El Club de las Ommas Desesperadas #Wattys2020

Together Forever

#HappyValentine

No hay nada mejor que el ver como el hombre de tu vida es el mismo que alguna vez fue tú primer amor, y eso es algo que Jiyong podrá experimentar, sólo que le tomará algunos años el descubrirlo.

Cuando tenía 7 años, un adorable Seunghyun observa como un niño de rostro angelical ingresa a su aula y le brinda a la profesora unos documentos para pasar a retirarse. En el recreo, luego de preguntárselo a sus amigos, consigue tener el nombre de quien robó su mirada y su corazón.

El día de San Valentín llega y un tierno Seunghyun, sosteniendo un ramo de rosas rojas, el cual compró en la mañana con la ayuda de su Omma, se acerca hasta Jiyong aprovechando que se encuentra solo.

Le hace entrega de las flores, gesto que Jiyong agradece con un inocente beso en los labios, ya que el otro día vio una escena familiar en la televisión y pensó que es lo correcto. Se sienta al costado de su alto admirador y comparte la caja de chocolates que traía consigo.

El timbre suena indicando el término del receso y Seunghyun acompaña a Jiyong a su salón de clases. Antes de entrar, el menor le recuerda que se volverán a ver al día siguiente.

El último viernes del mes de Febrero, un decidido Seunghyun se acerca a Jiyong y le pide que sea su novio. El menor encantado con la idea, acepta sin dudarlo, convirtiéndose en la primera pareja de segundo grado.

La relación es tan pura y sincera que continúa hasta el último mes. Lamentablemente, los padres del mayor atravesaban problemas económicos, lo que llevó a Seunghyun a hacer algo que jamás se perdonaría.

El fin de clases hace acto de presencia. Jiyong busca a su amigo por todos lados para darle el número telefónico de su casa y que así estén en contacto durante las vacaciones. Al no encontrarlo, le pregunta a la maestra acerca de Seunghyun y tampoco obtiene respuesta.

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Después de ese día los siguientes años no lo vio otra vez. El pequeño no tuvo más opción que olvidarse de él por un tiempo, para que así pudiera seguir con su vida y dejar de sufrir por aquel niño que, según Jiyong, solo jugó con sus sentimientos.

El baile de San Valentín llamado: "Under the Moonlight" está a una semana de llevarse a cabo y Jiyong se encuentra más que feliz, pues al igual que en años anteriores, en éste también recibe un montón de cartas invitándolo al baile.

Pero él desde su primera ruptura amorosa decidió salir con alguien de quien no se fuera a enamorar. Es por eso que a sus casi 14 años prefiere ir solo, así se evitaría todo el drama, el llanto y la depresión que experimentó de pequeño.

El día tan esperado por algunos al fin está aquí. Jiyong al salir de clases se apresura a estar en casa para tener la horas suficientes para peinarse, maquillarse y alistarse. Saluda a su madre, se sienta a almorzar, y al acabar sube a su habitación para tomar un baño. Al salir programa una alarma para que suene una hora antes del evento, y comienza a arreglar su cabello.

Luego de una ajetreada tarde, se acomoda la corbata frente al espejo, guarda su celular y sale de su cuarto. Al bajar se despide de su Omma, quien ve un programa de televisión sentada en el sofá, y pide un taxi para ir a su destino.

Al descender del vehículo puede presenciar lo hermosamente decorado que está el colegio. Antes de ingresar a la sala de baile, recorre los pasillos del lugar para despejarse un poco. Para el caer de la noche ya se encuentra en la zona de la fiesta.

Se sirve un poco de ponche y el Dj de cabello rosa que toca en una esquina consigue captar su atención. Buscando la manera de tener una conversación con él sin ser demasiado obvio, termina por no escuchar el llamado de la docente, quien lo invita al escenario para ser coronado como el "Rey de San Valentín"

Por su parte, al Dj casi le da un infarto apenas escucha el nombre de Jiyong. No podía creer que de todos los lugares justo lo hallaría aquí. Deja a su amigo a cargo de la música y sale en busca de su amor de infancia, a quién encuentra sentado al pie de un árbol.

—Hola —saluda el pelirosa deteniendo su caminar delante de Jiyong—. Ha pasado mucho tiempo —estira su mano para ayudarlo a levantarse.

— Hola —caminan por un jardín poco recurrente—. ¿Nos conocemos de alguna parte?

—¿No te acuerdas de mí? —pregunta viendo como niega— Soy Seunghyun, el niño que te regaló flores un día como éste y a quien agradeciste con un beso.

—Ah, ya recuerdo —dice parándose y volteándose, quedando frente al chico alto—. Eres el mismo que rompió mis sentimientos al irse sin avisarme.

—Veo que esa parte también la tienes muy presente —habla en voz baja el pelirosa.

—¿Creíste que lo olvidaría así de simple? —reprocha Jiyong con un notorio fastidio— Eres el culpable de que haya pasado todas mis vacaciones encerrado en mi habitación, llorando, triste y comiendo mucho helado —dice lo último viendo hacia abajo.

—Siendo sincero, yo tampoco quería separarme de ti —Jiyong levanta la mirada— ¿Pero qué podía hacer? Era tan sólo un niño de 9 años.

—Al menos te hubieras despedido —susurra el menor—. Así yo lo hubiera entendido y no sufriría como lo hice.

—Lo importante es que ya estoy aquí, ¿no te parece? —sujeta la mano de su antiguo novio— Vayamos por un helado y recuperemos los años perdidos.

—¿No volverás a dejarme? —consulta un poco desconfiado— Ya no pienso pasar por otro rompimiento más.

—Te lo prometo —levanta su mano derecha, gesto que le saca una sonrisa a Jiyong.

La pareja avanza mientras se pone al día con respecto a la vida del otro y llega a la cafetería del colegio. El mayor pide un helado sabor chocolate y el menor opta por uno de fresa. Se sientan en una de las mesas libres en el balcón del lugar a terminar su pedido, y con la luna de testigo se dan un segundo beso. Uno que ambos necesitaban y el primero de los tantos que vendrían, porque ninguno está dispuesto a renunciar a ese puro y sincero amor.