Retrocediendo al inicio. Por donde realmente se debe iniciar...
Llegué a este lugar cuando tenía sólo 3 años luego de casi vivir al polo opuesto del país por un tiempo. Y a pesar de haber sido sólo 3 años aún recuerdo el día en que vine a acá por primera vez.
En la casa de enfrente había otra familia desde antes que nosotros llegáramos, de tres igual que la mía, y tenían un chico de mi edad. Nuestros padres se hicieron amigos casi inmediatamente. Y por mucha cercanía en cuanto a ubicación, personas y edad, se nos hizo muy fácil hacernos amigos y compartir las tardes de juegos.
Ya a los nueve recorríamos el vecindario entero en bicis, se había vuelto costumbre. Y yo desde esa edad ya solía causar problemas, me gustaba escapar.
Se preguntaran ¿por qué escapar? Pues no por llamar la atención, sólo buscaba sentirme libre. Y seguro pensaran “¿en qué puede no sentirse libre una niña de nueve años?”. Y por muy tonto que suene, en muchas cosas, tenía nueve pero ya empezaba a entender muchas cosas a mi alrededor, y a veces necesitaba pensar y hacer algunas travesuras para liberarme.
Raramente yo no hice ningún otro amigo en ese vecindario en ese tiempo, no de esa magnitud. Tenía amigos en la escuela, la más cercana era una chica que vivía a 3 calles que me caía muy pero muy bien, pero sólo nos veíamos en la escuela, y pues sólo eran amigos de la escuela. No eran amistades como la que tenía con Quentin. Así que considere que mi único amigo era ese chico. El chico que vive en frente. Ese chico que a pesar de que teníamos nueve años, siempre me daba una cosquilla en el estomago cada vez que sabía que era la hora de encontrarnos en la calle para pasear en bicis, nunca entendí el porque. Pero ese chico era como mi héroe, me acompañaba a todo y nunca me decía que no, era como un caballero de brillante armadura que daba todo por hacerme sonreír de todas las maneras posibles, quizás eso era lo que me hacían sentir esas cosquillas extrañas.
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Margo.
Short Story《Claramente estoy consciente de que no soy lo que las personas creen. Soy mucho más que todo eso... También estoy consciente de que no soy la Margo que todos creen. Soy más que la Margo Roth Spiegelman que todos conocen.》 Esta historia es, un tanto...