Resulta que tenía el auto más cerca de lo que pensaba...
Al desesperarme, acorté mi vista y quedé mirando fijamente a casa de los Jacobsen. Pero seguía pensativa, tratando de unir las pocas o escazas piezas que tenía a la mano. Cuando mi mente capto algo.
¡Bingo! Los Jacobsen tienen una camioneta.
Ahora no tenía que idearme sólo cómo salir de acá, sino también como llegar a conseguir las llaves de ese auto.
Sonaba como si iba a robarlo. No quería robarlo.
-Busca otra opción, otra opción, otra opción... -la impaciencia aparecía. -Claro, Q. Ese auto en parte es de Quentin.
Todo cobró sentido, y se aclaró mi mente.
Cada noche subía a ese techo a tocar su ventana, no era difícil.
Lo pensé unas tres veces, y en el 100% de las veces que lo visualicé en mi mente, resultaba exitoso. Mi único problema era el tiempo. Mientras más seguía pensando, más tiempo estaba perdiendo.
-Lo haré. -exclamé en un susurro.
Me aseguré nuevamente de tener todo, tomé mi mochila y abrí mi ventana lentamente, procurando hacer el menor ruido posible. Al estar abierta y asegurada, rapidamente estuve sobre el techo. Bajé el árbol que estaba junto a él y ya en un instante estaba en la calle. Me detuve en medio y miré calle arriba y calle abajo.
-Estúpida ciudad de papel -susurré con rabia.
ESTÁS LEYENDO
Margo.
Short Story《Claramente estoy consciente de que no soy lo que las personas creen. Soy mucho más que todo eso... También estoy consciente de que no soy la Margo que todos creen. Soy más que la Margo Roth Spiegelman que todos conocen.》 Esta historia es, un tanto...