It's A Good Day

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Cerca de las nueve de la mañana, diecisiete vehículos de diferentes modelos y colores aparcaron a la entrada del zoológico de manera consecutiva. En simultáneo, cada uno baja de sus carros, se reúnen al centro con su familia, a metros de la entrada, captando todas las miradas de las personas, que así como ellos vienen con familiares a disfrutar del día, debido al gran grupo de gente que conforman, y del cual creen que se trata de un colegio que hace una excursión.

Taeyong y Leeteuk se posicionan al frente del resto. El menor de la pareja le entrega a cada Omma la correa de la que les platicó el día anterior a cinco de ellas. El rubio por su parte espera a que todos a sus hijos le acomoden la correa y escriban en el pequeño papel que viene adherido al objeto con sus espacios en blanco, el nombre de sus bendiciones, tipo de sangre, y un número de teléfono al cual se puede llamar ante la emergencia.

—Buenos días a todos —saluda el líder del grupo, Jiyong —. Gracias por aceptar la invitación. Yo sólo quiero recalcarles tres cosas: La primera de ellas que los mayores están dispuestos a ayudar por si alguien lo requiere. Segundo, los boletos ya están adquiridos, mis hijos se encargan de repartirlos. Tercero, no olviden llevar todo lo necesario para el almuerzo que a la hora no podremos regresar. De una vez será mejor que inicien la labor antes de que sea muy tarde y no tengamos tiempo para otras cosas.

Siguiendo la recomendación del mayor, las Ommas empiezan con cuidado a bajar las cosas siendo apoyados para traladarlos por los hijos mayores. Ryuwook, Yesung, Heechul y Siwon se encargan de ayudar a Taeyong con los coches de sus seis bebés y Hyukjae junto a Donghae hacen lo mismo con el resto de hermanos. Así cómo una madre pato es seguida por todos sus patitos, de la misma manera los niños caminan detrás de cada una de sus Ommas.

Inician su recorrido observando a las distintas especies en la zona marina. Desde los más pequeños asombrándose por la variedad de animales, sacándose fotografías o admirándolos por el gran cuerpo de los tiburones o ballenas, hasta un Taemin grabando, publicando y expresando su emoción por sus redes sociales por presenciar a el cetáceo enorme o a la especie del pez que es Nemo el de la película animada. Pues una cosa es cierta, ni Onew ni Jonghyun tienen idea de porqué no trajeron a Taemin a visitar el zoológico antes y recién lo hacen trece años más tarde.

De esa forma continuaron viendo las siguientes zonas, pasando por  la de aves, los famélicos, la de los monos, y la de los cocodrilos, con bastantes recuerdos captados por las cámaras de los móviles de sus Ommas. Al ser las tres de la tarde o un poco más, los niños avanzan junto a los mayores al jardín que hay al fondo del zoológico, con la intención de que sus hijos coman algo de una vez y sigan teniendo energías para lo poco que aún les falta por descubrir.

Los hijos más grandes dejan a un costado las cosas y se reúnen con sus padres cómo lo hace el resto. Por un tema de seguridad, Jiyong se para al frente de todos y con la lista en mano empieza a llamar a cada padre y sus hijos, alzando la mano derecha al oír su nombre.

A Taeyong se le rompe el corazón cuando por su parte cuenta a sus hijos y se percata que de los 19 le falta uno. Así cómo él, Kun siente lo mismo cuando no halla al lado suyo a Hendery. Los padre optan por quedarse vigilando a los más pequeños mientras las Ommas se ponen a buscar a uno de los hijos de TaeYong.

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Éste zoológico en particular tiene dos zonas de recreación, estando la otra al extremo opuesto, cerca a la zona de los canguros. Una de las familias más famosas en toda Corea, por un reality show que se dió inicio hace un año en el país, por crear música y ser artistas, sé encuentra visitando el lugar, con la finalidad de ser una familia de la más normal y no ser detenidos cada cinco minutos por una foto, un autógrafo o algo relacionado.

El chico de las rastas se percata a los pocos minutos de terminar su almuerzo, de un niño de cabellos negros escondido tras uno de los árboles que decoran el ambiente. Con cautela, tratando con mucho empeño de no asustarlo, se dirige hacia él, quien está atemorizado por  haberse alejado de su grupo.

Con ternura lo lleva de la mano a donde están sentados su familia, quienes miran algo extrañados al nuevo, en especial su esposo, que retira un botiquín de su maleta al percatarse de que tiene todas sus articulaciones raspadas.

—Ven aquí, cariño —solicita con dulzura el menor —. Curaré cada una de tus heridas. Talvez esto te arda un poco pero al culminar te premiaré con una paleta.

—Eres demasiado lindo —señala Hendery —. Muchas gracias por cuidarme sin conocerme.

El pelinegro humedece el pedazo de algodón con algunas gotas de alcohol, quitando y limpiando la sangre, el pequeño tratando con todas sus fuerzas de aguantar los quejidos de dolor que le produce el proceso. Al final, el mayor saca de la caja de madera unas curitas y cubre sus heridas con ellas. Tal y cómo lo prometió, de las tantas paletas que tiene coge una y se la entrega a Hendery, premiando de esa manera su valentía. Él sólo le agradece besando su mejilla. Con cuidado de no lastimarlo, el otro se sienta a su lado.

—Amor, eres consciente que te quiero bastante —dice el mayor —, pero no podemos continuar teniendo más hijos. Suficiente es lo que tenemos con ellos.

—No lo vamos a adoptar —niega el mayor con seguridad —. Estoy seguro de que tiene padres que lo deben estar buscando.

—¿Qué haremos con él? —dice el mayor de sus hijos uniéndose al grupo.

—No lo sé —admite el de cabello singular —. ¿Cómo llegaste hasta acá? —le pregunta al niño.

—Estaba viendo atento a un bebé canguro entrar en la bolsa de su madre cuando un grupo de gente se acercó y la correa se desató — narra Hendery recordando todos los detalles —. Cuando lo noté ya era demasiado tarde y cómo es la primera vez que estoy aquí, no sé muy bien las zonas.

—No te preocupes —tranquiliza el menor de la pareja —. Dame tu muñeca, llamaremos a tu Omma.

El Club de las Ommas Desesperadas #Wattys2020Where stories live. Discover now