se encargará con sus amigos.

El Club de las Ommas Desesperadas #Wattys2020Where stories live. Discover now