CINCO

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Luego de mi segundo escape, que había sido a un pequeño poblado cerca de la ciudad con menos de 300 habitantes y mucho terreno para explorar, volví a casa tras haber sido encontrada por mis padres y los de Quentin, incluyendolo. Tal parece que fui vista como un mal ejemplo o algo similar. Seguimos frecuentando en la calle pero ya parecía fastidiarle a Quentin.

Después de pasar por todo eso, luego de un par de años, unos 2 o 3 para ser exacta, Quentin y yo nos distaciamos. Empezamos dejando varios días sin vernos para jugar y esas cosas, y ya después la distancia fue total. Nunca supe porqué. Pero de la nada ya nos dejamos de hablar y dejamos de salir totalmente. Pensé que ya no le agradaba y aunque me sentí mal por ello, no forzamos nada. Así ocurrió y ya. Como si de la noche a la mañana me hice completamente invisible para él.

Seguíamos asistiendo a la misma escuela, en el mismo curso, éramos compañeros en todo pero ya no frecuentábamos. Solo nos saludábamos de vez en cuando en los pasillos de la escuela o cuando nos veíamos desde la ventana de nuestras habitaciones que casualmente conectaban una con la otra, y muy precisamente, era fácil visualizar al otro del otro lado de la calle.

En ese tiempo, luego de que me alejara de Quentin, me hice muy cercana a Lacey, la chica que vivía a unas 3 calles de la mía, quien ya venía viéndola desde la guardería pero nunca nos hicimos cercanas hasta ese entonces cuando faltaba muy poco para entrar a la secundaria. A lo cual yo le traía un temor enorme.

Margo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora