OCHO

14 1 0
                                    

Ya después de allí, pasaron muchas cosas más. Vinieron las vacaciones y el eterno verano.

Desde el mísmisimo día que acabaron las clases iniciaron las fiestas en los clubes. Y a medida que pasaban los fines de semana se intensificaban cada vez más. La gente sólo hablaba de las fiestas, todos los fines de semana.

Todos iban, todos se emborrachaban, todos daban de que hablar por malas situaciones en dichas fiestas. Y aunque yo iba, nunca me emborrachaba ni cometia ninguna locura, sólo presenciaba todo y pasaba el rato. Es como si veía el mundo arder más no ardía en él. En esa parte supongo que sí seguía siendo la misma Margo. La aburrida y original Margo que nadie quería. Muy aburrida para el parecer de mis "amigos". En especial con el tema de los chicos. Ya que, mientras ellas andaban con uno y con otro, yo rechazaba a todos por igual. Coqueteaba con unos cuantos, me alejaba. Pero yo sabía que se acercaban a mí porque sólo querían llevarme a la cama. Ya que, aunque sólo tenía 14, ya había recorrido al menos todo el estado en varias noches, resuelto unos cuantos misterios y encontrado gente algo similar a mí. Pero tenía 14, y a pesar de mi corta edad y de que aún estaba algo lejos de la mayoría de edad, ya salía a donde quisiera cuando quisiera, y contaba con un físico que aunque no era de gimnasio era mas privilegiado que el de las que sí iban y se mataban el día metidas en un gym. No era nada de lo que presumiera pero era una de esas cosas que al pensarlas me causaban mucha satisfacción. Ya que no pretendía mejorar en ese aspecto sino aceptarme así. De igual manera ya sabía como eran las demás chicas de mi curso y sobretodo lo relacionado de que a ellas no les importaba meterse con esa clase de chicos, decían que tenían muchos beneficios. Pero y nunca accedí a nada de eso. Eso era de la Margo original y no tenía ganas de cambiarlo.

Margo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora