Perdóname

419 17 6
                                    

Las horas pasaban y la angustia cada vez era más grande. Después de un largo tiempo de doctor Salazar se acerca a Fernando.

Doctor Salazar. Señor Fernando, hemos terminando la operación.

Fernando. ¿Cómo salió todo? ¿Victoria, mis hijos?

Doctor Salazar. Fue una operación difícil, su esposa está completamente fuera de peligro y ahora es usted papá de una hermosa nena y de un fuerte príncipe. Todos escuchan las buenas noticias y toda aquella angustia y preocupación la convierten en felicidad y alegría.

Alejandro. Doctor, podemos ver a mi madre.

Doctor. Por el momento la señora Victoria aún está bajo los efectos del sedante y aún está en recuperación, será mejor que esperen hasta mañana.

Alejandro. Entiendo, ¿Y mis hermanos? ¿Cómo están, los podemos ver?

Doctor Salazar. Ellos están perfectamente buen, a pesar de lo prematuro de su nacimiento son unos bebés muy fuertes y con ganas de vivir.

Raquel. ¿Podemos verlos?

Doctor Salazar. Por supuesto que si, solo pueden estar un momento con ellos. Se aleja, pero Fernando se va tras el.

Fernando. Doctor por favor, déjeme estar con mi esposa, quiero estaré con ella en el momento en que despierte, no quiero dejarla sola ni un momento más.

Doctor Salazar. Está bien, en un momento una enfermera le indicara cuál es la habitación de la señora.

Fernando. Gracias doctor. Raquel y Alejandro se van hacia los cuneros a conocer a sus pequeños hermanitos, mientras que Fernando se va a la habitación de Victoria.

En los cuneros.

Raquel. Sería bellísimo que estuviéramos aquí Bruno, tú y yo, estoy segura que mi madre le haría muy feliz tener a sus cinco hijos juntos.

Alejandro. Yo estoy seguro que Bruno está aquí con nosotros y hasta te aseguro que está muy feliz con la llegada de Gerardo y María Inés.

Raquel. Ay, pero qué nombrecitos se le ocurren a mi madre.

Al mirarlos ambos quedan encantados con los pequeños.

Alejandro. Ve que hermosos son, sus manitas, son tan pequeños.

Raquel. Me hubiera encantado tener un momento así con Vicki.

Alejandro. Olvida todo eso, lo importante es que ahora la tienes contigo.

Raquel. ¿Crees que ahora que mi madre ya tiene otros hijos me quiera devolver la patria potestad de Vicki?

Alejandro. Seria cuestión de hablar con ella, no creo que tenga objeción, pero ahora, mi madre necesita tiempo para tratar de olvidar todo lo que vivió.

Raquel. Ni tu ni Fernando han querido hablar de que fue lo que paso con mi madre, hay muchas preguntas sin responder.

Alejandro. Fernando y yo tenemos nuestras razones para no decir nada, ya llegara el momento en que sepan todo.

Raquel. Pero habrá que poner denuncias, esto no puede quedar así.

Alejandro. Tranquila, tiempo al tiempo.

Habitación de Victoria.

Al entrar, Fernando no pudo contener las lagrimas al ver a Victoria ahí recostada, se acerca a ella y besa su frente.

Fernando. Te amo. Dice con una voz tenue y llena de ternura.

Treinta minutos mas tarde Victoria comienza a despertar.

Fernando. Mi amor, ¿Cómo te sientes?

Victoria. Fernando. Fernando se acerca a ella.

Fernando. Aquí estoy mi amor, tranquila. Victoria pasa sus manos por su vientre.

Victoria. Fernando, nuestros hijos, ¿Qué les paso? ¿Po que estoy aquí? Le dice muy angustiada y con lagrimas en los ojos.

Fernando. Victoria, no hagas esfuerzos, aun estas muy débil.

Victoria. No me importa, no me importa nada, necesito saber que paso con mis hijos ¿Dónde están?

Fernando. Ellos están bien, tu venias muy grave, tu vida y la de ellos corría peligro, tuvieron que practicarte una cesárea urgente, gracias a Dios todo salió bien y tu y nuestros hijos están bien.

Victoria. Ya soy mama de nuevo, mi amor, ya somos papas, ¿Dónde están? Quiero verlos.

Fernando. Están en los cuneros. Mi amor, eres la mama más hermosa del mundo.

Victoria. Y tú el papa más guapo, Fernando...

Fernando. Dime mi vida.

Victoria. ¿Ahora que va a pasar con nosotros? ¿Aun quieres estar conmigo después de... Fernando la interrumpe.

Fernando. No digas nada, no recuerdes lo sucedido, ahora mas que nunca estaré contigo.

Victoria. Pero no volveré a ser la misma, yo entenderé si tu ya no quieres estar conmigo, se que ahora lo único que nos une son nuestros hijos.

Fernando. Otra vez pensando por mí, aun no lo has entendido. Tu eres el amor de mi vida, la mujer con la que quiero estar hasta el ultimo de mis días, te ame desde el primer momento en que vi, me has convertido en el hombre mas feliz del mundo, no solo por darme la alegría de ser padre, algo en lo que jamás creíste que podría suceder, también porque a tu lado me siento tan feliz, lo que haya pasado no me importa, no me importa tu pasado, no me importa nada, solo me importas tu. Ahora te amo mas y por favor perdóname por no haber estado, por no haber hecho nada por evitarlo, carajo si tan solo te hubiera acompañado aquel día nada de esto habría pasado. Ambos comienzan a llorar. Perdóname, perdóname, te falle, yo jure protegerte con mi vida y ya vez, en un segundo te perdí y no pude hacer nada, nada, deberías odiarme, por mi culpa tuviste que sufrir en las manos de aquel maldito.

Victoria. Ya mi amor, yo no tengo nada que perdonarte, se que lo intentaste todo para rescatarme, fui testigo de que arriesgaste tu vida por mí y nuestros hijos, juntos vamos a poder salir de todo esto, nuestro amor es mas fuerte que nada, no sabes como te agradezco que siempre estés conmigo y mas ahora que es cuando mas necesito de tu compañía, cariño y mucho mas de tu amor. En ese momento alguien toca a la puerta.

Fernando. Adelante.

Doctor Salazar. Buenas noches señora Victoria, ¿Cómo se siente?

Victoria. Algo cansada doctor.

Doctor Salazar. Bueno eso es normal después de todo.

Victoria. Doctor mis hijos, ¿Cómo están? Necesito verlos.

Doctor Salazar. Como ya le había dicho a su familia, ellos están muy bien, a pesar de que fueron prematuros ellos son unos nenes muy fuertes, debe estar usted muy feliz por tener una princesa y un príncipe preciosos. Los ojos de Victoria se llenas de una luz de amor.

Victoria. María Inés y Gerardo. Victoria y Fernando se toman de la mano.

Doctor Salazar. En un momento una enfermera vendrá para llevará a los cuneros para que pueda verlos.

Victoria. Si doctor por favor, muero por verlos, deben ser hermosos.

Doctor Salazar. Señor Fernando, no es necesario que alguien pase la noche aquí, nosotros estaremos al pendiente de la señora y sus hijos.

Fernando. De ninguna manera, yo no me pienso separar de ella. 

Amor eternoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora