Happy

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La mañana para Taeyong es de la más complicada, empezando por el tener que levantarse a las seis un sábado, cuando normalmente lo hacía dos horas más tarde por ser un fin de semana. Junto con él, sus gemelos entran al cuarto para ayudar a su Omma a alistar las pañaleras de los quintillizos y de Yangyang, quienes descansan plácidamente en sus respectivas cunas.

—Omma, gracias por aceptar que vayamos de paseo al zoológico— dice Winwin guardando la manta de color morada en la bolsa de su mismo color.

—Prometemos apoyarte con el cuidado de nuestros hermanos — comenta Jaehyun cerrando el bolso verde.

—Cariño, para eso estaremos su papá y yo —señala Taeyong con la última maleta lista—. Lo único que deben hacer es divertirse y disfrutar al máximo del paseo.

—Ok, entendimos —recalca el menor —. Si es lo que deseas, lo haremos.

—Escuchen mis ángeles —sujeta las manos de sus gemelos y con una mirada tierna se pone a su altura—, yo de verdad lamento el hacerlos trabajar tanto cuidando a sus hermanos, cuando sólo nos concierne a su padre y a mí. Los dos deberían dormir más, jugar a la par con sus amigos, no gastar los días de su infancia en algo de lo que no les corresponde.

—Mami, no lo veas cómo eso —pide Jaehyun sintiendo aguarse sus ojitos —, lo hacemos porque queremos no por obligación.

—Es cierto —agacha la cabeza el mayor—. Lamento no medir mis palabras. Nuestros hermanos son lo más importante para nosotros.

—Exacto —secunda Winwin—. Y seguiremos haciéndolo así un día nos tengas cien hijos, sin fijarnos en si son adoptados o resultado de una noche de pasión con papá por cualquier motivo.

—¡Winwin! —exclama el mayor, sonrojándose por las palabras de su hijo, agitando su mano para darse un poco de aire — Gracias por todo pero lo último no era ni tan necesario.

—Lo lamento mucho pero uno tiene que decir las cosas cómo son —admite sacándole una sonrisa a su Omma.

—Me alegro de que pienses así —Taeyong se levanta y cada uno coge del asa dos maletas —. Será mucho mejor si bajamos de una vez, ya van a dar las siete.

Los tres con cuidado descienden al primer piso, dejando las cosas sobre el gran sillón. Su novio los alcanza a los pocos minutos y la pareja de padres se encarga de la elaboración del desayuno y todas las cosas que llevaran, a su vez el par menor va a despertar a todos sus hermanos para que se alisten y no se les haga tarde.

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Jinyoung hoy amaneció con una expresión demasiado agradable y tranquila, la cual fue destruida em su totalidad por sus molestos hijos, los cuales insistían hasta el cansancio en llevar a Coco junto con ellos. La situación es ésta. Él entra a la cocina cómo cualquier día para preparar el desayuno, se lava las manos e inicia su trabajo de una vez para acabar a  tiempo y sin demoras.

Cerca de las ocho, un animado y eufórico Jackson se acerca a él de manera sigilosa, asustándolo un poco al tocar su espalda. Con una máxima delicadeza, arrastra una de los bancos de plástico, sube en el y besa la mejilla de Jinyoung. A este le es suficiente el gesto para saber que Jackson quiere pedirle algo.

—Mamii, Mamii —dice alargando las palabras— ¿puede Coco venir al zoológico con nosotros?

—Cariño, ya te dije que no será posible —señala Jinyoung con la manzana  en la mano a punto de ser picada —. Es muy peligroso.

—¿De qué forma?.

En ese instante Youngjae un poco adormilado pero alegre atraviesa la cocina para pedirle lo mismo a la persona que lo trajo al mundo.

—Omma, ¿Coco irá con nosotros? —consulta el de cabellera oscura.

—No, Jae, no se puede —explica con sutileza para no lastimar los sentimientos de su hijo.

Así cómo ellos, el resto apareció por turnos haciéndole la misma pregunta. Al parecer es el día de molestar a Jinyoung. Demasiado ofuscado y estresado por todo el asunto, apoyo las manos sobre el lavado y al oír una voz consultar por enésima vez lo del resto, sin fijarse en la persona detrás, logró agotar su paciencia, y olvidando al resto, explotó.

—¡No, compréndelo, el maldito perro no irá con nosotros! —dijo.

Se da media vuelta para así ver a Jaebum, quien se sorprende por su oración , el menor se cubre la boca, deja su cuerpo caer al suelo con las rodillas tocando su pecho y empieza a llorar, apenado por una frase que nunca debió decir, de la cuál ahora se arrepiente. Su novio se acerca hacia él con uno de los tissue del menor y limpia a los pocos segundos su rostro, con un beso en la frente al final.

—De verdad lo lamento, les juro que en ningún momento tuve la intención de decir aquello, saben lo mucho que aprecio a Coco —se disculpa el pelinegro con la voz entrecortada.

—La culpa fue toda nuestra por insistir en algo que sabíamos no iba a suceder —explica Mark al bajar con cuidado a su hermano de la silla —. Prometemos que en adelante no volveremos a ser tan fastidiosos. Te queremos.

El mayor ayuda a levantarse a su novio y entre los dos distribuyen la comida por la mesa. El mayor de los hermanos ubica a los más menores en sus posiciones y con su trabajo culminado se sienta en su sitio, para disfrutar junto a su familia del momento.

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A Jin a veces le toca admitir que le es un poco difícil el ser madre, ¿la razón?, sus cinco hijos, todos con diferentes personalidades, el mayor de ellos con una bastante peculiar, literalmente se duerme en cualquier lugar sin importarle la hora o el ambiente. Conforme pasó el tiempo pudo controlarlos un poco, sin embargo, aunque la situación sea mínima, existe toda una tragicomedia al convencer a sus hijos de salir a alguna parte o simplemente al parque doblando la esquina.

Hoy el único animado es Hoseok, quien ayuda a su Omma con todo el desayuno. Jimin por su lado se entretiene viendo un dorama en la televisión, porque sí, su Omma intentó muchas veces que su hijo crezca viendo dibujos animados, pero él prefiere más llorar cómo una magdalena a series que para él no tienen sentido. Por su parte, Jungkook disfruta el pasar todo o al menos el mayor tiempo del día con Taehyung, así sea jugando o estando sentados uno con el otro.
Suga por su lado, cómo si nunca hubiera dormido, toma su quinta siesta recostado en todo el sillón, por ratos cambiando de posición debido al incómodo del espacio.

Namjoon le avisa la hora a Jin, se encarga de despertar a sus hijos, el mayor obedeciendo demasiado molesto por despertarlo. Junto al pequeño Hoseok organizan todo en la mesa y se sientan a comer, viendo cómo su Omma al menor le sirve su leche mientras el resto decide tomar un jugo de frutas.

El Club de las Ommas Desesperadas #Wattys2020Where stories live. Discover now