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Grace ya estaba lista para ir a la fiesta.

Tenía el regalo en la mano y el reloj ya estaba por llegar a las ocho.

Pero Freddy no estaba por ningún lado.

Quizás le había ocurrido algo.

La minima idea hizo que todo su estomago se revolviera y se apretara.
¡Por Dios, estaba nerviosa!

Odiaba aquel sentimiento, aunque era probable que a nadie le gustase.
Tomó su teléfono y pensó en llamarlo, pero en cuanto comenzó a sonar lo cortaron.

¿Freddy le había cortado?

¿Qué se creía?

Ya estaba algo indignada.

Tomó dinero que había sacado horas antes del banco y fue a buscar un taxi.

No usaría su auto, pues manejar con un vestido como el de ella podría ser peligroso.

En especial porque la cola podría atascarse en algún pedal, era mejor evitar riesgos.

- ¿Grace? -se dio la vuelta y se encontró con un chico.

Debía medir cerca de un metro noventa, llevaba el cabello castaño y desordenado acompañado de unos grandes ojos azules.

Vestía de terno, seguro que andaba allí por el cumpleaños de Noah, pues Jonathan Brown era hijo de uno de los más ricos empresarios de allí, además su familia era socio en la compañía de los Lambert.

- Hace mucho que no te veía.

- Sí, unos siete u ocho meses -rió un poco- ¿Estás aquí por Noah, cierto? -el asintió.

- ¿Y tú? ¿No deberías estar en tu casa recibiendo a los invitados? -ella sacó su invitación y se la mostró, dejando en claro que ella también era una invitada y no anfitriona- Vaya, ocurrieron muchas cosas que no sabía al parecer. ¿Te peleaste con tus padres?

- Algo parecido. -rió de costado, esperando ver a Freddy pero no estaba en ningún lado- Bueno, adiós, debo ir a tomar un taxi, no quiero llegar tarde al cumpleaños de Noah.

- Yo te puedo llevar, la verdad no quiero llegar solo. Ya sabes, me avergüenza un poco. Soy muy tímido. -afirmó sonriente mientras jugaba con sus pies- ¿Entonces...?

- Claro, gracias. -el la miró con aquel brillo que tanto le recordaba a Freddy, pero a pesar de que el chico frente a ella fuese guapísimo, no se podía comparar a Freddy.

Caminó hacia el Lamborguini Murciélago color blanco.

Una joya.

Por lo que recordaba se llamaba Jesse, o eso le había dicho Jonathan.

Se podría decir que el muchacho tenía cierta obsesión con colocarle nombre a todos sus objetos.

No tardaron en llegar pues su casa -si aun sigue siendo su casa- no estaba tan lejos del pueblo.

En el auto hablaron un poco de Santiago, el hermano de Jonathan, y de Theo, el pequeño hijo de este.

Le había contado que Santiago ya se había casado con una buena chica y que ahora estaban viviendo al sur de América, que su sobrino estaba grande y más cosas sobre su familia.

En cualquier otro momento hubiese sido aburrido para Grace, pero ahora no, pues gracias a aquello podría mantener su mente lejos de Freddy.

Estaba bastante preocupada, solo quería saber donde estaba.

Tal vez él se había arrepentido de estar con ella y se marchó.

Solo pensar en el hacia doler su pecho de una manera tan intensa que pequeños gemidos se escapan de vez en cuando.

Grace ❀ freddy leyva; cd9Donde viven las historias. Descúbrelo ahora