Acepto.

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El tiempo seguía pasando, han pasado ya dos meces y por fin llegó el día de tan ansiada boda.         De mañana en habitación de Victoria, Felipa y Victoria conversan
Felipa. Ay Victoria, estoy tan feliz por usted, merece ser feliz, merece vivir amada y deseada por el joven Fernando. Estoy segura que van a llegar a ser muy felices.
Victoria. Dios te oiga Felipa. Sabes, estoy muy feliz, había esperado este momento por mucho tiempo, nunca imaginé que Fernando y yo llegáramos a estar casados, ay mi Dios ¿Estoy haciendo lo correcto? ¿Estaré cometiendo el peor error de mi vida? Ya cometí un gran error en mi pasado, no quiero que nadie me arrebate la felicidad que conseguí con Fernando.
Felipa. No Victoria, hoy no, hoy no puede tener estás dudas. Hoy es el inicio de su entera felicidad, esa felicidad que estuvo anhelando desde ya hace muchos años.
En ese momento llega María José a la habitación de Victoria.
María José. Pero que hermosa se ve señora, parece toda una reina.
Victoria. Gracias hija, estoy muy nerviosa.
María José. Tranquila Victoria, todas nos sentiremos nerviosas el día de nuestra boda, yo quería salir corriendo. Bueno yo solo quería avisarle que Fernando, el señor Emiliano y Katia acaban de llegar, Fernando insistía en querer entrar a verla pero ni Raquel ni yo le permitimos subir, ahora la pregunta ¿Está lista? Ya todos la están esperando solo a usted.
Victoria. Estoy lista vamos.   Suspira y toma toda la fuerza y se aferra a su amor por Fernando para salir de la habitación e ir al jardín.
María José y Felipa iban tras de Victoria por las escaleras. Todos los empleados están ahí viendo a la hermosa novia, de pronto Victoria mira a Alejandro que ya está al borde de las lágrimas.
Alejandro. Madre, eres la novia más hermosa que antes allá visto. Te amo, gracias por ser mi madre.
Victoria. Te adoro mi amor, gracias por siempre estar ahí. No le vas a hacer llorar porque se me corre el maquillaje.
Todos salen del salón hacia el jardín a sentarse en sus lugares, menos Victoria y Alejandro. Fernando ya está en el altar, tan nervioso y anhelante del momento de ver a su futura esposa.
Victoria toma el brazo de Alejandro y salen camino al altar, mientras suena la marcha nupcial, al escucharla los nervios de Fernando crecen cada vez más, por fin llega el momento en que Victoria y Fernando se miran, ambos quedan más emocionados y más nerviosos. Llegan por fin al altar.
Alejandro. Hermano, te entrego a mi Madre, más te vale hacerla feliz o si no te mato.
Fernando. No te preocupes hermano, si no la hago feliz me mató yo.
Fernando. Mi amor estás hermosa, eres la mujer más bella te amo.
Victoria. Te amo.
Juez. Estamos aquí reunidos para celebrar el enlace matrimonial de el señor Fernando Alanís y la señora Victoria Valverde.
La ceremonia transcurre con una gran emoción para los presentes, especialmente para los novios hasta que llega la pregunta más importante.
Juez. Señor Fernando Alanís, ¿Acepta usted como esposa a la señora Victoria Valverde. Para amarla y respetarla todos los días de su vida hasta que la muerte los separe?
Fernando. Mira a Victoria, sonríe y suspira. Si, por supuesto que acepto
Juez. Señora Victoria Valverde, ¿Acepta usted como su esposo al señor Fernando Alanís. Para amarlo y respetarlo todos los días de su vida hasta que la muerte los separe?
Victoria no puede evitar recordar el día en que se casó con Samuel, luego su matrimonio con Antonio, no puede evitarlo y de sus ojos comienzan a salir unas delicadas lágrimas. Todos esperan la respuesta de Victoria.
Juez. Señora Victoria, ¿Qué pasa? La estamos esperando.   Victoria suspira y con miedo contesta.
Victoria. Si, acepto.    En eso momento el rostro de todos se llama de alegría.
Después firman el acta los novios y los testigos.
Juez. Bien, ahora los declaro marido y mujer. Ahora pueden besarse. Muchísimas felicidades a los novios.
Victoria y Fernando se besan, todos aplauden llenos de emoción y felicidad por la nueva pareja.
Alejandro. Quiero hacer un brindis. Por mi madre, que ha sido la mejor madre que puede tener. Victoria, tú sabes que te amo con todo mi corazón y hoy más que nadie te deseo la entera felicidad, te la mereces. Fernando, hermano, es de mi total admiración el amor que tienes por mi madre, la amas con una gran pasión, yo sé que la vas a hacer feliz, yo sé que ustedes se amas con todas sus fuerzas, nunca dejen de amarse y ¡Que sean muy felices!
Todos. Salud.
Felipa. Ay, ahora tienen que bailar su vals.
Victoria y Fernando van a la pista y comienza la canción.
“Te pedí con mi fuerza al universo. Te escribí en un par de versos que mandé volando la cielo.
Te soñé y te amé sin conocerte, mis abrazos te llamaban a un ladito de la cama.”
Mientras ellos bailaban Victoria sentía que alguien la miraba fijamente, lo cual hizo que comienza a sentirse incomoda, lo cual Fernando noto de inmediato.
Fernando. Amor, ¿Qué te pasa? ¿Te sientes bien?
Victoria. Si, solo que siento que alguien me están mirando.
Fernando. Ay Victoria es normal, todos el mundo nos esta viendo.
Victoria. Lo sé, pero está mirada es diferente, no se, me hace sentir incómoda.
En ese momento finaliza la canción y Victoria y Fernando se dirigen hacia su mesa. De pronto le da un beso a Victoria y en ese momento llega Hernán.
Hernán. Victoria, querida, no pude llegar más temprano, perdóname. Muchísimas felicidades a los dos, espero que sean muy felices.
Victoria/Fernando. Muchas gracias Hernán.
Fernando. Puede estar seguro que la haré inmensamente feliz.
Hernán. Eso espero arquitecto.

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